“Primero el país, después el partido y, por último, uno mismo”. Con esta “declaración de principios” comenzaba el comunicado con el que el secretario autonómico del PSOE, Luis Tudanca, respondía a la decisión de Ferraz de suspender la convocatoria de elecciones primarias que el Comité Regional del PSOE había aprobado 24 horas antes a propuesta del máximo dirigente de los socialistas de Castilla y León. Considero de aplicación aquello de “excusatio non petita, acussatio manifesta”, ya que, a poco que se analice la trapacera convocatoria de esas primarias, la actuación del máximo dirigente socialista en Castilla y León se atiene sin duda a otro orden de prioridades. “Primero yo, después Luis y, por último, Tudanca”.
Debo reconocer mi error al creer que el todavía secretario autonómico del PSOE era consciente de estar completamente amortizado en ese cargo. Las razones que hacen imprescindible su relevo son apabullantes. La primera podría ser que está agotando su tercer mandato, con el que está a punto de cumplir 10 años en esa responsabilidad. Esa no tendría que ser necesariamente una razón incapacitante, pero en el caso de Tudanca el problema radica en que, desde su última derrota electoral (autonómicas adelantadas por “Fonsi” Mañueco celebradas el 13 de marzo de 2022), su trayectoria ha sido desastrosa.
Luis Tudanca |
Desesperada huida hacia adelante.- Entretanto, Tudanca ha ido perdiendo apoyos fundamentales para poder mantenerse en el cargo. Con la fulminante destitución de Rubio, además de elevar a público el soterrado enfrentamiento con la dirección del PSOE leonés, el secretario autonómico no hizo otra cosa que agravar la fractura interna en el seno de los socialistas leones. Para entonces ya eran conocidas sus diferencias con el secretario provincial de Valladolid, Óscar Puente, quien, antes de ser ministro, cuando solo era alcalde, ya había criticado con dureza la línea de oposición a la Junta seguida por Tudanca. (Con ocasión del reajuste en la dirección del grupo parlamentario motivado por la salida de Hernández, que hasta su relevo ocupaba la secretaría, Tudanca estuvo tentado de cargarse también a la vallisoletana Patricia Gómez, pero ahí se lo pensó dos veces y se echó atrás temeroso de la previsible reacción de Puente ante semejante provocación). Y por si fuera poco lo anterior, Tudanca, en su día sanchista hasta la médula, había perdido la confianza de Ferraz, como se ha puesto de manifiesto a raíz del frustrado golpe de mano con el que el todavía secretario autonómico ha intentado dificultar la génesis de una candidatura alternativa que le cierre el camino de un nuevo mandato.
Confieso que no pensaba que Tudanca había perdido el oremus hasta el extremo de echar un pulso a Ferraz forzando la convocatoria extemporánea de unas primarias en un intento desesperado de aferrarse al cargo a cualquier precio. Pese a esa desastrosa deriva en estos dos últimos años, nunca pensé que el todavía secretario autonómico alcanzaría su actual grado de ceguera. No lo digo en su descargo, pero también es cierto que Tudanca ha estado muy mal acompañado en el “minarete” de la Ejecutiva Regional, sobre todo después del traslado a Madrid (dirección general de Protección Civil) de la numero dos, Virginia Barcones, tras su intempestivo relevo al frente de la Delegación del Gobierno. En su momento afirmé aquí que al secretario autonómico le iría mejor haciendo menos caso a la numero tres, la secretaria de Organización, Ana Sánchez, y más a la numero dos. No ha sido así y así le ha lucido el pelo. Normal, cuando además de estar mal acompañado en el “minarete”, se está pésimamente asesorado por un equipo de comunicación de una incompetencia supina.
Ana Sánchez y Virginia Barcones |
Como pollo sin cabeza.- El que fuera secretario autonómico y después secretario federal de Organización, Óscar López, ha respaldado la suspensión adoptada por Ferraz, agudizando con ello aún más el aislamiento de Tudanca. Eso de andar como pollo sin cabeza, que, remedando a John Benjamín Toshack, viene atribuyendo el ahora ministro a Alberto Núñez Feijóo, bien pudiera aplicarse a Tudanca, quien por cierto llegó en su momento a la secretaría autonómica del PSOE encabezando una candidatura urdida en la sombra por López para desalojar como fuera al palentino Julio Villarrubia, al que profesaba una inquina personal de la que dejó constancia en un miserable mensaje en Twitter).
Precisamente por esto último puede resultar paradójico que la alcaldesa de Palencia, Miriam Andrés, mano derecha de Villarrubia, haya sido la única dirigente provincial que ha criticado públicamente la decisión de Ferraz. (Pese a su estrecha relación con Tudanca, la secretaria provincial de Burgos y portavoz de la Ejecutiva Federal, Esther Peña, lógicamente la ha compartido). ¿Paradójico? No tanto. Miriam, por lo demás antigua compi del alma de Ana Sánchez en Juventudes Socialistas, realmente de quien está en contra es de Pedro Sánchez, quien en su momento puso la proa a la continuidad de Villarrubia en el Congreso de los Diputados. Sucede que en política, como en otros órdenes de la vida, con frecuencia se adopta como aliados “a los enemigos de mis enemigos”. ¿O no es eso, Miriam?
Andrea Fernández y Ana Redondo |
Vista tamaña metedura de pata, Fernández ha tratado de arreglarlo diciendo que “la mafia que señalo es precisamente la mediática que se sostiene y sostiene al PP de Castilla y León garantizando un status quo corrupto”. Cielo santo, me pregunto quién integrará esa “mafia mediática”. ¿Se dará por aludido el coro mediático que nutre la “fachosfera" regional? Porque puede parecer fuerte lo de mafia, pero de “fachosfera” andamos bien servidos en periódicos, emisoras de radio y en la televisión autonómica de la señorita Pepis, esa que malpaga a sus trabajadores pese a embolsarse más de 20 millones de euros anuales inyectados por la Junta a fondo perdido...
En fin, retornando al hilo, si de verdad antepusiera los intereses generales y los del partido a los suyos propios, lo más digno que podría hacer Tudanca es despedirse este martes en el pleno de las Cortes como portavoz socialista y a renglón seguido presentar su dimisión irrevocable como secretario autonómico del PSOE. Nos ahorraríamos todos -y él se haría un favor a sí mismo- el patético espectáculo de un político desahuciado por su propio partido, un zombi absolutamente incapacitado para ejercer como jefe de la oposición frente a un “Fonsi” Mañueco al que cabe imaginar acariciando plácidamente al gato...
(Publicado en elDiario.es Castilla y León)