lunes, 31 de enero de 2022

“Ni Mañueco es Ayuso ni Castilla y León es Madrid”

  Más allá de la avalancha de políticos nacionales que se han dejado ver por Castilla y León y del positivo en Covid de Francisco Igea, el primer fin de semana de campaña oficial ha discurrido bajo el influjo de los diversos sondeos de opinión que dibujan una recomposición de las Cortes en la que las minorías pueden tener un papel decisivo en la gobernabilidad de esta comunidad autónoma. Y no me refiero al polémico barómetro del CIS, que sitúa al PSOE como primera fuerza en intención de voto, sino a otra serie de encuestas que coinciden en alejar al PP de la mayoría absoluta (41 escaños) que rozaba en los sondeos difundidos nada más convocarse las elecciones del 13-F.

Mañueco y Ayuso durante un desayuno en Madrid
 A la luz del universo demoscópico, se deduce que, tras el impacto inicial de su convocatoria, a lo largo de la precampaña se ha ido estabilizando el estado de opinión ante unas elecciones intempestivas a más no poder, convocadas en plena fase ascendente de la ola más contagiosa de la pandemia, sin ninguna urgencia que lo justificara y sacrificando unos nuevos Presupuestos de la Junta fundamentales para encarar la recuperación económica en Castilla y León.

  Deslumbrado por el fenómeno electoral de Isabel Díaz Ayuso, el presidente Fernández Mañueco, decidió emprender, en comandita con Pablo Casado, esta huida hacia adelante confiando en repetir el resonante triunfo de la presidenta madrileña, quien, a diferencia de él, no se inventó la moción de censura que pretendía desalojarla de la Puerta del Sol. Pero, como se ha escrito ya por más de un analista, se está constatando algo tan evidente como que Castilla y León no es Madrid ni Mañueco goza del carisma político de Ayuso.

Pablo Casado, de canpaña en Segovia
 Y así se desprende del común de los sondeos aludidos, que sitúan las expectativas de voto del PP en torno a un 35 por ciento, cinco puntos por debajo del 40,2 por ciento que le atribuyó el realizado por Sigma Dos para CyLTV a finales del pasado año. De forma que la horquilla de escaños, que en esa encuesta oscilaba entre 38 y 42, se sitúa ahora en torno a los 34 que señalan los sondeos publicados por “El Español” y “El Confidencial” y “Onda Cero” y los 36 de los difundidos por “La Razón” y “El Debate”, es decir, entre 5 y 7 procuradores por debajo de la mayoría absoluta.

 Gobernar en solitario como lo hace Díaz Ayuso, sin acuerdo estable con ninguna otra fuerza, resultaría inviable en el escenario que diseñan esas encuestas, que atribuyen entre 27 y 29 escaños al PSOE, entre 9 y 10 a Vox y otra decena repartida entre un mínimo de cinco minorías (Unidas Podemos, Unión del Pueblo Leonés, Ciudadanos, Soria ¡ya! y Por Ávila), que pueden ser seis si alguna de las candidaturas de la España Vaciada se cuela en el reparto.

El peliagudo dilema del PP.- En esa tesitura, Mañueco tendría básicamente dos opciones: Pactar con Vox o buscar entre las minorías los apoyos que necesita, tanto para ser investido presidente como para gobernar con una mínima estabilidad. La primera opción comportaría un gobierno de coalición con la formación ultraderechista, cuyos dirigentes no se cansan de repetir que no prestarán su apoyo al PP si no es a cambio de entrar en la Junta. “Es el momento de entrar en los gobiernos y de ejecutar nuestros programas”, ha reiterado al respecto Rocío Monasterio.

Igea, confinado en su domicilio
 La otra opción del candidato del PP sería la de tratar de encontrar entre las minorías -excluida, claro está, Unidas Podemos- los votos mínimos para ser investido presidente aunque sea en segunda votación (mayoría simple), apoyos que tendría que buscar entre la Unión del Pueblo Leonés, Por Ávila (XAV) y Soria ¡ya”, toda vez que el candidato de C´s, Francisco Igea, ha anunciado por razones obvias su veto expreso a la investidura de Mañueco. “Lo único que tenemos claro es que no le daremos las llaves del piso al atracador”, declaraba la pasada semana a “El Mundo”.

Tampoco tendrá fácil el PP obtener el favor de los dos o tres procuradores que los sondeos atribuyen a los leonesistas, a los que en ocasiones ha equiparado con los secesionistas catalanes, y no digamos el del XAV, con el que su relación ha acabado como el rosario de la aurora. Y queda por ver qué actitud adopta “Soria ¡ya!”, que irrumpe como primera fuerza política en la provincia.

 El CIS alienta la esperanza socialista.-  Este es el peliagudo dilema que se les presenta a Mañueco y Casado en el caso de que los referidos sondeos estuvieran atinados. Y ni pensar quieren ambos en la catástrofe -ciertamente improbable- de que el que acertara fuera el barómetro del CIS de denostado Tezanos, según el cual el PP y Vox no sumarían mayoría absoluta, cálculo supeditado a que Ciudadanos logre, contra todos los demás pronósticos, mantener un 7,9 por ciento de porcentaje de voto. Solo en este caso, el PSOE de Luis Tudanca podría repetir como primera fuerza política con opción de gobernar si consigue reunir los apoyos necesarios entre las formaciones minoritarias.

Sánchez y Tudanca durante un mitin en Zamora

 Aun descartando este último escenario, en el PP se han desatado los nervios al percatarse de que su órdago electoral no está siendo el paseo triunfal que Mañueco y Casado imaginaban. Sea porque su relato para justificar el adelanto no ha resultado mínimamente creíble, sea porque precipitaron la convocatoria sin sopesar la situación de pandemia (alrededor de 300.000 nuevos contagios en Castilla y León en lo que llevamos de sexta ola), sea porque tampoco midieron la caída de la participación en unas elecciones que por primera vez no se celebran al rebufo de las municipales.

 Si a ello se añade que el CIS sitúa en un 26 por ciento el porcentaje de indecisos, la campaña electoral cobra un papel muy relevante ante un escrutinio en el que el último escaño a asignar en cada una de las nueve provincias puede caer de un lado o de otro por un puñado de votos.

Casado, expuesto a un tropezón.-  Estaba previsto de antemano que Pablo Casado se volcara en unas elecciones instrumentalizadas desde Génova al servicio de su carrera electoral hacia La Moncloa. Lo que no estaba en sus cálculos era que tuviera que volcarse para evitar un fracaso o una victoria pírrica muy alejada de la de Ayuso y por tanto muy contraproducente para esas aspiraciones. Como también lo sería pasar por las horcas caudinas de compartir por primera vez en España un gobierno con la ultraderecha.

Camión electoral de Unidas Podemos

 De ahí que Casado vaya a multiplicarse por Castilla y León durante toda la campaña como si fuera él el candidato a la Junta, y que el PP, en un intento de atajar la sangría de votos hacia Vox, haya echado mano incluso de José María  Aznar, un expresidente con tal desapego hacia esta comunidad autónoma  que ni siquiera se ha dignado en  recibir la Medalla de las Cortes que le fue concedida en 2008.

 Y desmintiendo a quienes afirmaban que iba a pasar de puntillas por estas elecciones, no lo verá tan mal Pedro Sánchez cuando estuvo el sábado en Zamora y visitará León y Soria antes de cerrar la campaña socialista en Valladolid. Unidas Podemos, al alza en todos los sondeos, tampoco ocultará al ministro Alberto Garzón y espera contar con la vicepresidenta Yolanda Díaz. Con el viento muy a favor, la plana mayor de Vox, con Abascal al frente, seguirá “sembrando” por todas las provincias, y habrá que ver como recompone su campaña C´s tras la cuarentena de Igea. Hasta el día 13 esto va a ser un hervidero político. Después, puede que un mercado persa.

(Publicado en elDiario.es Castilla y León

lunes, 24 de enero de 2022

13-F: El insondable voto rural y la abstención, dos incógnitas por despejar

  A la espera de que comience la campaña oficial, el voto del mundo rural ha seguido siendo el principal objeto de deseo en la batalla electoral que se libra en Castilla y León. Aunque la tormenta desatada por las declaraciones del ministro Garzón ha ido remitiendo y Pablo Casado y los suyos ya no posan ante reses pastando en bucólicas fincas, el voto rural continúa siendo objetivo prioritario de los dos principales partidos, preocupados ambos por los elementos de desgaste que sufren en un ámbito más agitado e insondable que nunca.

Casado subido el pasado domingo a un tractor en Palencia

 El pagano electoral de tan distorsionada polémica no ha sido Unidas Podemos, cuyo voto es esencialmente urbano, sino el PSOE, colocado a los pies de los caballos del sector ganadero en su conjunto, que ya estaba de uñas con el gobierno socialista por el problema del lobo.

 Por su parte, el PP no ha podido ocultar su descarada connivencia con la proliferación de las macrogranjas, ese aberrante modelo de ganadería industrial altamente contaminante que hipoteca un desarrollo rural sostenible y acaba destruyendo la explotación familiar agraria. Mientras comunidades como Castilla-La Mancha han puesto pie en pared mediante una moratoria que prohíbe nuevas macrogranjas hasta finales de 2025, en Castilla y León continúa abierta la barra libre, estando otro centenar en vías de autorización. Y por mucho que el candidato-presidente niegue la evidencia, los vecinos afectados conocen muy bien las fatales consecuencias de esta perniciosa industria.

Atención: No es igual promesa que compromiso.-  El otro gran problema del PP en el medio rural es el incesante deterioro de la Sanidad, cuya red de consultorios locales sigue sin recobrar la atención presencial prometida por el presidente Mañueco el pasado mes de septiembre.

Alejandro Vázquez, consejero de Sanidad
“Habrá una Ley que blinde la asistencia sanitaria en el mundo rural. No es una promesa. Es un compromiso de obligado cumplimiento”, se afirma en boca del candidato Mañueco en la página web del PP de Castilla y León. 

Curiosa distinción ésta entre promesa y compromiso, a partir de la cual ya sabemos que el PP no considera “de obligado cumplimiento” ninguna de sus promesas electorales. Y ello mientras el nuevo consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez, advierte de la dificultad para cumplir ese compromiso: “No se pueden sacar sanitarios de donde no los hay. Habrá que disminuir la frecuentación en algunos municipios y tendremos que poner transporte para asistir a la consulta los días que no haya asistencia”, ha declarado en entrevista concedida a este diario.

 Son muchas las incógnitas sobre el comportamiento del electorado rural. Otra de ellas es la sospecha de un importante voto oculto a favor de Vox, que, Abascal aparte, viene desplegando por Castilla y León a toda su segunda línea (Ortega Smith, Espinosa de los Monteros, Olona y Buxadé).

Acto público de "Soria ¡Ya!"
Otra es el nivel de respaldo a las candidaturas de la “España vaciada”, que, excepto “Soria ¡ya!”, presente con su propia marca como agrupación electoral, están fuera del radar de los sondeos hasta ahora publicados. Aunque no lleguen a obtener representación, votos va a tener. ¿A costa de quién?

Y capítulo aparte es el grado de abstención esperable tanto por la situación de pandemia como por tratarse de una convocatoria electoral separada de las elecciones municipales y carente por ello del “efecto arrastre” de los candidatos a las alcaldías. Una participación inferior al 60 por ciento -en 2019 superó el 70- favorecía las opciones de las fuerzas minoritarias en el reparto de escaños.

 De ahí, que el PP venga acompañado sus diatribas contra Garzón y Sánchez con un aluvión de promesas, mayormente dirigidas al ámbito rural, añadiendo nuevos incentivos y deducciones fiscales en las zonas con riesgo de despoblación, que dicho sea de paso son todas. (Según el último censo oficial del INE, Castilla y León perdió en 2020 otros 11.179 habitantes, cayendo su población hasta los 2.383.139, 166.035 menos de los que contaba en 2008). Y como sea que la natalidad sigue bajando, el candidato-presidente anuncia, siguiendo una vez más la estela de Díaz Ayuso, el rescate del cheque-bebé.

Alfonso Fdez. Mañueco y Antonio 

Banda ancha rural, la madre de todas las promesas incumplidas.-  Y no podía faltar en este carrusel de promesas la de extender la banda ancha a todo el territorio de la comunidad autónoma. Mañueco pone ahora nuevas fechas y plazos a un compromiso adquirido por la Junta nada menos que en 2005, año en el que el entonces consejero de Fomento, Antonio Silván, anunció que en 2007 toda la población de Castilla y León tendría acceso a los servicios de Internet a través de banda ancha. 15 años después, el candidato-presidente anuncia para 2025 la cobertura total con un mínimo de 30 megas y sitúa en 2027 la llegada de los 100 megas.

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 Por su parte, el PSOE de Luis Tudanca viene llenando su agenda con las incesantes visitas –algunos días a pares- de ministros socialistas dedicados a ensalzar las excelencias del gobierno Sánchez. Particularmente activa viene mostrándose la Delegada del Gobierno, Virginia Barcones, quién, como buena conocedora del medio rural y del problema de la despoblación, no pierde la ocasión de replicar los ataques del PP y de denunciar el oportunismo de las promesas electorales del partido que lleva gobernando la comunidad durante los últimos 35 años.

Virginia Barcones

 Los socialistas, (y con ellos Unidas Podemos, que suspira por recibir el espaldarazo de Yolanda Díaz) han recibido el apoyo indirecto de los dos sindicatos mayoritarios, CC.OO. y UGT, Además de calificar de “inoportuna” la convocatoria electoral, ambos sindicatos abogan por un “cambio político” basado en un modelo propio -“el modelo Ayuso no se necesita en Castilla y León”, afirman- y piden un cordón sanitario que impida la entrada de Vox en el próximo gobierno autonómico.

Igea y su memoria selectiva.-  Mientras tanto, se aproxima la campaña oficial con el caso de la presunta financiación ilegal del PP de Salamanca más vivo que nunca en el Juzgado La actitud del presidente provincial, Javier Iglesias, acogiéndose a su derecho a no declarar, no ha hecho otra cosa que acrecentar las sospechas sobre su implicación, máxime cuando el Juzgado ha admitido una denuncia anónima en la que se dan pelos y señales, nombres y fechas, de la “colecta” organizada para apoyar la candidatura de Mañueco en aquellas primarias autonómicas de 2.017.

Javier Iglesías y Francisco Igea

 Por si fuera poco, el ex vicepresidente de la Junta, Francisco Igea, ha desvelado una conversación privada con Iglesias en la que éste alude al inductor de la trama: “Paco, tú sabes que yo hice lo que hice porque me lo pidió quien me lo pidió”.  Siguiendo el principio “Cui prodest”, el aludido no puede ser otro que Mañueco.

Despechado por el abandono de su cónyuge de conveniencia, Igea ha comenzado a revelar ciertas interioridades de alcoba que no dejan en el mejor lugar a su expareja política. Particularmente obscena ha sido la que acusa a Mañueco de haber estado siempre más pendiente de las encuestas que de la necesidad sanitaria de adoptar medidas impopulares para combatir la pandemia. “El presidente siempre tenía las encuestas. Nosotros (C´s) contábamos vidas, los demás votos”. Igea se refiere a los doce sondeos que contrató y pretendió ocultar la Junta durante el año 2020, que, además de pulsar la opinión sobre la gestión de la pandemia, se interesaban por la intención de voto de los encuestados. “Cuando la suma de votos y vidas le ha sido favorable es cuando ha convocado elecciones”, ha concluido el exvicepresidente.

 No ha habido ni habrá respuesta. Ignorar las acusaciones de Igea y los ataques de Vox forma parte del manual de campaña del candidato-presidente.

 (Publicado en elDiario.es Castilla y León)


lunes, 17 de enero de 2022

La sombra de un gobierno PP-Vox planea sobre el 13-F

 Convocado con casi dos meses de antelación, el XIV Congreso del PP de Castilla y León estaba llamado a ser un paseo triunfal para Alfonso Fernández Mañueco, quién, después de haber limado asperezas con Pablo Casado, gozaba del plácet de Génova para asentarse en la presidencia autonómica del partido y volver a encabezar el cartel en las siguientes elecciones autonómicas.

Casado y Mañueco el pasado domingo en León

Pero la convocatoria anticipada del 13-F ha precipitado los acontecimientos y el cónclave, celebrado a cuatro semanas de la cita con las urnas, se ha convertido en el primer gran acto electoral del PP, que ha realizado en León toda una exhibición de músculo, con la plana mayor del partido y todos los demás barones autonómicos arropando a Fernández Mañueco. Ni la sexta ola de la pandemia, que obligaba a limitar el aforo, ha empañado el abrumador respaldo recibido (98,26 por ciento de los votos) por el candidato a repetir como presidente de la Junta, que por otra parte ha mantenido a su núcleo de confianza en los puestos claves de la dirección autonómica.

 Mucho ha cambiado la relación, en otro tiempo tormentosa, de Mañueco con la cúpula de Génova, y mucho ha cambiado el propio presidente de la Junta desde que la victoria electoral de Isabel Díaz Ayuso marcó un claro punto de inflexión en la política española. A partir de ella Mañueco decide adoptar el “ayusismo” como referente y modelo éxito electoral basado en la confrontación sistemática con el gobierno de Pedro Sánchez, autoproclamándose “un muro de contención contra el sanchismo”.

Díaz Ayuso en el Congreso del PPCyL 

Mañueco, un barón sin discurso propio.- La fascinación hacia la figura de Ayuso ha ido in crescendo hasta el punto de asumir el conjunto de todas sus políticas neoliberales, incluidas las de carácter tributario que otras comunidades autónomas no dudan en calificar de “dumping fiscal”, que perjudican claramente a los territorios limítrofes lastrados por la despoblación. Una deriva que ha conducido asimismo a la irresponsable estrategia mantenida frente a la sexta ola de la pandemia.

 Con esta conversión hacia el “ayusismo”, Mañueco se ha convertido en un barón del PP sin discurso propio, desmarcado de otros, como Núñez Feijóo y Moreno Bonilla, con los que hasta ahora compartía una línea de moderación alejada de las estridencias propias de la presidenta madrileña. De esas estridencias y de sus fluidas relaciones para alcanzar acuerdos con Vox cuando la ocasión lo ha requerido.

 A diferencia de Moreno Bonilla, al que no le seduce la perspectiva de tener que compartir gobierno con la ultraderecha, Fernández Mañueco tiene plenamente asumido ese escenario si los resultados lo requieren. Ya hemos visto el caso omiso a la sugerencia del secretario autonómico de Comisiones Obreras, Vicente Andrés, de establecer un cordón sanitario similar al aplicado en Francia y Alemania para excluir a la ultraderecha de los gobiernos democráticos.

Abascal el pasado domingo en Valladolid
  Y a la vista está la tibia repuesta del PP hacia las gruesas descalificaciones que recibe de Vox, partido con el que los populares rehúyen el cuerpo a cuerpo, limitándose a apelar al manido “voto útil”. Muy lejos quedan aquellas rotundas descalificaciones que Pablo Casado dedicó a Santiago Abascal y a su partido con ocasión de aquella moción de censura presentada por Vox contra Sánchez en octubre de 2020. Los puentes volados en aquella sesión parlamentaria se han ido recomponiendo después de que Casado cayera en la cuenta de que nunca llegará a La Moncloa sin el apoyo de Vox.

Banco de pruebas del primer gobierno PP-Vox.- Descartada la mayoría absoluta del PP, imposible precisamente a causa del fuerte crecimiento de Vox, la aritmética parlamentaria resultante del 13-F lleva camino de desembocar en un gobierno de coalición de ambas fuerzas políticas. Máxime cuando los de Abascal están dejando muy claro que a partir de ahora no piensan apoyar gratis a gobiernos del PP en minoría, sino que van a exigir su participación directa en los mismos. 

Juan García-Gallardo
 La polvareda mediática levantada por los tuits de su candidato, Juan García-Gallardo, no preocupa lo más mínimo a la formación ultraderechista, ya que son fiel reflejo del ideario del partido (lo preocupante para ellos es que le hubieran encontrado mensajes de corte feminista, a favor de los derechos LGTBI o de los “menas”). Aunque la dirección nacional ha tenido buen cuidado de centralizar el proceso de elaboración de las listas y su presentación ante las juntas electorales, Vox sabe que su fortaleza no radica en el tirón (en este caso inexistente) de sus candidatos, sino en la tendencia de voto nacional.

Abascal y los suyos están convencidos de que el 13-F cosecharán el mismo porcentaje de voto que si se tratara de unas elecciones generales. Y ha de recordarse que en las últimas celebradas, las de noviembre de 2019, ese porcentaje fue en Castilla y León del 16,8 por ciento. De confirmarse estas previsiones, estaríamos ante el banco de pruebas de la primera comunidad autónoma española gobernada en coalición por PP y Vox.

 Lógicamente, tanto el PSOE de Luis Tudanca como Unidas Podemos ya están haciendo sonar la alarma ante la posibilidad de que la ultraderecha acceda, de la mano de Mañueco, al Consejo de Gobierno de la Junta, con la involución democrática que ello comportaría.

Luis Tudanca

 Una alarma a la que se ha apuntado el candidato de Ciudadanos, Francisco Igea, quien ha emplazado a PP y PSOE “a firmar su compromiso de que no van a dejar entrar al populismo extremista en el gobierno de Castilla y León”.

Macrogranjas y desarrollo rural, un oximorón.-  Entretanto, el PP ha encontrado en unas inoportunas declaraciones del ministro Alberto Garzón acerca de la calidad de la carne producida en macrogranjas una percha “fake” para montar la mundial, presentando al gobierno Sánchez como enemigo de toda la ganadería, ya sea ésta extensiva o estabulada en explotaciones perfectamente sostenibles desde el punto de vista medioambiental. 

 Una torticera tergiversación engordada hasta la náusea que, a la postre, está teniendo la virtud de poner en evidencia el apoyo del PP a un tipo de ganadería industrial absolutamente incompatible con el modelo de desarrollo rural viable para sostener la población y revertir el desplome demográfico.

 El problema no es la calidad de la carne que producen, sino el insoportable impacto de un modelo absolutamente aberrante desde el punto de vista medioambiental, y que, lejos de crear empleo, provoca la desaparición de la explotación familiar agraria. Y ya para rizar del todo el rizo hemos oído al presidente-candidato asegurar “que el concepto macrogranja no existe, es una cortina de humo”, olvidándose que la propia consejería de Medio Ambiente reconoce la existencia de 541 de ellas y que el ministerio para la Transición Ecológica tiene detectado un centenar de acuíferos contaminados por nitratos procedentes del ingente volumen de purines y demás porquería que vierten al campo unas explotaciones que en la última década se han duplicado en Castila y León 

Protesta ciudadana en Segovia contra las macrogranjas

 Los 22 movimientos vecinales agrupados en la plataforma Stop Ganadería Industrial han pedido a los partidos que concurren a estas elecciones que se posicionen ante las macrogranjas. Veremos por donde sale el PP, que desde la Junta las pone alfombra verde, lo mismo que hizo en su día con los proyectos del “fracking”, afortunadamente abandonados por falta de rentabilidad.

 Será sin duda el de las macrogranjas uno de los asuntos calientes en los dos debates a tres -Mañueco, Tudanca e Igea- organizados en cumplimiento de lo dispuesto en la Ley Electoral de Castilla y León. Unos debates a celebrar los días 31 de enero y 9 de febrero realizados por la televisión autonómica privada que subvenciona generosamente la Junta. La comisión profesional encargada de regularlos, en la que no tienen presencia los medios digitales, ha declinado la oferta de RTVE de realizar uno de los debates y emitirlo por TVE-1, el Canal 24 horas y Radio 5, frustrando así la oportunidad de pudiera ser seguido en toda España.

 Entretanto, libre de cualquier medida restrictiva, la sexta ola ha superado en Castilla y León los 223.000 contagios desde el pasado 1 de diciembre. La incidencia acumulada se ha disparado hasta los 4.606 casos, la atención primaria sigue colapsada, el número de hospitalizados ronda los mil y el de fallecidos supera los 400. Un completo fiasco del que nadie se hace responsable.

(Publicado en elDiario.es Castilla y León)

lunes, 10 de enero de 2022

Sin tregua ni cuartel hasta el 13-F

Apenas desmontada la decoración navideña, las visitas el pasado domingo de Pedro Sánchez e Inés Arrimadas (Pablo Casado participó el sábado telemáticamente al estar guardando cuarentena), dan idea de la frenética actividad electoral que va soportar Castilla y León hasta el 13-F.  Instrumentadas por el PP como una suerte de “primarias” de las próximas elecciones generales, no habrá tregua ni cuartel en unas autonómicas cuyos resultados se leerán inevitablemente en clave nacional.

Tudanca y Sánchez el pasado domingo en Palencia
 Desde la óptica autonómica estamos ante una cita electoral ciertamente atípica, hasta el punto de que el siempre conflictivo trance de confeccionar las listas hubiera estado exento de cualquier tensión interna de no ser por ciertas maniobras desde la calle Génova para colar en ellas a determinados candidatos no precisamente del gusto del presidente Fernández Mañueco.

 La decisión del PSOE de repetir tal cual las mismas listas presentadas en 2.019 ha zanjado el asunto con el único cambio del número uno por Soria, donde ha corrido el escalafón y la actual Delegada del Gobierno, Virginia Barcones, ha sido reemplazada en la cabecera por Ángel Hernández. Y en Ciudadanos, una vez adjudicado a Francisco Igea el número por Valladolid -según los sondeos el único puesto con posibilidades de obtener escaño- no ha habido codazos para colocarse en las listas. A modo de gesto testimonial, la ex consejera Verónica Casado arropa desde el último puesto la lista encabezada por su compañero de fatigas en la Junta.

Arrimadas e Igea en Valladolid
  El todavía presidente de las Cortes, Luis Fuentes, se ha replegado a Salamanca, donde ha desplazado al segundo puesto a David Castaño, el hasta ahora portavoz parlamentario. Y de los cabezas de lista anteriores tan solo repiten la ex consejera Ana Carlota Amigo (León) y José Ignacio Delgado (Burgos). Algunos de los más afines a Igea se han borrado de las listas, caso del ex viceconsejero de Empleo, David Martín, anterior número uno por Ávila. Más llamativo es aún lo del anterior cabeza de lista por Palencia, Juan Pablo Izquierdo, quien se mantiene como si tal cosa en su cargo de director general de Economía y Social. Y sorprendente es el paso atrás dado por la secretaria tercera de las Cortes, Marta Sanz, que ha declinado volver a encabezar la lista por Segovia.

El PP cambia de cartel ante la batalla abulense.- En el PP, sin dejar de primar la continuidad, ha habido algunos cambios muy significativos. Fernández Mañueco ha querido que todos los consejeros de su actual “gobierno comprimido” encabezarán listas provinciales, lo que ha supuesto la incorporación de la consejera de Familia, Isabel Blanco, como número uno por Zamora, y la del consejero de Agricultura, Jesús Julio Carnero, al frente de la lista por Valladolid. El único que no encabeza es el de Sanidad, Alejandro Vázquez, ya que concurre por la misma circunscripción que el consejero de Presidencia, Ángel Ibáñez, de nuevo número uno por Burgos.

Hernández, candidato de circunstancias
 Aparte de esas incorporaciones de Blanco y Carnero, hay que reseñar una tercera novedad, y no de poco calado, entre los cabezas de lista: El hasta ahora delegado territorial de la Junta, José Francisco Hernández, ha desplazado como número uno por Ávila al ex alcalde de la capital Miguel Ángel García Nieto, relegado al tercer puesto.

El cambio obedece a la dura batalla a librar por el PP con el Partido por Ávila (XAV) después de la abrupta ruptura de las negociaciones mantenidas en torno al abortado Proyecto de Presupuestos de la Comunidad para 2.022. La oposición de García Nieto en las Cortes a las enmiendas presentadas por XAV reclamando inversiones en la provincia le convertían en el blanco perfecto para la campaña del partido abulensista. De ahí que el PP haya decidido retirar del primer plano al ex alcalde y sustituirlo por quien mejor puede defender la gestión de la Junta en la provincia. Hernández tendrá que vérselas con el autor de las enmiendas, Pedro Pascual, que opta a renovar su escaño de procurador, y por supuesto con el actual alcalde de Ávila y líder de XAV, Jesús Manuel Sánchez Cabrera.

Teodoro mete cuñas en León y Salamanca.- Pero más allá del escaparate de los números uno, entre bambalinas ha habido otros movimientos desde la calle Génova, donde el ínclito Teodoro García Egea ha intentado meter determinadas cuñas en las listas, lo que de hecho ha conseguido al menos en Salamanca y León. Ello explica la presencia en puesto de salida (número cuatro) de la lista salmantina del vicepresidente segundo de la Diputación, José María Sánchez, una de las cabezas visibles del sector crítico del PP opuesto a la dirección provincial que preside Javier Iglesias.



García Egea en el congreso provicialdel PP de León

Dicho sector surgió con el apoyo expreso de García Egea y se ha venido postulando como alternativa en el congreso provincial que permanece aplazado “sine die” sin ninguna explicación. (La única explicación plausible es la situación procesal que rodea a Iglesias, pendiente de declarar en calidad de investigado ante el Juzgado que instruye la causa abierta por presunta financiación ilegal del PP salmantino con ocasión de las primarias autonómicas que elevaron a Mañueco a la presidencia del partido en Castilla y León).

  A la izquierda del PSOE, por primera vez concurren en coalición Podemos e Izquierda Unida, que se han fijado como objetivo conseguir un escaño por Valladolid y renovar los dos escaños morados obtenidos en 2019 por Burgos y León. Pablo Fernández, sin rival en las primarias, sale de su circunscripción habitual (León) para encabezar la candidatura vallisoletana, en la que IU no ha escatimado apoyos, situando en ella a destacados cargos municipales, entre ellos María Sánchez (número dos) y Alberto Bustos, dos de sus tres concejales en la capital.

Por su parte, la gran apuesta de IU se produce en Burgos de la mano su coordinador autonómico, Juan Gascón, número uno de la circunscripción en la que Podemos obtuvo en 2019 su mejor resultado. Y UPL repite en León con Luis Mariano Santos con la expectativa de obtener un segundo escaño.

Juan Gascón y Pablo Fernández

Por su parte, la gran apuesta de IU se produce en Burgos de la mano su coordinador autonómico, Juan Gascón, número uno de la circunscripción en la que Podemos obtuvo en 2019 su mejor resultado. Y UPL repite en León con Luis Mariano Santos con la expectativa de obtener un segundo escaño.

 Vox, virtual tercera fuerza política en los sondeos rondando la decena de escaños, presenta por primera vez candidato a la presidencia de la Junta. El abogado burgalés Juan García-Gallardo Fring, autorretratado por su historial homófobo y xenófobo en Twitter, se convierte en el máximo referente de la formación ultraderechista, que piensa recurrir su exclusión de los dos debates que la Ley Electoral de Castilla y León restringe a los partidos que han dispuesto de grupo parlamentario propio durante la Legislatura disuelta.

Mañueco y Ayuso, desayuno en Madrid
Debates y pandemia, dos factores impredecibles.-Dichos debates a tres (PSOE-PP-Ciudadanos) se presentan como sendas pruebas de fuego para el candidato Fernández Mañueco, diana compartida por el socialista Luis Tudanca y por el que ha sido su compañero de viaje, el exvicepresidente Igea.

Por sus efectos impredecibles, estos debates constituyen, junto al colapso de la atención primaria y la saturación hospitalaria, las dos principales preocupaciones del PP en el arranque de esta campaña. En el entorno de Mañueco cunde el temor de que la inopinada decisión del presidente de la Junta de convocar a las urnas en plena pandemia se le pueda volver muy en contra, máxime cuando la Junta de Castilla y León se ha obstinado en no adoptar ninguna medida restrictiva para frenar una ola que ha ocasionado en esta comunidad alrededor de 150.000 contagios y cerca de 40.000 bajas laborales desde el pasado 1 de diciembre, 1.500 de estas últimas entre los propios sanitarios del Sacyl.

(Publicado en elDiario.es Castilla y León)

lunes, 3 de enero de 2022

Apuntarse al “modelo Ayuso”, fatal error de bulto de Mañueco

 La sexta ola de la pandemia ha batido en Castilla y León todos records de contagiosidad desde que el coronavirus irrumpió entre nosotros. El número de casos registrados durante el pasado mes de diciembre superaba en vísperas de Nochevieja la friolera de más de 85.000 (9.768 de ellos notificados el penúltimo día del año). Sin embargo y por increíble que parezca, el gobierno que preside Alfonso Fernández Mañueco no ha adoptado ni una sola medida restrictiva ante esta explosiva situación epidemiológica. Desoyendo las propuestas de su propio Comité de Expertos, la Junta ha ido dejando pasar las fiestas navideñas sin haber limitado horarios y aforos en ningún sector durante un periodo crítico por la movilidad de las personas, las reuniones familiares y los eventos sociales.

Isabel Díaz Ayuso y Alfonso Fernández Mañueco
¿Cómo se explica que con la mayor tasa de incidencia registrada durante toda la pandemia (2.538 casos el pasado día 30), la Junta haya permanecido impasible, sin adoptar ninguna medida restrictiva ante una crisis epidemiológica que colapsaba las Urgencias y la Atención Primaria del Sistema Regional de Salud?

Importado sin complejos el “modelo Ayuso”.- La clave de la respuesta radica en lo ocurrido el 20 de diciembre, fecha en la que, al convocar elecciones anticipadas, el presidente Mañueco dinamitaba el gobierno de coalición, cesando abruptamente a la cuota correspondiente a Ciudadanos, de la que formaba parte la hasta ese día consejera de Sanidad, Verónica Casado.

 A lo largo de la pandemia se había mantenido en el seno del Consejo de Gobierno un difícil y tenso equilibrio en materia de restricciones. Ante la manida dicotomía entre Salud y Economía, el presidente se inclinó claramente desde el principio en favor de la segunda, cediendo, cuando lo ha hecho, siempre a regañadientes, ante las propuestas restrictivas de la consejera Casado. 

Esa laxitud de Mañueco se agudizó a raíz de la rotunda victoria electoral de Isabel Díaz Ayuso, de la que extrajo la conclusión de que, cuanto menos fueran las restricciones adoptadas, más favorable era la respuesta en las urnas. Una conclusión que ha llevado hasta sus últimas consecuencias a lo largo de esta sexta ola, una vez libre del contrapeso que ejercía la consejera Casado, cuyo sucesor, Alejandro Vázquez, del PP, comparte la estrategia del presidente. A modo de tarjeta de presentación, Vázquez se declara partidario “de dejar que los ciudadanos sean dueños de sus vidas” (sic).

Alejandro Vázquez, consejero de Sanidad
 La estrategia ayusiana de hacerse el don Tancredo en esta ola se ha basado en una realidad científica: Aunque su capacidad de expansión es infinitamente superior, la variante ómicron produce efectos mucho menos dañinos sobre la salud de una población mayoritariamente vacunada, reduciendo muchísimo el porcentaje de contagiados que requieren hospitalización. Y a partir de este dato la Junta ha decidido desentenderse por completo de la tasa de incidencia y tomar como único referente el número de hospitalizados y el grado de ocupación de las UCI, que ha sido y todavía es muy inferior al de anteriores olas.

Fiasco sanitario, económico y laboral.- Pero el criterio anterior ha constituido un error de absoluto bulto, ya que no se han tenido en cuenta los efectos que tal explosión de contagios iba a producir por sí misma sobre el Sistema de Salud y la propia actividad económica. No es simplemente que permanezcan colapsados desde hace semanas los Centros de Salud.

 Además de eso, el crecimiento exponencial del número de contagiados y las consiguientes cuarentenas a seguir han originado miles de bajas laborales con el correspondiente coste económico de las mismas y los estragos causados especialmente a pequeñas empresas y autónomos, tal como ha lamentado el presidente la patronal regional, Santiago Aparicio. Y para completar el fiasco, la saturación de los centros sanitarios ha propiciado el contagio de más de un millar de profesionales del Sacyl, diezmando aún más a un personal al borde de la extenuación. 

Viñeta de Ernesto Rodera  (vinetasdeernestorodera.blogspot.com)

 El fin de semana previo al lunes 20, el presidente Mañueco disponía de las propuestas que él mismo había recabado al Comité de Expertos. Entre ellas figuraban las de clausurar de nuevo las barras de bares y restaurantes y cerrar el ocio nocturno a la una de la madrugada, medidas adoptadas hace tiempo en la inmensa mayoría de las comunidades autónomas. Pero siguiendo el modelo Ayuso y obsesionado con no volver a pisar el callo del sector hostelero, pagano en el pasado de muchos palos de ciego sin fundamento, Mañueco se hizo el Don Tancredo y así ha seguido hasta hoy. 

Por querer evitar determinados daños económicos, la pasividad de la Junta ha originado otros mucho mayores, de los que no se han librado tampoco los propios hosteleros, que, amén de las bajas laborales, han tenido que cancelar gran número de reservas por el temor de la clientela ante la desbocada contagiosidad.

Y lo peor está por venir.- Fiarlo todo a un “autocuidado personal” sin ninguna medida coercitiva ha permitido al ómicron campar a sus anchas por Castilla y León, que ha finalizado el año como la cuarta comunidad autónoma con mayor incidencia acumulada, con esa tasa de 2.537 solo superada por Navarra, País Vasco y La Rioja, comunidades que, junto a Aragón y Cantabria, han concertado medidas comunes para combatir la expansión del virus en sus territorios.

Cama UCI en el complejo hospitalario de Salamanca

 Mientras tanto, aunque en proporción muy inferior, el número de hospitalizados no ha parado de crecer, al punto de haberse duplicado a lo largo del mes de diciembre. De los 275 registrados el día 1, se ha pasado a los 555 del día 30, fecha en la que el porcentaje medio de ocupación de las UCI superaba el 28 por ciento (107 ingresados). Todo ello cuando las víctimas mortales causadas por la pandemia en Castilla y León se cifraban la pasada semana en 12.020, más de 200 de ellas fallecidas en diciembre.

  Sin haber concluido aún las fiestas navideñas, lo peor de la sexta ola está todavía por llegar a lo largo de un mes de enero que se ve prevé sanitariamente tan horribilis o más que el diciembre que hemos dejado atrás. Haber convocado elecciones en plena pandemia fue una imprudente decisión, a la que se ha añadido el fatal error de bulto de inhibirse, al más puro estilo Ayuso, ante la más explosiva de las olas hasta ahora conocidas. En el pecado puede llevar Mañueco la penitencia si, como todo indica, los efectos sanitarios de esta sexta ola se prolongan hasta el 13 de febrero.

(Publicado en elDiario.es Castilla y León)

Actualización de datos: Con arreglo a los datos del ministerio de Sanidad de fecha 3 de abril, la Incidencia Acumulada a 14 días en Castilla y León ha pasado a ser de 3.167, un 38 por ciento superior a la tasa nacional (2.295).

Según los datos de la consejería, el número de casos notificado desde el 1 de diciembre se eleva a fecha de hoy a 101.018 y el de hospitalizados por Covid a 601, 124 de ellos ingresados en UCI.