lunes, 2 de junio de 2025

La trastienda/ Hablando de mafia política...

 Por razones bastante elementales, el PP eligió Valladolid como punto de arranque de la campaña desplegada para dar fuste a un congreso nacional, el previsto a primeros de julio en Madrid, que ni va a renovar el liderazgo ni va resolver la gran duda (para los incautos que todavía la tengan) sobre la posición que adoptará el partido en el caso de que su llegada al Gobierno precise el concurso de la ultraderecha patria que lidera Santiago Abascal, el antiguo enchufado de Esperanza Aguirre aliado hoy de Trump, Orbán, Milei y todo lo más abyecto del panorama político mundial, incluido el criminal de guerra e incansable genocida Benjamín Netanyahu.

Nuñez Feijóo y Fernández Mañueco el pasado viernes en Valladolid
  La elección de Valladolid para tan trascendental cita venía dada por dos razones concomitantes. De una parte, porque Castilla y León será el escenario de la primera confrontación electoral prevista en el calendario (como muy tarde en primavera, aunque sigo pensando que la cita se adelantará al otoño). La segunda razón, no menos importante, tiene soporte en una realidad constatable: Castilla y León es el territorio patrio con mayor densidad de cargos públicos del PP por metro cuadrado. Y eso ayuda mucho a la hora de congregar una concurrencia adicta que dé lustre a las imágenes a difundir por los telediarios. (A este respecto, las expectativas estuvieron lejos de cumplirse, ya que en la Cúpula del Milenio hubo de todo menos apreturas).

Los genovitas tampoco parecieron tener en cuenta que el PP gobierna el ayuntamiento de Valladolid en comandita con la ultraderecha, gracias a la cual se encaramó a la Alcaldía el a la sazón senador Jesús Julio Carnero, en detrimento del anterior alcalde socialista y ahora ministro de Transportes, Óscar Puente, quien bien se encargó de restregarle en su día el hecho a Núñez Feijóo cuando se dirigió “de ganador a ganador” al frustrado candidato a la investidura.

 Pero obviando todo lo anterior, la mayor fatalidad de este último garbeo de Feijóo por estos la lares radicó en otra circunstancia ciertamente imprevista: la Audiencia Provincial de Valladolid anunciaba en la víspera el calendario de la vista oral del juicio correspondiente a la “trama eólica”. 

Parque eólico en Peñaflor de Hornija (Valladolid)
 Un juicio en el que varios exaltos cargos de la Junta -de nuevo con el exviconsejero Rafael Delgado a la cabeza- se enfrentan a penas que suman decenas de años de prisión y cientos de millones de euros en indemnizaciones por el rosario de presuntos delitos perpetrados en torno a la adjudicación de los parques eólicos que pueblan el paisaje de Castilla y León.  Coincidencia ciertamente fatal cuando el PP nacional acababa de lanzar el eslogan “Mafia o Democracia” con el que ha convocado su enésima manifestación -esta vez en solitario- contra el gobierno de Pedro Sánchez.

“Sicilia y León”.-  Supongo que el actual presidente nacional del PP desconoce el dato, pero hubo un promotor del sector eólico que, considerándose extorsionado por los políticos que manejaban las adjudicaciones, acuñó la expresión “Sicilia y León” para referirse a los “capos” que operaban en la consejería de Economía mientras presidía la Junta su amigo del alma Juan Vicente Herrera. No recuerdo si fue el mismo promotor que denunció por escrito la extorsión sufrida al entonces presidente de la Junta, sin que conste que éste moviera un dedo para atajar esas conductas delictivas. (Sin darse por concernido por este escándalo, como tampoco por la sentencia que ha condenado a Delgado y a otros antiguos altos cargos de la Junta por el caso “Perla Negra”, Herrera continúa apalancado como miembro nato del Consejo Consultivo a razón de 82.356 euros anuales).

Por lo demás -solo hubiera faltado- Feijóo no cometió la torpeza de reiterar su conocido argumento según el cual un gobierno sin mayoría parlamentaria para aprobar los Presupuestos está abocado a disolver las Cortes y convocar elecciones. Resulta que eso rige para el gobierno Sánchez pero no para el de Mañueco.  

Carlos Martínez y Óscar Puente en un acto del PSOE
Conocido el calendario de dicha vista oral, que se extenderá desde mediados de septiembre a finales de enero, ha habido quien ha especulado sobre su posible repercusión en la convocatoria de las próximas elecciones autonómicas. En absoluto. Tengan lugar en la primavera de 2026 o se adelanten al próximo otoño, los ciudadanos de “Sicilia y León” acudiremos a las urnas sin que la Audiencia de Valladolid haya dictado la correspondiente sentencia. Hace al caso recordar que esta misma Audiencia se tomó ocho meses, ocho, para emitir su benigno fallo sobre el caso “Perla Negra”, por lo no es de esperar que dicte sentencia sobre la “trama eólica” antes del verano de 2026. En este sentido, el PP y la Junta pueden estar tranquilos. Otra cosa es la podredumbre política que aflore durante la vista oral, que lógicamente proporcionará munición electoral a la oposición cuando quiera que se celebren los comicios.

 Entretanto, Mañueco y su troupe prosiguen su campaña electoral, que se ha visto alimentada con la decisión de Renfe de suprimir paradas del AVE en Sanabria, Segovia y Medina del Campo. Nunca un recorte tan reducido de gasto público está teniendo mayor coste político. Un flaco favor del ministro Puente -a fin de cuentas, el máximo responsable- al nuevo líder del PSOE y candidato socialista in pectore a la presidencia de la Junta, Carlos Martínez. ¡Menos mal que Puente, junto con el secretario de los socialistas leoneses, Javier Alfonso Cendón, fueron los máximos valedores del desembarco de Martínez al frente de los socialistas de Castilla y León...!

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