viernes, 22 de febrero de 2019

Crónica de una ruptura anunciada

  La agenda informativa estaba este jueves especialmente recargada en Valladolid. A las 10 de la mañana estaba convocada en las Cortes la comisión de investigación “sobre todo el procedimiento de adjudicación e implantación de parques eólicos, sobre la adquisición de terrenos en Portillo para la construcción de un Parque Empresarial y la del edificio Centro de Soluciones Empresariales de la Junta de Castilla y León en Arroyo de la Encomienda. Una comisión de tan larga denominación (y eso que no se ha añadido lo de los costes de las “embajadas” de la Junta en medio mundo) como de escaso recorrido, ya que ha permanecido inactiva a lo largo de los tres últimos años porque así lo decidió sin ningún rubor el grupo popular, ya fuera éste presidido por Juan Vicente Herrera como desde que tomó el relevo Alfonso Fernández Mañueco.


Silvia Clemente ayer anunciando su dimisión
 La convocatoria de esta comisión, forzada por la reciente sentencia del Tribunal Constitucional que concedió el amparo solicitado por el grupo socialista, había despertado la lógica expectación, máxime cuando el PSOE había anunciado que volvería a solicitar la comparecencia ante la misma del todavía presidente de la Junta. La reunión era a puerta cerrada y los informadores aguardaban en el pasillo a la espera de que, una vez concluida, su inédito presidente, el salmantino Julián Ramos, a la sazón jamonero alcalde de Guijuelo, así como los representantes de los distintos grupos, ofrecieran su versión sobre lo tratado y acordado.

 A las 11 el procurador de IU, José Sarrión, había convocado a los medios en la sala de prensa de las Cortes para informar de la presentación de una proposición no de ley en la que se insta a la Junta a tomar medidas ante las miles de inmatriculaciones de bienes llevadas a cabo por la Iglesia en Castilla y León. La apretada agenda informativa continuaba a las 12:15 en la sede de los socialistas de Castilla y León, donde su secretario autonómico, Luis Tudanca, daba cuenta de la reunión del Consejo Territorial del PSOE CyL. Previsiones a las que había que añadir a las 12:30 la habitual rueda de prensa en la que la portavoz de la Junta, Milagros Marcos, informa cada jueves de lo acordado en la reunión semanal del Consejo de Gobierno de la Junta.

 Y con la exigua tropa periodística multiplicándose para atender tantos frentes, a las 12:17 el gabinete de Prensa de las Cortes comunicaba con urgencia la comparecencia de la presidenta de la Cámara, Silvia Clemente, para informar a las 13:15 de “un asunto de actualidad”. A partir de ese momento todo lo demás pasaba a un segundo plano y se desataban las especulaciones sobre el contenido de dicha comparecencia, revestida de tanta incógnita como solemnidad, ya que se iba a producir en el salón de recepciones. Comenzaban a descontarse los minutos antes de que estallara una bomba política de alcance todavía imprevisible.

Alfonso Fernández Mañueco y Francisco Vázquez
“El topillo” se hacía eco el pasado martes del rumor según el cual Silvia Clemente podía dejar la política autonómica para encabezar la lista del PP al Congreso de los Diputados por la provincia de Segovia. “Seria la salida pactada -se decía- para superar la tormentosa relación entre Clemente y el presidente del partido en Castilla y León y candidato a la presidencia de la Junta, cuyo núcleo duro más cercano (…) no soporta a la presidenta de las Cortes y viceversa”. ¿Y que ha ocurrido? Pues sencillamente que, de haber existido tal negociación en busca de esa salida, la misma no ha llegado a buen puerto. Y a partir de ahí, aunque no se esperara tan pronta y tan drástica, la ruptura era inevitable: La convivencia/coexistencia política entre Silvia Clemente y Mañueco y su “guardia de corps” (el trío mencionado por “El topillo”, cuarteto si se añade al alcalde de Burgos y vicesecretario de Organización, Javier Lacalle) eran absolutamente imposibles. Y no precisamente porque Alfonso, Pedro, Raúl, Paco y Javier sean amigos entre sí y todos ellos acérrimos seguidores del Real Madrid).

 El desencuentro comenzó el mismo día, 1 de abril de 2017, en el que el Congreso autonómico del PP proclamó nuevo presidente del partido en la comunidad a Alfonso Fernández Mañueco, quien dos semanas antes  había derrotado ampliamente a Antonio Silván en las primarias convocadas para suceder a Juan Vicente Herrera. La ejecutiva presidida por Mañueco incluyó como secretario autonómico (teórico número dos) al segoviano Francisco Vázquez, en tanto que Silvia Clemente no asumía otra responsabilidad en la nueva dirección que la de ocuparse de coordinar el programa del partido para las elecciones de 2019.

 No era lo previsto. Antes de que Mañueco y Silván decidieran competir por la presidencia del PP de Castilla y León, Clemente amagó asimismo con hacerlo, desistiendo tras pactar con el primero su designación como nueva secretaria autonómica del partido. Sin embargo, con la sobrevenida excusa de que no era conveniente que recayeran sobre la misma persona el cargo institucional de la presidencia de las Cortes y la citada responsabilidad orgánica, Mañueco incumplió lo acordado y decidió encomendar la secretaria a Vázquez. A esto se refería ayer la dimisionaria cuando se refirió  al presidente autonómico del PP como "una persona que no tiene palabra" (sic)

Raúl de la Hoz y Javier Lacalle
 A partir de ahí, tal como reseña en la “carta a los castellanos y leoneses” con la que ha acompañado su dimisión, Clemente empezó a sentirse victima de la “luz de gas” aplicada por el trío mencionado, que en todo momento la consideró un cuerpo extraño al verdadero circulo de confianza de Mañueco. Junto a ese ninguneo orgánico, los roces con el portavoz del grupo parlamentario popular, Raúl de la Hoz, han sido “ostentóreos”, que diría Gíl y Gíl. Un desencuentro que volvió a evidenciarse con ocasión de las primarias nacionales del partido, en las que mientras el sector afín a Mañueco, llevado del ronzal por Fernando Martínez Maillo, apoyó con armas y bagajes a Soraya Sáenz de Santamaría, Clemente se decantó públicamente primero a favor de Dolores de Cospedal y después de Pablo Casado. La presidenta de las Cortes se había convertido en un “verso suelto” cada vez mas disonante con el núcleo dirigente del PP en Castilla y León.

 Tras anunciar la renuncia a todos sus cargos y abandonar el partido, el rumor ha situado rápidamente a Silvia Clemente como posible candidata de Ciudadanos en las próximas autonómicas, apuntando incluso la posibilidad de que asuma la candidatura naranja a la presidencia de la Junta. Ignoro si el rumor tiene algún fundamento, pero está muy claro que la ex presidenta de las Cortes lo que no abandona en ningún caso es la política, en la que va a continuar concurriendo, ya veremos bajo con qué formación, a los comicios autonómicos del 26 de mayo. Y el roto que ello le va a producir al PP, diezmado ya por las escisiones que han deparado partidos de ámbito provincial en Soria y Ávila, va a ser de notable magnitud. De tanta que puede que Fernández Mañueco haya visto enterradas ayer gran parte de sus opciones de sentarse en la poltrona del Colegio de la Asunción.