La sexta ola de la pandemia ha batido en
Castilla y León todos records de contagiosidad desde que el coronavirus irrumpió
entre nosotros. El número de casos registrados durante el pasado mes de
diciembre superaba en vísperas de Nochevieja la friolera de más de 85.000
(9.768 de ellos notificados el penúltimo día del año). Sin embargo y por
increíble que parezca, el gobierno que preside Alfonso Fernández Mañueco no ha adoptado ni una sola medida
restrictiva ante esta explosiva situación epidemiológica. Desoyendo las
propuestas de su propio Comité de Expertos, la Junta ha ido dejando pasar las
fiestas navideñas sin haber limitado horarios y aforos en ningún sector durante
un periodo crítico por la movilidad de las personas, las reuniones familiares y
los eventos sociales.
Isabel Díaz Ayuso y Alfonso Fernández Mañueco |
Importado sin complejos el “modelo Ayuso”.- La clave de la respuesta radica en lo ocurrido el 20 de
diciembre, fecha en la que, al convocar elecciones anticipadas, el presidente
Mañueco dinamitaba el gobierno de coalición, cesando abruptamente a la cuota
correspondiente a Ciudadanos, de la que formaba parte la hasta ese día consejera
de Sanidad, Verónica Casado.
A lo largo de la pandemia se había mantenido en el seno del Consejo de Gobierno un difícil y tenso equilibrio en materia de restricciones. Ante la manida dicotomía entre Salud y Economía, el presidente se inclinó claramente desde el principio en favor de la segunda, cediendo, cuando lo ha hecho, siempre a regañadientes, ante las propuestas restrictivas de la consejera Casado.
Esa laxitud de Mañueco se agudizó a raíz de la rotunda
victoria electoral de Isabel Díaz Ayuso,
de la que extrajo la conclusión de que, cuanto menos fueran las restricciones
adoptadas, más favorable era la respuesta en las urnas. Una conclusión que ha
llevado hasta sus últimas consecuencias a lo largo de esta sexta ola, una vez
libre del contrapeso que ejercía la consejera Casado, cuyo sucesor, Alejandro Vázquez, del PP, comparte la
estrategia del presidente. A modo de tarjeta de presentación, Vázquez se
declara partidario “de dejar que los
ciudadanos sean dueños de sus vidas” (sic).
Alejandro Vázquez, consejero de Sanidad |
Fiasco sanitario, económico y laboral.- Pero el criterio anterior ha constituido un error de absoluto
bulto, ya que no se han tenido en cuenta los efectos que tal explosión de
contagios iba a producir por sí misma sobre el Sistema de Salud y la propia
actividad económica. No es simplemente que permanezcan colapsados desde hace
semanas los Centros de Salud.
Además de eso, el crecimiento exponencial del número de contagiados y las consiguientes cuarentenas a seguir han originado miles de bajas laborales con el correspondiente coste económico de las mismas y los estragos causados especialmente a pequeñas empresas y autónomos, tal como ha lamentado el presidente la patronal regional, Santiago Aparicio. Y para completar el fiasco, la saturación de los centros sanitarios ha propiciado el contagio de más de un millar de profesionales del Sacyl, diezmando aún más a un personal al borde de la extenuación.
Viñeta de Ernesto Rodera (vinetasdeernestorodera.blogspot.com) |
El fin de semana previo al lunes 20, el presidente Mañueco disponía de las propuestas que él mismo había recabado al Comité de Expertos. Entre ellas figuraban las de clausurar de nuevo las barras de bares y restaurantes y cerrar el ocio nocturno a la una de la madrugada, medidas adoptadas hace tiempo en la inmensa mayoría de las comunidades autónomas. Pero siguiendo el modelo Ayuso y obsesionado con no volver a pisar el callo del sector hostelero, pagano en el pasado de muchos palos de ciego sin fundamento, Mañueco se hizo el Don Tancredo y así ha seguido hasta hoy.
Por querer evitar
determinados daños económicos, la pasividad de la Junta ha originado otros
mucho mayores, de los que no se han librado tampoco los propios hosteleros,
que, amén de las bajas laborales, han tenido que cancelar gran número de
reservas por el temor de la clientela ante la desbocada contagiosidad.
Y lo peor está por venir.- Fiarlo todo a un “autocuidado personal” sin ninguna medida coercitiva ha permitido al ómicron campar a sus anchas por Castilla y León, que ha finalizado el año como la cuarta comunidad autónoma con mayor incidencia acumulada, con esa tasa de 2.537 solo superada por Navarra, País Vasco y La Rioja, comunidades que, junto a Aragón y Cantabria, han concertado medidas comunes para combatir la expansión del virus en sus territorios.
Cama UCI en el complejo hospitalario de Salamanca |
Mientras tanto, aunque en proporción muy
inferior, el número de hospitalizados no ha parado de crecer, al punto de
haberse duplicado a lo largo del mes de diciembre. De los 275 registrados el
día 1, se ha pasado a los 555 del día 30, fecha en la que el porcentaje medio
de ocupación de las UCI superaba el 28 por ciento (107 ingresados). Todo ello
cuando las víctimas mortales causadas por la pandemia en Castilla y León se cifraban
la pasada semana en 12.020, más de 200 de ellas fallecidas en diciembre.
Sin haber concluido aún las fiestas
navideñas, lo peor de la sexta ola está todavía por llegar a lo largo de un mes
de enero que se ve prevé sanitariamente tan horribilis o más que el diciembre
que hemos dejado atrás. Haber convocado elecciones en plena pandemia fue una imprudente
decisión, a la que se ha añadido el fatal error de bulto de inhibirse, al más
puro estilo Ayuso, ante la más explosiva de las olas hasta ahora conocidas. En
el pecado puede llevar Mañueco la penitencia si, como todo indica, los efectos
sanitarios de esta sexta ola se prolongan hasta el 13 de febrero.
(Publicado
en elDiario.es Castilla y León)
Actualización de datos: Con
arreglo a los datos del ministerio de Sanidad de fecha 3 de abril, la
Incidencia Acumulada a 14 días en Castilla y León ha pasado a ser de 3.167, un
38 por ciento superior a la tasa nacional (2.295).
Según los datos
de la consejería, el número de casos notificado desde el 1 de diciembre se
eleva a fecha de hoy a 101.018 y el de hospitalizados por Covid a 601, 124 de
ellos ingresados en UCI.