martes, 28 de octubre de 2025

La trastienda/ Mañueco, sin "superdomingo" que le encubra

 En la mal llamada planta noble de la madrileña calle Génova (no cabe considerar noble ninguna planta de un edificio reformado con fondos procedentes de la caja B del PP) andaban hechos un verdadero lío con las elecciones autonómicas vislumbradas en el próximo horizonte. Dando por descontado que pensaban poco menos que iban a arrasar, hasta bien reciente esas citas electorales eran vistas como un valioso instrumento para castigar el hígado electoral de Pedro Sánchez.

 A tal efecto,  Núñez Feijóo y el “minarete” que le rodea dudaban sobre si les era más rentable escalonar dichas convocatorias o agruparlas en un “superdomingo”, que sería el próximo 15 de marzo, fecha tope para celebrar los comicios autonómicos de Castilla y León (salvo que el presidente de la Junta optara por adelantarlos, algo que sería no solo incongruente con su repetido compromiso de agotar la legislatura, sino con el hecho de que hoy mismo registra en las Cortes -esta vez, cumplidos los requisitos imprescindible- el Proyecto de Ley de Presupuestos de la Comunidad Autónoma para 2026).

Mañueco, ayer en la junta directiva regional del PP

Comentábamos aquí hace unas semanas que en la sede de Génova se habían disparado las alarmas ante el riesgo de que las próximas autonómicas de Castilla y León resultaran un fiasco, habida cuenta del manifiesto descrédito que arrastra el PP en esta comunidad -agudizado tras su calamitosa gestión de la ola de incendios forestales- y el escaso tirón electoral (empíricamente demostrado) de su presidente y candidato a la reelección “Fonsi” Fernández Mañueco.

Para conjurar ese riesgo y evitar unas elecciones aisladas en Castilla y León, se contemplaba el escenario de ese “superdomingo” que extendiera la convocatoria a las comunidades de Extremadura y Aragón, en las que sus respectivos gobiernos en minoría no disponían del apoyo de Vox para sacar adelante los Presupuestos de 2026. En un principio, se barajó incluso la posibilidad de que el gobierno andaluz de Moreno Bonilla adelantara sus elecciones para sumarse al “superdomingo”, algo completamente impensable después de la gravísima crisis abierta tras destaparse su negligente (en el mejor de los casos, en el peor penalmente dolosa) de los cribados de las mujeres con cáncer de mama.

Extremadura se descuelga con su adelanto electoral.- Los acontecimientos se han precipitado ayer cuando la presidenta de Extremadura, María Guardiola, -obviamente con el visto bueno de Feijóo- ha decidido ahorrarse mayor desgaste y ha adelantado los comicios extremeños al domingo 21 de diciembre. Con lo cual ya solo quedaría Aragón para hacer coincidir sus elecciones con las de Castilla y León.

El problemón que tienen por delante Feijóo y su “minarete” es que el PP no va a lograr ni de lejos mayoría parlamentaria suficiente para gobernar en solitario en Extremadura, Aragón y Castilla y León (a fecha de hoy, ni siquiera tiene garantizada la mayoría absoluta de que goza Moreno Bonilla en Andalucía). Con lo cual al día siguiente se encontrará con la papeleta de tener que recabar el apoyo de Vox, dando pábulo al mantra de que el PP, con tal de llegar a la Moncloa, está dispuesto a entregar el santo y la limosna a la ultraderecha.

Imagen de una manifestación en León tras la catástrofe forestal

 Y la situación es especialmente complicada en Castilla y León, donde Mañueco se enfrenta al alto coste social y electoral por su negligente (otra vez en el mejor de los casos, en el peor penalmente dolosa) actuación en materia de prevención y extinción de incendios forestales, un oneroso lastre que no arrastran la extremeña Guardiola y el aragonés Azcón. No solo eso: el adelanto de las elecciones extremeñas pilla al PSOE con su secretario autonómico, Miguel Ángel Gallardo, imputado en el caso del hermano de Sánchez.

 Pensar que al gobierno Mañueco le va a salir gratis electoralmente su calamitosa gestión de los incendios forestales es de una miopía política extrema. Cierto que se fue de rositas del desastre de 2021 en la sierra de la Culebra, lo que le permitió mantener unas políticas que han colapsado el pasado verano. Pero Zamora no es León. Puede arder todo el territorio que aún no se ha quemado en Zamora y el PP seguirá manteniendo su hegemonía electoral en esa provincia (otra cosa, por fortuna, es la capital). Pero León es sociológica y políticamente algo muy distinto. Y es en León donde el PP de Mañueco se enfrenta a una tormenta política perfecta.

 No solo se trata de la provincia más castigada por los incendios, especialmente pavorosos en El Bierzo. Es que ocurre en un territorio en el que, más allá de su representación política, el leonesismo es un sentimiento transversal fuertemente arraigado desde el arranque, en 1983, de la actual comunidad autónoma. Un periodo de más de 40 años en el que el incesante declive económico y demográfico ha ido abonando el desafecto ciudadano hacia la actual configuración autonómica (y ahí está el proceso emprendido por la Unión del Pueblo Leonés con el apoyo de un importante sector del PSOE apoyando la segregación del Antiguo Reino como comunidad autónoma separada de la actual).

El delicado relevo de Suárez-Quiñones.- En este caldo de cultivo concurre la fatídica circunstancia de que el primer responsable del desaguisado de los incendios, el consejero contra el Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez Quiñones, encarne precisamente la cuota leonesa en la Junta. Y para completar la fatalidad, resulta que, poco antes del desastre, Mañueco no tuvo mejor ocurrencia que colocar al susodicho al frente de la comisión gestora encargada de reflotar al PP leonés, sumido desde hace años en una crisis endémica. Lo dicho, una tormenta perfecta.



Quiñones, en su escaño del banco azul de las Cortes
En el pasado pleno de las Cortes el portavoz de la UPL, Luis Mariano Santos, aludió a un sondeo interno encargado por el PP sobre el grado de aceptación ciudadana de Suárez-Quiñones, antes de la crisis llamado a encabezar de nuevo la candidatura del partido en las próximas elecciones autonómicas. No sé si tal sondeo existe, pero sí es así habría sido tirar el dinero, salvo que se trate de proporcionar a Mañueco del argumento definitivo para convencer al susodicho de que más le vale hacer mutis por el foro y aceptar su rol de político amortizado destinado a ser compensado con un escaño en el Senado. Hay que entender lo delicado del caso: Suárez-Quiñones está en el secreto -y en la trastienda- de los dos grandes “expedientes X” cerrados en falso en esta comunidad en los últimos años.

Y hablando de sondeos electorales: salvo uno recientemente publicado por el diario “La Razón”, que, pese a su sesgo, deja al PP lejos de la mayoría absoluta, prosigue el sospechoso “apagón demoscópico” en Castilla y León. Ninguno de los medios que tradicionalmente han venido encargando sondeos antes de las elecciones autonómicas -RTVCyL, agencia Ical, “El Norte de Castilla” y “El Mundo de Castilla y León”- han dado hasta el momento señales de vida. Y me malicio dos razones para explicar esta pasividad: O no quieren arriesgarse al ridículo posterior inflando los resultados a favor del PP o quieren ahorrarse el trago de dar un disgusto al administrador de la “chequera mediática” que salva sus cuentas de resultados.

(Publicado en elDiario.es Castilla y León)

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martes, 21 de octubre de 2025

La trastienda/ La burda estratagema de otros Presupuestos "fake"

  Tras la descarada tomadura de pelo de hace un año, cuando el gobierno de Fonsi Fernández Mañueco, se sacó de la manga un denominado “anteproyecto” de Presupuestos de la Comunidad que jamás registró en las Cortes, parecía difícil que pudiera superarse tamaño nivel de impostura. Máxime cuando el gobierno Mañueco se había comprometido desde hace semanas a registrar dentro del plazo establecido en el Estatuto de Autonomía, que finalizaba el 15 de octubre, a cumplir con su obligación de registrar en tiempo y forma Proyecto de Presupuestos de para 2026.

 Y lo ha hecho en tiempo, en el último día del plazo, pero desde luego no en forma, aportando un Proyecto incompleto -falta el capítulo correspondiente al presupuesto del propio Parlamento y de las llamadas instituciones propias de la comunidad-, tramitado además sin la preceptiva aprobación del llamado “techo de gasto”. Por si fuera poco, no se aporta tampoco el Proyecto de Ley de Medidas de Acompañamiento, ese que incluye los llamados “beneficios fiscales”, esos con los que la Junta suele favorecer mayormente a sus amigos de la empresa familiar y a las rentas más altas, amén de colar de rondón por la puerta de atrás modificaciones legislativas de toda laya.

Mañueco vendiendo unos nuevos Presupuestos "fake"
Una chapuza premeditada.-Naturalmente, toda esta gran chapuza no es casual. Persigue el objetivo premeditado de que Castilla y León vuelva a quedarse por segundo año consecutivo sin Presupuestos -volverían a prorrogarse los aprobados para 2024-, carencia de la que el gobierno Mañueco pretende responsabilizar a la oposición, que por el momento se ha limitado a exigir que la Junta no siga saltándose a la torera la legalidad presupuestaria vigente. De hecho, los servicios jurídicos de las Cortes ya han dictaminado que el Proyecto de Presupuestos no puede tramitarse sin antes aprobar el “techo de gasto” (que no será sometido a aprobación de las Cortes hasta este miércoles).

Hace un año, con el gobierno de la comunidad en minoría, la estrategia consistía en que el “anteproyecto” de marras quedara en el dique seco porque la oposición no diera luz verde al techo de gasto. Pero ocurrió que el PSOE, alertado de la maniobra desde el grupo mixto, no mordió el anzuelo y permitió con su abstención salvar ese requisito. Y ya se sabe lo ocurrido: el gobierno Mañueco dejó pasar los meses sin registrar jamás el Proyecto de Ley, incumpliendo con ello sin ninguna justificación tanto el Estatuto de Autonomía como el requerimiento realizado al efecto por acuerdo unánime -el grupo popular tuvo la desfachatez de sumarse a la iniciativa- del pleno de las Cortes.

Abascal, ayer de precampaña electoral en Segovia
 Como señalaba al principio, tal maniobra no era reproducible un año después. Ante lo cual, los émulos de los trileros de la calle Sierpes instalados en el Colegio de la Asunción se han sacado de la manga otra burda estratagema que persigue idéntico fin: culpar a la oposición de que Castilla y León vuelva a carecer de unos Presupuestos con los que afrontar los retos que sigue teniendo por delante, cada vez mayores y más apremiantes entre otras cosas por la deplorable gestión del gobierno en minoría que preside el indolente “Fonsi”, incapaz de remover de su cargo a consejeros tan abrasados como el titular de Medio Ambiente, quien viene a ser el “mazón de Castilla y León.

Aún subsanando las carencias legales señaladas (el PSOE ya ha anunciado su abstención sobre el "techo de gasto), el nuevo Proyecto de Presupuestos está condenado a terminar en la papelera, básicamente porque el gobierno Mañueco, por mucho paripé que intente, no tiene la menor voluntad de alcanzar un acuerdo con ninguno de los dos únicos grupos parlamentarios que aritméticamente le pueden proporcionar la mayoría de la que carece: PSOE y Vox. El consenso, ya de por sí extraordinariamente complicado a menos de cinco meses de las próximas elecciones autonómicas, es ahora de todo punto inviable después una vez que Mañueco ha volado todo tipo de puentes con ambos partidos.

Carlos Martínea ante la sede del PSOE de Soria
 Las relaciones con su último socio de gobierno no pueden estar más deterioradas y cualquier intento de negociación tropezará con el famoso “burruño” en que el presidente de la Junta convirtió la propuesta de mínimos planteada por el partido de Abascal durante el pasado debate sobre el Estado de la Comunidad. Tampoco ha procurado Mañueco el menor acercamiento con el nuevo líder autonómico de los socialistas, Carlos Martínez, al que desde el primer los populares han tratado, sin fundamento, de vincular a Santos Cerdán, hasta llegar a calificarle como “el jefe de la banda de Ferraz” (De la Hoz, dixit) en Castilla y León. Añádase a ello que, si llegara a entablarse la negociación presupuestaria, los socialistas exigirán que la Junta se acoja a la quita de la deuda y no tragarán con los habituales regalos fiscales con que el PP obsequia a su clientela electoral en detrimento de los recursos necesarios para mejorar la Sanidad, la Educación, la vivienda y los servicios sociales.

 Así las cosas, estamos condenados a asistir a una “batalla por el relato” afrontada por la Junta con el dopaje que le proporciona la “chequera mediática” de la Publicidad Institucional. El problema es que, tras la calamitosa gestión de los incendios del pasado verano, la ineptitud del gobierno Mañueco es conocida más allá de las fronteras de la comunidad autónoma, de forma que ese blindaje mediático no le brinda toda la protección que necesitaría. De ahí que en Génova sigan de los nervios ante el eventual pinchazo electoral que puede sufrir Núñez Feijóo de la mano de Fernández Mañueco.

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martes, 14 de octubre de 2025

La trastienda/ Con el paso absolutamente cambiado...

 Con el paso cambiado. Así deambula, como alma en pena, el gobierno de “Fonsi” Fernández Mañueco desde que a mediados del pasado año Vox rompiera el pacto de gobierno firmado entre el PP y la ultraderecha a raíz de las elecciones autonómicas anticipadas a marzo de 2022. Desde entonces, el gobierno Mañueco sobrevive en solitario, sin mayoría para sacar adelante unos nuevos Presupuestos ni ninguna otra ley de un mínimo calado y, lo que es peor, sufriendo revolcones parlamentarios sin precedentes desde que José María Aznar, allá por 1987, accediera al Colegio de la Asunción.

Aunque no ha tenido mucha repercusión informativa, el último de esos revolcones se produjo en el pleno de las Cortes celebrado la pasada semana, en el que salió adelante una Proposición de Ley presentada por Vox que supondría la suspensión durante el plazo de un año de nuevas autorizaciones de parques eólicos y plantas fotovoltaicas en territorio de Castilla y León. Sin que ningún otro grupo político se opusiera a la iniciativa, el PP optó por abstenerse en un vano intento de maquillar esta nueva derrota parlamentaria.

Alfonso Fernández Mañueco e Ignacio Sánchez Galán
En el debate de la Proposición salió a relucir la enorme influencia del presidente de Iberdrola, el salmantino Ignacio Sánchez Galán, considerado un poder fáctico acostumbrado a imponer sus intereses empresariales al gobierno de esta comunidad autónoma. La cosa viene de lejos, como poco desde que el exconsejero de Economía durante el gobierno de Juan José LucasFernando Bécker, compañero de colegio (mayor) de Juan Vicente Herrera, fuera designado número dos de esta compañía eléctrica. Con Fernández Mañueco dicha influencia se ha acentuado aún más, máxime cuando en el Consejo de Administración de Iberdrola sientan sus posaderas dos ilustres exministros del PP, el abulense Ángel Acebes y la vallisoletana Isabel García Tejerina.
  
La repercusión informativa de este nuevo revolcón parlamentario sufrido por el gobierno Mañueco no ha sido mayor sencillamente porque a estas alturas de la Legislatura dicha Proposición está condenada decaer, toda vez que las Cortes habrán de disolverse en enero para poder celebrar las elecciones previstas a mediados de marzo. Y, lamentablemente, no va a ser el único Proyecto de Ley que decaiga. En la estacada volverán a quedar entre otras, la nueva Ley integral contra la Violencia de Género y la de los derechos LGTBI (Castilla y León seguirá siendo la única comunidad autónoma que sin una ley que regule los derechos de este colectivo).

 
Sánchez, en la cumbre climática de Ponferrada
 Con el paso cambiado aparecen Mañueco y los suyos cada vez que Feijóo y la plana mayor de Génova restregan al gobierno Sánchez sus problemas superar las votaciones parlamentarias y su incapacidad para presentar unos nuevos Presupuestos, hándicaps absolutamente compartidos por el gobierno de esta comunidad. Veremos que suerte corre en el “mausoleo” de Villa del Prado el Proyecto presupuestario aprobado hoy por el Consejo de Gobierno de la Junta.

 Y con el paso absolutamente cambiado ha quedado el gobierno ante la decisión de Feijóo de vetar la presencia del PP en la convención celebrada estos días en Ponferrada en torno al Pacto de Estado sobre la Emergencia Climática promovido por el gobierno Sánchez. Tras la ola de incendios que este verano ha arrasado mas de 140.000 hectáreas en Castilla y León, el gobierno Mañueco no queda lo que se dice en buen lugar dando la espalda a esta cita, celebrada para mayor inri en la capital del Bierzo, comarca especialmente castigada por el fuego. 

 Además de haber concertado una “pinza” contra el PP, los populares de Castilla y León vienen acusando al PSOE y a Vox de ser meras sucursales de las respectivas cúpulas nacionales de ambos partidos, sin autonomía para salirse de las estrategias marcadas desde las calles Ferraz y Bambú. Básicamente, el reproche se corresponde con la realidad. Pero, por si existiera alguna duda, la ausencia de la Junta de esta cumbre climática de Ponferrada pone de relieve la idéntica sumisión y servilismo del PP de Castilla y León a lo que mande Génova.

Raúl de la Hoz

Y, por supuesto, con el paso absolutamente cambiado aparece el PP de Castilla y León si se habla de corrupción política justamente cuando “Sicilia y León”, como se motejó en su día la “trama eólica”, está sentada en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Valladolid. Cuando el que fuera director general de Energía en tiempos de la trama, Ricardo González Mantero, ha cantado “La traviata” en la vista oral, lo suyo seria que el PP se tentara la ropa antes de acusar a nadie de corrupción. Pues no.

 Podía haber sido otro, pero ha tenido que ser el actual eurodiputado y hasta el pasado año portavoz del grupo popular en las Cortes, Raúl de la Hoz, quien faltando a la más elemental prudencia, ha salido acusando al secretario autonómico del PSOE, Carlos Martínez, de ser “el jefe de la banda de Pedro Sánchez en Castilla y León”. Lo ha hecho al hilo de la dimisión del procurador socialista José Luis Vázquez, investigado por el Tribunal Superior de Justicia por presuntos delitos de prevaricación administrativa y malversación durante su desempeño como alcalde del Real Sitio de San Ildefonso.

Manda huevos, como exclamó en su día Federico desde la tribuna del Congreso de los Diputados, que sea precisamente De la Hoz, el eslabón podrido del antiguo “clan Villanueva” y secretario en su día de la Empresa Municipal de Vivienda de Arroyo de la Encomienda, el que hocee en el fango de la corrupción. Los pájaros disparando a las escopetas. O las liebres corriendo a los galgos. Como prefieran.

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lunes, 6 de octubre de 2025

La trastienda/ El PP de Castilla y León dispara la alarma electoral en Génova

  Pese al apagón demoscópico que viene registrándose en Castilla y León -sorprende sobremanera que a cinco meses de la fecha tope para celebrar las próximas elecciones autonómicas no se haya publicado ningún sondeo sobre intención de voto- en el ambiente está que el PP está lejos de su mejor momento. Tanto en el ámbito nacional como en el regional. Mucho han cambiado las cosas desde aquellas encuestas realizadas en 2024 que arrojaban un importante avance del PP de Fernández Mañueco, que, si bien no alcanzaba la mayoría absoluta, le adjudicaban un resultado cercano a ella que le permitiría gobernar en solitario sin necesidad de compartir la Junta con ningún socio.

Mañueco y Feijóo. La cara del primero, casi un poema
  Su calamitosa actuación en torno a la ola de incendios forestales del pasado verano ha marcado un antes y un después en el crédito político del gobierno Mañueco, que ya venía arrastrando el lastre de gobernar en minoría desde que Vox dinamitó el acuerdo de investidura y abandonó sus responsabilidades en la Junta (que no en las Cortes, donde su presidente, Carlos Pollán, ha seguido haciendo de su capa un sayo, como lo venía haciéndolo desde que el PP le aupó a la presidencia de la Cámara). Consecuencia de ese insuficiente respaldo parlamentario fue la decisión de saltarse olímpicamente el pasado año su obligación estatutaria de presentar el Proyecto de Presupuestos de la Comunidad Autónoma, una injustificada omisión mucho mas flagrante cuando la oposición había tenido la deferencia de no obstaculizar el requisito previo de la aprobación del techo de gasto.

Dos revolcones, dos, sin precedentes.- Incumplimiento presupuestario aparte, la precariedad  parlamentaria que sufre el gobierno Mañueco ha propiciado otros dos hitos sin precedentes en los 38 años, 38, que lleva el PP malgobernando esta desdichada comunidad autónoma.

 Uno fue la dolorosa derrota que ha supuesto para Mañueco y los suyos la reforma de la Ley de Publicidad Institucional (LPI), que, de aplicarse (algo que está obstaculizando la Junta por tierra, mar y aire antes incluso de que la nueva regulación legal se publicara en el Bocyl), pondría fin tanto al arbitrario y clientelar reparto del pastizal que el gobierno Mañueco se pule en publicidad institucional a mayor gloria de sí mismo -la famosa “chequera mediática” que administra a su absoluto antojo-, como al despilfarro igualmente clientelar que supone la millonaria subvención pública anual a la compañía privada que explota en régimen de monopolio la televisión autonómica de Castilla y León (la cosa va ya por los 240  millones del erario transferidos a esa compañía, constituida en su día “ad hoc” por los dos principales grupos regionales de comunicación, desde que se perpetró un concurso cocinado en presunto fraude de ley desde el Colegio de la Asunción por el nefasto tándem integrado por el entonces presidente Juan Vicente Herrera y el vicepresidente y portavoz, el hoy decrépito Joseantonio de Santiago-Juárez, que mecía su cuna-diván).

Mañueco, en su escaño de las Cortes. 
El otro revolcón parlamentario ha sido la reprobación del consejero contra el Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, un político achicharrado y sin ningún futuro en la Junta al que Mañueco mantiene en el puesto con respiración asistida y como cortafuegos propio (nunca mejor dicho) para que siga cargando con el grueso de las responsabilidades de la negligente, y ya veremos si no dolosa, gestión en materia de prevención y extinción de incendios.

La mejor prueba de que el crédito electoral del PP de Mañueco está seriamente dañado es que a esas alturas del calendario ninguno de esos medios de comunicación afines generosamente untados por la Junta haya encargado sondeo alguno sobre intención de voto ante las elecciones autonómicas a celebrar en marzo. Muy significativo y revelador.

Luz de alarma en Génova.-  Donde conocen muy bien las dificultades que atraviesa el PP de Castilla y León es en la calle Génova, donde la cúpula del PP dispone de sondeos internos permanentemente actualizados. Y en la estrategia de desalojar a Pedro Sánchez de La Moncloa supondría un auténtico descalabro que en la primera cita prevista con las urnas, las autonómicas de Castilla y León, el PP pegara un petardazo. (Al previsible coste electoral de la crisis de los incendios forestales se añade el descabezamiento del partido en León, donde Mañueco no tuvo mejor ocurrencia que colocar a Suárez-Quiñones al frente de la gestora encargada de reflotar al partido tras su caótica trayectoria en los últimos años). Motivos por los cuales, según han trasladado al que suscribe fuentes del partido fiables, en la sede nacional del PP se han encendido las alarmas.

Calle Génova, sede nacional del PP
 Y de ahí el globosonda lanzado en días pasados sobre el posible adelanto electoral en otras comunidades, concretamente Extremadura y Aragón, para hacer coincidir sus respectivos comicios autonómicos con los de Castilla y León. Esto no se les ha ocurrido porque sí a María Guardiola y a Jorge Azcón, presidentes de unas comunidades en las que no toca celebrar elecciones hasta 2027. Se trata de una idea manejada por Génova justamente para evitar que Castilla y León no celebre elecciones en solitario. Una convocatoria simultánea en varias comunidades permitiría al PP abrir el foco y plantear una campaña más en clave nacional, diluyendo así las preocupantes perspectivas que el partido presenta en Castilla y León, donde el partido corre el riesgo de sufrir un serio batacazo.

 Más allá del lastre de los incendios forestales, Mañueco no puede presumir precisamente de tirón electoral. Desde 1987, se dice pronto, ha sido el primer candidato del PP a la presidencia de la Junta que ha perdido unas elecciones autonómicas, las de 2019, ganadas por el socialista Luis Tudanca. Y en las siguientes, las que anticipó a 2022 tras romper de mala manera su pacto con Ciudadanos, su resultado no fue precisamente como para tirar cohetes: pese al desplome del partido naranja, el PP cosechó menos votos que tres años antes, si bien fue la fuerza más votada y, ley D´Hont mediante, ganó dos escaños. 

Atentos, pues, a esta posible jugada de Génova, que, siendo interesante para las expectativas electorales de Feijóo, difícilmente va a resolver el peliagudo trance al que se afrenta el PP de Castilla y León. No hablemos ya del panorama que se perfila el día después, con Mañueco forzado a pactar de nuevo con Vox -¡ay, el burruño!- si quiere seguir malgobernando la Junta.

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