Pese a la disparidad existente entre ellas, las encuestas publicadas el pasado fin de semana por “El País” y “Abc” confirman las tendencias reflejadas en el último barómetro del CIS: Ciudadanos amenaza con desplazar al PP como primera fuerza política, el PSOE se mantiene estancado con riesgo de verse relegado al tercer lugar y Podemos cae irremisiblemente al cuarto. Y analizados los resultados desde el eje izquierda-derecha, se constata que el conflicto catalán, epicentro de este movimiento sísmico, ha desplazado a estribor el centro de gravedad del tablero político, de forma que la suma de intención de voto PP-C´s se dispara por encima del 50 por ciento, en tanto que la de PSOE y Unidos Podemos cae por debajo del 40.
Albert Rivera durante una visita a Valladolid |
El gran beneficiado sería Ciudadanos, que dispara su intención de voto en toda la comunidad, donde en las últimas generales obtuvo un 14,15 por ciento de los votos, adjudicándose únicamente un escaño del Congreso por Valladolid. Según el cuadro del CIS pasaría a tener ocho diputados, haciéndose justamente con los 7 escaños que perdería el PP (uno por provincia a excepción de las de Valladolid y Soria). Y según el de "Abc" obtendría 9 escaños, arrebatando cinco de ellos al PP y los tres restantes a Podemos.
El PSOE, que en las últimas generales obtuvo en Castilla y León el 23,17 por ciento de los votos, no registra grandes oscilaciones en intención de voto, pero según los sondeos del CIS y de "Abc", aunque mantendría sus 9 diputados actuales (uno por provincia), se vería relegado a ser la tercera fuerza política en las provincias de Valladolid, Burgos, Salamanca, Ávila y Segovia, y según el de Metroscopia, perdería el diputado por Soria. Por su parte, Podemos, que caería al cuarto puesto en todas las provincias, se vería rodeado de la máxima incertidumbre: Mantendría según el CIS sus tres diputados, se quedaría sin ninguno ("Abc" dixit) o conservaría únicamente el de León (Metroscopia).
514.301 votos valen más que 734.696.- Con estos sondeos flotando en el ambiente -véase la extrapolación que de ellos hace hoy “El topillo” al ámbito autonómico- y descartado en principio un adelanto de las generales que sería suicida para el PP, la triple cita electoral (municipales, autonómicas y europeas) de mediados de 2019 marca claramente la estrategia de todas la formaciones políticas.
Bien se ha visto la pasada semana en el pleno de las Cortes Regionales, donde el PP se quedaba solo en dos votaciones muy significativas, ambas promovidas a iniciativa del grupo socialista: la reprobación del consejero de Sanidad, Antonio Sáez, y la supresión de todos los aforamientos (procuradores y miembros del gobierno autonómico) en la comunidad.
Herrera y Sáez, en el hemiciclo de las Cortes |
A excepción de los del grupo popular, todos los demás procuradores -incluidos los de Ciudadanos, que, en su esquizoide doble juego, apoyaron ambas iniciativas sabiendo que, dada la aritmética parlamentaria conducente a un empate a 42, no tenían ninguna posibilidad de prosperar- votaron a favor tanto de dicha reprobación como de la supresión de todos los aforamientos. (Ahora que está sobre la mesa la posible reforma de la ley electoral, ahí queda el dato: los 514.301 votos obtenidos por el PP en las autonómicas de 2015 pesan más que los 734.696 (nada menos que 220.3905 más) sumados en esas mismas elecciones por PSOE, Podemos, Ciudadanos, Izquierda Unida y Unión del Pueblo Leonés. Y luego se queja el PP de que en Cataluña esa misma ley electoral prima el voto rural independentista frente al voto urbano que no lo es…).
Por más que la Junta , el PP y sus terminales mediáticas se afanen en reanimar al más zombi de todos los zombis que integran el gobierno autonómico, la del consejero Sáez es causa perdida. Su permanencia en el cargo supone una hemorragia electoral imposible de contener. Para mayor desdicha, Sáez ha tenido el infortunio de que el responsable nacional del área de Sanidad en Ciudadanos sea el diputado vallisoletano Francisco Igea, un viejo conocido que le tiene tomada la medida (“Arrieritos somos, Antonio, y en el camino nos hemos encontrado…”). Lo suyo sería que, si Juan Vicente Herrera no se va, lo dejara caer tan pronto se enfríe un poco la calentura, pero no está claro que al presidente pato cojo de la Junta le importe una higa el descalabro del PP en las próximas elecciones autonómicas. Es más, conociéndole a él, a la mano que sigue meciendo su cuna-diván y demás adláteres, cabe maliciarse el escaso disgusto que les produciría un batacazo de Alfonso Fernández Mañueco.
Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León |
Su aferramiento a ese fuero especial no viene de ahora. Viene al caso recordar el debate sobre el estado de la comunidad celebrado en junio de 2014, en el que el entonces portavoz socialista, Óscar López, propuso por sorpresa un paquete de medidas de “regeneración democrática” que incluía la renuncia a los aforamientos. Y Herrera restó trascendencia a dicho privilegio, afirmando que no recordaba que alguna vez hubiera obrado efecto en Castilla y León.
Se olvidaba el desmemoriado presidente de que su ex consejero de Fomento, José Manuel Fernández Santiago, y su ex consejera de Medio Ambiente y ex vicepresidenta de la Junta , María Jesús Ruíz, habían salido ilesos de sendos casos judiciales -pieza separada de la Gürtel y caso Navas del Marqués, respectivamente- elevados al Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León debido precisamente a la condición de aforados de ambos. Y es a ese paraguas aconchado del TSJ al que Herrera por nada del mundo quiere renunciar. Por la cuenta que le trae.
elblogdepedrovicente@gmail.com 12-Febrero-2018