viernes, 9 de agosto de 2024

La trastienda/ Uno menos para suceder a Luis Tudanca

 A estas alturas de la película no hace falta que les cuente que en política vale casi todo, y ello es así porque a la hora de votar el electorado lo permite. Salvo en el caso extremo de la gran patraña urdida por José María Aznar con ocasión de los atentados islamistas del 11-M en Madrid, la mentira no suele ser penalizada en las urnas. Sin embargo, esa patente de corso que la clase política cree tener a veces juega malas pasadas en episodios puntuales objetivamente mucho menos graves que el de mentir sistemáticamente y a sabiendas sin el menor escrúpulo.

Pondré un ejemplo. Al que fuera alcalde de León, Mario Amilivia, actual presidente del Consejo de Cuentas de Castilla y León y antes del Consejo Consultivo, le pasó una onerosa factura política la revelación de que entre los gastos de Alcaldía incluyera el de la gomina utilizada para fijar su cabellera. Amilivia pasó a ser conocido en toda España como el “alcalde de la gomina” y ello lastró su carrera política. Hay quien dice que era el ojito derecho del entonces presidente de la Junta, Juan José Lucas, y que, de no ser por ese episodio, hubiera sido el elegido por el estadista de El Burgo de Osma para sucederle en la presidencia de la comunidad.

Martinez a bordo de su "papamóvil" 
 Y saco a colación dicho antecedente con motivo del episodio protagonizado por el alcalde de Soria, el socialista Carlos Martínez, cuya imagen encaramado a un simulacro de “papamóvil” en un festejo popular, ha dado la vuelta al universo patrio (eso que dicen que se ha hecho viral). Ni siquiera ha sido en las fiestas de la capital soriana, sino en una suerte de carnaval celebrado en el municipio de Tardelcuende. Utilizando una escobilla de water a modo de hisopo para esparcir no se sabe qué a los viandante desde el trono “papal” montado sobre el techo de un turismo que tiene toda la pinta de no haber pasado la ITV. No se si será verdad, como rezan algunas crónicas, que el desfile se produjo tras una comida “copiosa”, pero la “frivolité” es de las que hacen época.

Tanto como para arruinar cualquier futuro político. Alcalde de Soria ininterrumpidamente desde 2007 -lo cual, todo hay que decirlo, tiene mucho mérito- Martínez hace tiempo que llevaba buscando su proyección política más allá de San Polo y San Saturio. En su momento se sumó a la aventura emprendida por la desaparecida Carme Chacón para suceder a Zapatero, formando parte del núcleo duro que constituyó la exministra de Defensa. Pero la derrota de ésta a manos de Rubalcaba frustró esa tentativa.

Al margen de aquella escaramuza, el nombre del alcalde soriano ha estado mucho tiempo circulando como posible candidato a liderar el Partido Socialista de Castilla y León. Sonó cuando pegó la espantada Óscar López y cuando cayó en desgracia Julio Villarrubia, pero al final nunca di0 el paso. Y ahora, cuando todo apunta a que Ferraz anda buscando sucesor de Luis Tudanca, había vuelto a emerger su posible candidatura. Y digo había porque, después de su paseo en “papamóvil”, pienso que su opción ha de darse completamente por descartada. Su imagen “viral” protagonizando esa payasada resulta letal para cualquier aspiración política. Pienso que incluso para volverse a presentar por quinta vez a su reelección como alcalde de Soria. Así pues, ya sabemos de uno que no sucederá a Tudanca.

Y el gobierno Mañueco, de veraneo.- A todo esto, cuando se supone que España se está rompiendo en pedazos tras el acuerdo entre el PSOE y Esquerra Republicana, el día en que Puigdemont ha vuelto en dejar en ridículo a la policía nacional y a la autonómica catalana, el gobierno monocolor de Fernández Mañueco está desaparecido. Al punto que con la que se supone que esta cayendo, esta semana no se ha celebrado Consejo de Gobierno. ¿"Ande andarán" el presidente, la flamante vicepresidenta y demás ilustres componentes del Ejecutivo autonómico?

Suárez Quiñones y González Corral, consejeros de guardia
Salvo el de Fomento, Juan Carlos Suárez-Quiñones, de guardia por el alto riesgo de incendios forestales, y la de Agricultura, María González Corral, los demás no se sabe donde paran. Desde un ignoto lugar, Mañueco se ha limitado a publicar un mensaje en su cuenta de X (antiguo Twitter), en el que dice que “Puigdemont, con el apoyo de Sánchez y sus socios separatistas, ha vuelto a reírse de todos los españoles”. Antes de desaparecer de escena, cuando se conoció el acuerdo PSOE-ERC que franqueaba la investidura de Salvador Illa, el presidente de la Junta anunció “una batalla judicial sin precedentes” para impedir lo que considera “un robo a Castilla y León”. No dijo que emprendería dicha batalla “con la máxima celeridad posible”, como anunció en julio el consejero de la Presidencia, González Gago, en relación con el recurso contra la Ley de Amnistía que lleva camino de presentarse en septiembre.

 Así pues, dada la desbandada estival del gobierno Mañueco no sabemos lo que pensará respecto a los últimos datos conocidos en materia demográfica, según los cuales mientras España bate un nuevo récord de población, Castilla y León es una de las pocas comunidades que sigue perdiendo habitantes. Menos mal que con la “fuga” al Parlamento Europeo del hasta ahora portavoz del grupo popular en las Cortes, Rául de la Hoz, quien oficialmente sigue sin haber sido sustituido, el problema demográfico se solucionará en un pispás...

 (Publicado en elDiario.es Castilla y León)

P.S.- Me señala un amable comunicante soriano que Carlos Martínez accedió a sus primeros cargos públicos en las elecciones autonómicas y municipales de 1999, en las que obtuvo sendas actas como concejal del ayuntamiento de Soria y como procurador de las Cortes por la provincia. Por lo tanto, ha de figurar en el ranking de políticos activos en Castilla y León que han superado la friolera de 25 años al servicio de la causa. Con él ya son 33 los abnegados que llevan más de un cuarto de siglo  sacrificándose por el bienestar común de la ciudadanía.

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viernes, 2 de agosto de 2024

El topillo/ El sueño húmedo de un nuevo anticipo electoral

 Si por “Fonsi” Fernández Mañueco fuera, en octubre los resignados ciudadanos de Castilla y León -Sicilia y León, que dijo uno de los empresarios extorsionados por la “trama eólica” comandada por la misma X de la Perla Negra y demás pelotazos asociados, caso este último pendiente por cierto de sentencia de la Audiencia Provincial de Valladolid- estaríamos votando en unas nuevas elecciones autonómicas anticipadas. Es el sueño húmedo del actual presidente de la Junta, quien piensa que, aunque el PP no llegara a la mayoría absoluta, obtendría una mayoría suficiente par poder gobernar en minoría sin que la oposición pudiera bloquear su acción de gobierno en las Cortes (aprovecho para recordar a algún escriba que lo del “mausoleo” de Villa del Prado es otra de las acuñaciones originales de este Blog).

Alfonso Fernández Mañueco
 Porque esa es la cuestión. El PP de Castilla y León ha aplaudido hasta con las orejas (saludos amigo Alberto, sigo teniéndote presente en mis oraciones) la ruptura del pacto con Vox que le permitió mantener a Mañueco como presidente después de dinamitar, anticipación electoral presente, el pacto con Ciudadanos que le franqueó la presidencia de la Junta merced a la rabieta infantil de Albert Rivera, quien contravino todos los principios de su partido, y así le ha ido a él y a su desahuciada formación, al impedir la alternancia que hubiera supuesto la investidura de Luis Tudanca, el candidato del partido más votado en las elecciones autonómicas de 2019.

 El PP está que no cabe de gozo con la ruptura forzada por Santiago Abascal, que le ha permitido desprenderse de ese casposo y tóxico compañero de viaje. Pero, tras la euforia inicial, queda la realidad aritmética de que ha pasado a gobernar en minoría y con un margen de maniobra muy reducido para sacar adelante compromisos electorales que guardó en el cajón al embarcarse en el pacto de gobierno con la ultraderecha. Como se ha visto en el caso del Diálogo Social y el Serla, el gobierno Mañueco ha tardado horas 24 en sacudirse ese yugo de Vox, cuyas imposiciones, entre ellas la de la Ley de la Discordia, han quedado prácticamente en nada (el legado ultra lleva camino de reducirse a la declaración como “bien de interés cultural” de la infame “Pirámide de los Italianos”).

Pero la realidad es que el PP no dispone de apoyos parlamentarios alternativos para sacar adelante compromisos electorales propios como el de promover una nueva Ley integral contra la Violencia de Género -repito, de género, nada del invento de “intrafamiliar”- o la de reconocer mediante ley los derechos de la comunidad LGTBI. Y por supuesto, si no es con el apoyo de Vox, puede olvidarse de unos nuevos Presupuestos de la Comunidad para 2025, aunque esto sea lo de menos, ya que puede prorrogar los vigentes en 2024.

Por ello, y más después de la encuesta servida por “La Sinrazón” y el coste electoral que tendría para el PSOE el “concierto” fiscal catalán concedido por Pedro Sánchez para sacar adelante la investidura de Salvador Illa (y de paso para garantizarse el apoyo de ERC al gobierno socialista en el Congreso de los Diputados), a “Fonsi” se le hacen los dedos huéspedes pensando que un adelanto de las elecciones autonómicas situaría al PP de Castilla y León al borde la mayoría absoluta. Pero ocurre que ese adelanto electoral no lo puede decidir sin contar antes con el visto bueno de Alberto Núñez Feijóo, quien antepone a cualquiera otra circunstancia la estrategia que se ha fijado Génova para conquistar La Moncloa.

Sobre la tormenta interna desatada en el PSOE por su pacto fiscal con los republicanos catalanes, es lógico que el consejero portavoz de la Junta. Carlos Fernández Carriedo, ese eterno-chico-bien-mandado -que-vale-igual-para-un-roto-que-para-un-descosido, exija al todavía máximo dirigente de los socialistas de Castilla y León. Luis Tudanca, que “pase de las palabras a los hechos” e inste a los parlamentarios nacionales del partido a que se opongan en las Cortes Generales a las reformas legislativas necesarias para materializar ese pacto. Lo que es un contrasentido es calificar a Tudanca de ser un político “irrelevante”, que ciertamente es así, y a la vez exigirle autoridad sobre los diputados y senadores socialistas electos en la comunidad, tal como ha hecho el secretario autonómico del PP, Paco-Paquito-Paquete Vázquez Requero de Lama.

Pedro Sánchez y Luis Tudanca
 Decir, como han señalado muchos medios -sin duda para vender una rebelión interna que no pasa de ser un mero postureo para evitar su propio desgaste-, que Tudanca le ha plantado cara a Sánchez es de chiste. La debilidad interna del secretario autonómico roza lo patético. Está completamente en primer tiempo de saludo ante la autoridad competente, en espera de que desde el eje Ferraz-Moncloa se decida su futuro, esto es, si dando la causa por perdida, se opta por presentarle por cuarta vez como candidato a la presidencia de la Junta o, si por el contrario, se decide que el cartel electoral lo encabece alguien con más peso y/o proyección de futuro, en cuyo caso Tudanca será convenientemente recolocado, como sucedió en su día con Ángel Villalba.

 Reitero al respecto lo manifestado en otras ocasiones: La decisión la tomará Sánchez previa consulta al trío con capacidad de influencia en la materia, a saber, el ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero, el ministro Óscar Puente y el jefe del Gabinete del Presidente en La Moncloa, Óscar López. De este último, a quien el Tribunal de Cuentas le acaba de afear su gestión en Paradores de España, solo espero que no se le ocurra frustrar la carrera política de Ana Redondo proponiendo a la ministra de Igualdad como destinataria de semejante marronazo.

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