Si no fuera porque se trata del partido que
dispone de la única vicepresidencia y de cuatro consejerías de la Junta , el cisma interno que se ha desatado en Ciudadanos de Castilla y León no tendría mayor
trascendencia. Sería interpretado como una lucha intestina por sobrevivir
aferrándose a los restos del naufragio de la nave abandonada por su caprichoso patrón,
Albert Rivera, tras estrellarla contra las urnas el pasado 10 de noviembre.
Pero, a pesar de ese naufragio, en Castilla y
León -como en Andalucía, Murcia y Madrid- Ciudadanos sigue detentando
importantes cuotas de poder. Además del señalado en la Junta , en Castilla y León el botín incluye la
presidencia de las Cortes y cargos de postín en ayuntamientos y
diputaciones provinciales, incluida la alcaldía de Palencia y la presidencia de
la Diputación
de Zamora.
Francisco Igea y Ana Carlota Amigo |
Poder institucional sin respaldo
orgánico.- En
su etapa de diputado del Congreso, Igea era una especie de “verso suelto”
desconectado del partido en Castilla y León, por cuyo aparato nunca ocultó su desdén. Ese acendrado centralismo, que ahora tilda de "leninista", lo asumía plenamente antes de desembarcar en la política autonómica: "Ciudadanos Castilla y León no existe, existe Ciudadanos", proclamaba entonces.
Su actual defensa de que los afiliados elijan a sus dirigentes en cada comunidad se produce después de haber conformado a su alrededor un núcleo de poder que pivota sobre la vicepresidencia de la Junta, cargo que le ha permitido colocar a decenas de afines en altos cargos y puestos de libre designación, ya sean estos últimos funcionarios o personal eventual.
Su actual defensa de que los afiliados elijan a sus dirigentes en cada comunidad se produce después de haber conformado a su alrededor un núcleo de poder que pivota sobre la vicepresidencia de la Junta, cargo que le ha permitido colocar a decenas de afines en altos cargos y puestos de libre designación, ya sean estos últimos funcionarios o personal eventual.
Javier Ortega y Verónica Casado |
El gran problema de Igea es que tan importante
caudal de poder institucional no está sustentado
orgánicamente dentro de su partido. El aparato nacional, que desde la actual
gestora sigue controlando José Manuel Villegas, está hasta el gorro de sus continuas balandronadas. Y en el
organigrama autonómico y provincial está en absoluta minoría, como acaba de
demostrarse tras su reciente dimisión de su cargo de secretario regional de
Programas en protesta por los nombramientos realizados por la gestora.
Tan solo ha podido arrastrar con él cinco
dimisiones “orgánicas”, y todas ellas de personas que tienen que agradecerle
los cargos públicos que ocupan: los citados David Martín y Ana Carlota Amigo,
el secretario general de la consejería de Transparencia, José Miguel García, el
gerente del Sacyl, Manuel Mitadiel, y el procurador palentino Juan Pablo
Izquierdo. El resto de cargos orgánicos autonómicos y provinciales no están por
hacerle el juego al vicepresidente de la Junta
Inés Arrimadas y Luis Fuentes |
Por muy ególatra que sea, que lo es, su actitud no responde en este caso a esa patología. Su objetivo no es otro que el de mantener a toda cosa su privilegiada posición en
Se trata de
la clásica jugada de farol confiando en que Arrimadas, por aquello de ofrecer
una imagen de unidad, le acoja en su nuevo equipo y le garantice su actual
status de poder en Castilla y León. Igea confía que en ello le ayude una vez más
su padrino de siempre, que no es otro que Luis
Garicano, el actual jefe de filas de C´s en el Parlamento Europeo.
Pero otros muchos notables que aspiran a seguir siéndolo van a tratar de abortar jugada. Tanto la gestora nacional como el sector
oficialista de Castilla y León se frotan las manos ante la posibilidad de que
Igea, preso de su verborrea, de el paso de presentarse y cave con él su fosa política.
Y ya puede
decir Fernández Mañueco que el
asunto no afecta a la Junta ,
pero si el vicepresidente persiste en esa huida hacia adelante hasta las últimas consecuencias, el cisma en Ciudadanos y en su grupo parlamentario en las Cortes puede derivar en una escisión que propicie una eventual moción de censura a presentar por el socialista Luis Tudanca. De hecho, esa es la gran esperanza que abrigan los socialistas de Castilla y León.