martes, 25 de noviembre de 2025

La trastienda/ De por qué Mañueco pasa de Feijóo y no adelanta las elecciones como Extremadura

 Existe un único precedente en los 42 años de historia de la actual Comunidad Autónoma de Castilla y León.  Fue a finales de 1987, cuando la Junta de Consejeros presidida por José María Aznar, que gobernaba en minoría gracias a la abstención del CDS de Adolfo Suárez, se encontró con que su primer proyecto de Presupuestos era rechazado por las Cortes al prosperar la enmienda a la totalidad presentada por la oposición. Desde entonces, ningún gobierno autonómico había visto devuelta a los corrales su propuesta presupuestaria, entre otras cosas porque entre 1989 y 2015 el PP gobernó esta comunidad con mayoría absoluta (en la práctica, hasta 2019, ya que en esa legislatura contó justo con la mitad de los escaños del Parlamento Autonómico).

"Fonsi" Fernández Mañueco durante un pleno de las Cortes
  Y 38 años después ha vuelto a ocurrir. La oposición parlamentaria en bloque, con la sola abstención del procurador de “Por Ávila”, ha tumbado el Proyecto de Presupuestos del gobierno que preside “Fonsi” Fernández Mañueco, quién en sus seis años al frente del Ejecutivo autonómico se encamina a su quinta prórroga presupuestaria. Sólo ha conseguido aprobar Presupuestos en dos ocasiones, una durante su tormentosa coalición con Ciudadanos y otra durante su agitado matrimonio con Vox. Todo un récord sin precedentes que convierte en irrisoria la pretendida estabilidad de la que siguen presumiendo el presidente y sus adláteres.

 La devolución de esos últimos Presupuestos certifica la patética soledad parlamentaria del gobierno Mañueco, que desde que fue abandonado por Vox, no ha encontrado otro apoyo que el de los dos procuradores expulsados de la formación ultraderechista, quienes vienen haciendo méritos para hacerse un hueco en las próximas listas del PP. La sucesión de revolcones parlamentarios que vienen sufriendo las huestes capitaneadas por “Fonsi” incluye algunos de tanto calado como la reforma de la Ley de Publicidad Institucional, llamada a poner coto al uso discrecional de la “chequera mediática” de la Junta, así como al no menos clientelar y anómalo modelo de televisión autonómica, o la reprobación sufrida por el todavía consejero contra el Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, esta última otro hito sin precedentes en estos 42 años de régimen autonómico.

Vana esperanza de que se olvide la catástrofe forestal.- Aunque toca celebrar elecciones a lo más tardar en marzo, lo procedente es que Mañueco disolviera las Cortes y convocara elecciones sin otra dilación que la imprescindible para evitar la coincidencia de la campaña electoral con las fechas navideñas. El 25 de enero sería, normativa electoral en mano, el primer domingo disponible para acudir a las urnas, sin que debiera existir excusa alguna para aplazar la cita electoral otro mes y medio o más.

Alberto Núñez Feijóo y María Guardiola
 No hay excusas primero porque no tiene sentido prolongar un día más la agonía de un gobierno autonómico abocado a prorrogar Presupuestos por segundo año consecutivo. Y segundo, porque se supone que Mañueco respalda la posición del teórico líder (dejémoslo en presidente) de su partido, Alberto Núñez Feijóo, quien se deshizo en elogios ante la decisión de la presidenta extremeña, María Guardiola, de convocar elecciones el 21 de diciembre (menuda fecha, con el inicio de la campaña electoral en pleno puente de la Constitución) vista la falta de apoyos para aprobar las cuentas de su comunidad para 2026. “El gobernante que respeta a su pueblo cumple un principio básico: Frente al bloqueo, elecciones”, se apresuró a decir Feijóo nada más conocer la decisión de Guardiola. “Ha demostrado responsabilidad, determinación y valentía, poniendo a los extremeños por delante”, añadió.

 ¿A que espera entonces Mañueco para obrar en consecuencia, máxime cuando él mismo ha acusado a la que llama “coalición del ruido” (PSOE/Vox) de su estrategia deliberada “de bloquear desde el primer momento” (sic) los Presupuestos de la Junta. Pues muy sencillo: “Fonsi” quiere aplazar todo lo posible la cita electoral con la vana esperanza de que se vaya diluyendo la catastrófica gestión de su gobierno ante los trágicos incendios del pasado verano. Vana esperanza, ya que los rescoldos -políticos, sociales y judiciales- no solo no se han apagado, sino que se han reavivado con la investigación abierta por la Fiscalía.

 Y además necesita tiempo para resolver el peliagudo problema del PP por León, donde constituiría toda una temeridad, a la vez que una provocación, presentar de nuevo como cabeza de lista al reprobado Suárez-Quiñones, cuyo cese es un clamor que Mañueco no ha querido escuchar. Pero, claro, una cosa es haberlo mantenido en el cargo, y otra ponerle de nuevo a la cabeza del cartel electoral. Todo ello, para mayor inri, cuando el susodicho sigue siendo el presidente de la gestora designada tras la fuga a Madrid de la última presidenta provincial del partido, Ester Muñoz, la diputada del PP por León ascendida a portavoz del grupo popular del Congreso.

Ester Muñoz y Miguel Tellado
 Alarma en Génova.- En Génova tienen pánico a que el buen resultado que esperan en Extremadura se vea emborronado por un descalabro en Castilla y León, ante lo cual van a hacer todo lo posible por forzar la celebración el mismo día de elecciones en dos o tres comunidades. No será ese “superdomingo” del que tanto se habló, ya que Extremadura se ha adelantado y Moreno Bonilla no está precisamente por la labor de anticipar ni un día los comicios andaluces. Queda la muy probable coincidencia con Aragón, donde el PP tiene muy difícil aprobar Presupuestos, o Cantabria, donde ayer mismo la oposición parlamentaria se los ha tumbado al gobierno que preside María José Sáenz de Buruaga, quien de momento ha descartado  no obstante un adelanto electoral.

 En Génova cunde la alarma con el gobierno Mañueco porque tienen información de primera mano: la que proporciona precisamente la citada Ester Muñoz, incrustada ahí entre Feijóo y el inefable Miguel Tellado, antes portavoz en el Congreso y ahorasecretario general del partido. Y la información de Muñoz, otrora protegida de “Fonsi” (y antes del compadre de éste, Fernando Martínez Maíllo), no deja muy bien parado al que fuera su antiguo jefe en la Junta y en el partido.

 Y todo ello mientras la vista oral de la llamada “trama eólica” (“Sicilia y León” en el banquillo) está resultando espeluznantemente esclarecedora del pillaje organizado desde la cúpula de la antigua consejería de Economía. A este respecto, el PSOE suele recordar que “Fonsi” era consejero de la Junta mientras esa trama perpetraba el saqueo. Cierto, pero irrelevante. Lo mas comprometedor para Mañueco no era eso, sino que simultáneamente era el secretario autonómico (número dos) del PP de Castilla y León. No hablemos ya del quien era número uno tanto en el partido como en la Junta, apesebrado como miembro nato del Consejo Consultivo (82.356  euros anuales del ala y desplazamiento de Burgos a Zamora en coche oficial), sin darse por aludido de nada, ni de la “trama eólica” ni de la trama paralela de “la Perla Negra & pufos asociados”. Me refiero, por si alguien no ha caído, a un tal Juan Vicente Herrera, “Juanvi” para los amigos.

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