Pese a todo lo que está en juego, si de de
aquí al viernes no cambia el panorama, habremos asistido a la campaña electoral
más insulsa y ramplona que uno recuerda en unos comicios generales. Una campaña
al más viejo estilo que en ningún momento ha llegado centrar la atención
ciudadana, mucho más atenta a la actuación de Iniesta y compañía en la Eurocopa de Francia.
En Castilla
y León, donde supuestamente pueden moverse hasta cinco escaños del Congreso y
un par de ellos del Senado, dos de los cuatro candidatos a la presidencia ni
siquiera se han dejado caer por aquí. Solo lo han hecho Albert Rivera y Pedro
Sánchez, por otra parte los que peores perspectivas tienen en esta
comunidad.
El primero
tiene perdido el diputado obtenido el 20-D por León y en riesgo el de
Salamanca. Y el segundo, de acertar el CIS, puede quedarse sin escaño del
Congreso en Ávila y Soria y sufrir el “sorpasso” en Burgos y Valladolid. El
acto compartido el pasado viernes por Sánchez y Zapatero, con diferencia el más concurrido de toda la campaña en la
comunidad, ha venido a insuflar ánimos a los socialistas vallisoletanos.
Sánchez y Zapatero, juntos en Valladolid |
Pablo Iglesias no ha incluido Castilla y León en
su periplo electoral, ni siquiera para apuntalar con su presencia el aterrizaje
de Jorge Lago, el nuevo candidato
lanzado en Salamanca. En su ausencia, Carolina
Bescansa ha sido quien mas se ha prodigado por estos lares, donde tampoco
ha renunciado al protagonismo Juan
Carlos Monedero.
Y de cubrir el hueco de Rajoy -que no se ha debido de creer los malos augurios
presagiados por el CIS para el PP en Palencia y Segovia- se han ocupado Soraya Sáez de Santamaría,
media docena de ministros -con García
Tejerina siempre a la cabeza- y la plana mayor de la calle Génova..
Algunos de ellos han acompañado la agenda electoral de Juan Vicente Herrera, quien, como presidente autonómico del PP, se
ha limitado a cubrir el expediente de celebrar un acto en cada una de las
capitales.
Una obligada presencia orgánica asumida con un entusiasmo perfectamente descriptible por Herrera, cuyo mayor protagonismo en
días pasados no ha sido por ninguno de esos garbeos electorales, sino por haber
sido el ponente del dictamen sobre los retos demográficos aprobado por el pleno
del Consejo de las Regiones de Europa. Un dictamen en el que se insta a la Comisión Europea a que contemple
el problema demográfico como una prioridad con reflejo presupuestario en sus
distintos fondos y programas.
Lo que no pasa de ser una propuesta aprobada
por un órgano consultivo, cual el Comité de las Regiones, ha sido presentado
aquí poco menos que como el espaldarazo de la Unión Europea a la lucha contra
la despoblación, problema ante el que ha naufragado estrepitosamente el
gobierno Herrera. A la espera de que la Comisión Europea
se de por enterada, ya tiene la
Junta la excusa buscada para seguir manteniendo su
ficticia Agenda de la
Población , ahora bajo la responsabilidad de la
vicepresidenta, Rosa Valdeón, a la que, puestos a tirar por
elevación, le ha dado por comparar el problema demográfico con el cambio
climático (lo cual conlleva el fatídico mensaje de que podemos darnos por
desahuciados).
Rafael Delgado, Tomás Villanueva y Alberto Esgueva |
Después de conocer a las declaraciones
judiciales de los altos cargos de la
Junta y de otros ejecutivos de las antiguas empresas
Gesturcal y ADE Parques, el presidente de la Junta tendrá ya claro, si es que alguna vez no lo ha
tenido, de qué despacho de la anterior consejería de Economía partieron
las ordenes políticas para llevar a cabo las truculentas operaciones de la Perla Negra y el polígono de
Portillo.
Y también se habrá enterado por la prensa de los manejos financieros, societarios y patrimoniales realizados, juntos y por separado, por el ex número
dos de la consejería, Rafael Delgado,
y el ex director de Excal, Alberto
Esgueva, quienes decidieron en su momento dejar sus cargos en la consejería para
dedicarse a emprender lucrativos negocios, según abrumadores indicios
presuntamente favorecidos desde la Administración
Autonómica.
Todo lo
anterior sin que a fecha de hoy la
Junta haya tenido la decencia de personarse en las
diligencias penales abiertas por el Juzgado de Instrucción número 2 de
Valladolid, donde, como era prever, la fiscalía se ha opuesto a la pretensión de
que se abriera una pieza separada exclusivamente sobre los contratos de mobiliario
y señalética adjudicados sin concurso a Unifica
la misma empresa que reformó en B la sede central del PP en la calle
Génova. ¡Como si estos contratos, por importe de 4 millones, fueron los únicos
que han podido causar un quebranto económico a las arcas de la comunidad en unas operaciones, Perla Negra y Portillo, en las que se investigan sobrecostes que rondan los 40 millones de euros!
Pilar del Olmo y Juan Vicente Herrera |
Y pese a -o precisamente por- todas estas
revelaciones, el presidente de la
Junta sigue cerrado en su negativa a comparecer ante la
comisión parlamentaria que investiga ambos casos y la “trama eólica”, cuyo
trabajo, siguiendo las instrucciones recibidas desde el Colegio de la Asunción , se encuentra
paralizado “sine die” por el grupo popular.
Todo lo contrario que la comisión sobre el Hospital de Burgos, que, tras el simulacro de comparecencia de Herrera,la Junta
quiere despachar cuanto antes, al punto de que se ha habilitado el mes de julio
para continuar las comparecencias, por supuesto siguiendo el orden y el formato
impuestos por el grupo popular al conjunto de la oposición.
Todo lo contrario que la comisión sobre el Hospital de Burgos, que, tras el simulacro de comparecencia de Herrera,
La consejera de Economía y Hacienda, Pilar del Olmo, abrirá la nueva ronda
de comparecencias el lunes 11 de julio. A Del Olmo no le escandaliza que un hospital
adjudicado en 242 millones de euros acabara costando 528, ni que su coste
diferido al final de la concesión haya pasado ya de 1.010 a 1.667 millones.
Todo lo contrario: considera que el modelo de colaboración público-privado “ha
sido un éxito”.
Acostumbrada a cuadrar las cuentas a base de deuda pública,
esos desfases no le producen la menor perturbación. Desde que es consejera de
Hacienda, año 2003, hasta finales de 2015 la deuda de la comunidad ha pasado de
1.436 a
10.557 millones, en términos de PIB del 3,30 al 19,40 por ciento. Gracias,
entre otras muchas cosas, a “éxitos” como el modelo de gestión aplicado al
hospital burgalés.