Mientras Pedro Sánchez, el pérfido autócrata (que digo autócrata, un verdadero tirano aferrado a las columnas del templo de Dagón, dispuesto a llevarse por delante a los filisteos y a todo cuanto se interponga en su camino) se resiste a clavarse la daga, el impoluto Núñez Feijóo, todo un dechado de virtuosismo político, no tiene el arrojo de presentar una moción de censura que, de ser cierto el panorama apocalíptico que proclama, sería absolutamente obligada.
Los medios afines a su causa le animan a ello, recordándole lo bien que le salió a Felipe González aquella oportunista moción con la que el entonces líder socialista fustigó a un Adolfo Suárez acosado por la lacra del terrorismo de ETA y GRAPO y las conspiraciones golpistas en los cuarteles (no se si FG se sentirá orgulloso de aquella moción, pero por lo que pagado que siempre ha estado de sí mismo, supongo que sí, como supongo que también lo estará del terrorismo de Estado desplegado a través del GAL por el ministerio de Interior que encomendó a José Barrionuevo, al que acompañó el día que este último tuvo que ingresar en la prisión de Guadalajara). Tengo la impresión de que frente a ese ejemplo, a Feijóo también le ronda en la cabeza el fiasco político de otra moción fallida, la que presentó el imberbe Antonio Hernández Mancha contra el resabiado Felipe González.
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Alberto Núñez Feijóo y Mariano Rajoy |
Y en Castilla y León, PP y PSOE jugando al despiste. El presidente Fonsi Fernández Mañueco reiterando hasta la saciedad su propósito de agotar la legislatura y el PSOE de Castilla y León reclamando elecciones anticipadas. Justo lo contrario de lo que ambos desean. Que Fonsi está como loco por adelantar las elecciones es algo de lo que no tengo la menor duda -es más, sigo pensando que terminará adelantándolas a otoño-, entre otras razones más importantes porque pillaría a la oposición en paños menores. Y no solo a Vox, descabezado en Castilla y León desde la autodefenestración de Garcia Gallardo jr., sino también al PSOE, cuyo secretario autonómico y presumible candidato a la presidencia de la Junta, Carlos Martínez, sigue sin asumir el compromiso para el que teóricamente fue elegido: encarnar una alternativa de gobierno en una comunidad autónoma que lleva 38 años (un récord imbatido en el Estado de las Autonomías) en manos del Partido Popular.
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Alfonso Fernández Mañueco y Carlos Martínez |
No digamos ya si hablamos de fraude en la celebración de las primarias internas del partido, ganadas en su día por Mañueco gracias a un doble pucherazo: el perpetrado en el PP de Salamanca pagando desde el partido las cuotas de los militantes que no estaban al corriente de pago y las maniobras urdidas desde Génova -Fernando Martínez Maillo, el “compadre”, mediante- para que el PP leonés no pudiera hacer lo mismo en beneficio de Antonio Silván, el incauto candidato promocionado por Juan Vicente Herrera, ese mismo que intentó sin éxito que M. Rajoy designará a dedo a Pablo Casado como candidato del PP a la presidencia de Castilla y León. Menuda jeta la del hermano de Francisco Javier Herrera, apalancado hoy como miembro nato del Consejo Consultivo a razón de 82.356 euracos anuales sin darse por aludido por la sentencia del caso “Perla Negra” y por la imputación otra vez de varios exaltos cargos de la Junta en el caso de la “trama eólíca”.
Lo que ya no a poder evitar -y no será por no haber hecho lo imposible por intentarlo- el gobierno Mañueco es la reforma de la Ley de Publicidad Institucional que va a poner coto a la bochornosa instrumentación partidista de la Junta tanto en el reparto de dicha publicidad -la conocida “chequera mediática” descrita en este blog desde in illo tempore- como en la deriva partidista de la televisión autonómica de titularidad pública adjudicada a una sociedad privada que la explota con una multimillonaria subvención concedida -y recientemente incrementada- por el Consejo de Gobierno que preside Fonsi.
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"Cuestión de Prioridades", programa estrella de "Castilla y León TV" |
Y ello un día después de que el PSOE de Castilla y León solicitara la comparecencia parlamentaria del director de Comunicación de la Junta, Julio López Revuelta, el mandatado por Mañueco para distribuir la “chequera mediática”, al que los socialistas acusan de presionar a los medios para que se movilicen en contra de la reforma de la Ley de Publicidad Institucional. ¡Ay “Pildorita”, que papelón el tuyo teniendo que hacer méritos a estas alturas de tu dilatado contrato laboral…!