No me refiero al mítico grupo de Manolo García, un tipo con suficiente talento para convertir en éxito canciones como la titulada “Como un burro amarrado a la puerta del baile”. Me refiero a “Fonsi” Fernández Mañueco, que será el último en visitar La Moncloa dentro de la ronda que ha tenido a bien celebrar Pedro Sánchez con los presidentes de las 17 comunidades autónomas. No es que el pérfido presidente socialista inflija un agravio más a Castilla y León, sino que el orden de estas reuniones bilaterales obedece a la fecha de aprobación de los Estatutos de Autonomía, y el de Castilla y León, promulgado el 25 de febrero de 1983, fue el último en aprobarse.
Ello supone todo un alivio para Fernández Mañueco, que cuando llegue el momento conocerá las posturas de todos sus homólogos del PP y no tendrá que mojarse, como lo ha hecho hoy mismo su colega gallego, Alfonso Rueda, quien ha rechazado de antemano cualquier condonación de la deuda pública contraída por la Xunta de Galicia. Lo de mojarse no va mucho con “Fonsi”, que es bastante de secano y ni por asomo se desmarca un milímetro de lo que ordene y disponga el camarada Núñez Feijóo.
Alfonso Fernández Mañueco |
Nada que ver con lo que han hecho el andaluz Juanma Moreno o el valenciano Carlos Mazón, quienes ya han anunciado que plantearán a Sánchez sus reivindicaciones en materia de financiación autonómica. No hablemos ya de Isabel Díaz Ayuso, que todavía no sabemos que numerito montará para desviar la atención del estrepitoso fracaso de su llamada al boicot a la ronda convocada desde La Moncloa.
De creer al agradecido coro mediático que jalea tanto sus acciones como sus omisiones, Mañueco está viviendo su etapa más plácida desde que llegó al Colegio de la Asunción. Si Sánchez sobrevive en precaria minoría parlamentaria y sin nuevos Presupuestos, “Fonsi” no tiene la menor preocupación en lo que a la Junta respecta. El prolífico J.M. Nieto bien podría sacarle en una viñeta fumándose un puro repantigado sobre una hamaca, tal como dibujaba Peridis en "El País" a Mariano Rajoy cuando éste ocupaba La Moncloa.
Con lo cual no parece que la amenaza del número dos de Santiago Abascal en el minarete de Vox, el plurirretribuido Ignacio Garriga, de tumbar los Presupuestos que la Junta tiene previsto presentar para 2025 le quite el sueño al presidente de la comunidad. Ni eso ni la absoluta inanidad de la ronda mantenida en el Colegio de la Asunción con los portavoces de las formaciones políticas representadas en el “mausoleo” de Villa del Prado. La agria relación entre PP y PSOE no solo frustra cualquier atisbo de consenso de comunidad, sino que se ha llevado por delante el que durante años han mantenido respecto a un nuevo modelo de financiación autonómica satisfactorio para Castilla y León. Un consenso que ha saltado por los aires después de que los socialistas lo condicionen al cese de los regalos fiscales con los que, año sí año también, la Hacienda autonómica premia a los patrimonios y rentas más altas de esta comunidad.
Pablo Fernández y Francisco Igea |
Por si fuera poca esa placidez alfonsiana, la abrupta salida de Vox le ha permitido al gobierno Mañueco restablecer el Diálogo Social con patronal y sindicatos, quitándose de encima esa infecta fistula anal propiciada por el inefable Mariano Veganzones, de quien se espera que disfrute de tanta tranquilidad personal como descanso colectivo ha dejado. A falta de insomnio, ya he comentado en alguna ocasión que el sueño húmedo de “Fonsi” consistiría en convocar unas nuevas elecciones anticipadas en las que el PP, si no alcanzara la mayoría absoluta, andaría lo suficientemente cerca de ella como para gobernar en minoría a sus completas anchas.
Sin embargo, sucede que, dado la repercusión de cualquier convocatoria electoral sobre el escenario político nacional, esa decisión no la puede tomar Mañueco sin el previo consentimiento de Núñez Feijóo; (de ahí también la reverencial sumisión del presidente de la Junta a los dictados y designios de Génova). Una lástima para el PP de Castilla y León, que con otro adelanto electoral pillaría en paños menores tanto a su principal adversario electoral, que no es otro que Vox, como a su gran enemigo político, el PSOE de Sánchez. Ni uno ni otro tienen definido su próximo candidato a la presidencia de la Junta y, en el caso de los socialistas, lo que es peor aún: una nueva convocatoria por sorpresa abocaría a repetir como cartel al amortizado Luis Tudanca.
Hernández y Delgado, a la espera de sentencia |
De otro alcance y dimensión es el caso “Perla Negra” y pufos asociados a la antigua consejería de Economía, cuya vista oral quedó vista para sentencia el pasado 8 de mayo sin que cuatro meses y medio hayan bastado para que la Audiencia Provincial de Valladolid se digne en emitir el correspondiente fallo. Aquí “Fonsi” va a tener mas difícil eludir responsabilidades, toda vez que, como secretario autonómico del partido, era el número dos del PP de Castilla y León cuando se perpetró el rosario de delitos atribuidos a los ex altos cargos públicos de la Junta (a la cabeza los ex viceconsejeros Rafael Delgado y Begoña Hernández) encausados.
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