lunes, 18 de febrero de 2019

Elecciones para dar y tomar

 Desde el punto y hora en que Pedro Sánchez relevó a Mariano Rajoy en La Moncloa, la “derecha trifálica” (Dolores Delgado, ministra de Justicia dixit) venía clamando por la inmediata celebración de elecciones generales. Y es cierto que dicha exigencia tenía justificación, puesto que durante el propio debate de la moción de censura que apeó del poder a Mariano Rajoy y a su gobierno, Sánchez anunció que convocaría nuevas elecciones “cuanto antes”. Y bastó con ver el perfíl y calificación de los miembros de su gobierno para deducir que el nuevo presidente tenía la clara intención de alargar su mandato todo lo que pudiera, como no tardó en reconocer al manifestar su propósito de agotar la legislatura, lo que hubiera situado las próximas elecciones generales a mediados de 2020.


José María Aznar y Pablo Casadp
 La derecha tripartita estaba en su perfecto derecho de reclamar el adelanto de las elecciones generales y estas ya tienen fecha. Pero Sánchez ni por asomo las ha convocado, como jactanciosamente pretende Pablo Casado, arrinconado por el clamor expresado hace ocho días en la madrileña plaza de Colón. En absoluto. 
Aunque sus promotores lógicamente no lo admitan (al menos en público), dicha convocatoria, si no un completo pinchazo, no cumplió ni de lejos las expectativas. De forma que, lejos de poner contra las cuerdas al gobierno socialista, la iniciativa más bien le ha  proporcionado cierto oxígeno, sobre todo al ver  como la única versión de esa triple derecha que puede pescar en el tradicional caladero electoral de los socialistas, Ciudadanos, se retrató allí con la derecha pura y dura que representa el PP de Casado y de José María Aznar y la extrema derecha que encarna Vox.

 Sánchez ha adelantado las elecciones porque eso era lo que más le convenía a él y al PSOE una vez que la mayoría del Congreso de los Diputados, en votación conjunta en la que el PP, Ciudadanos y los independentistas catalanes fueron de la mano, tumbó los Presupuestos Generales del Estado. A partir de ahí, por más que pudiera ir sacando adelante medidas puntuales por la vía de los decretos-ley, enrocarse, en el gobierno hubiera acelerado el desgaste de los socialistas, repercutiendo muy negativamente en sus candidatos a las elecciones municipales y autonómicas del 26 de mayo. Los barones territoriales tampoco querían en dicha fecha  un “superdomingo electoral” en el que las elecciones generales se sumaran a los comicios municipales, autonómicos y europeos.

Pilar del Olmo, consejera y candidata munícipal a partes iguales
Así las cosas, a tenor de los plazos establecidos, el primer festivo en el que Sánchez podía situar las nuevas elecciones generales era el 14 de abril, en el que coinciden el Domingo de Ramos y el aniversario de la proclamación de la Segunda República, celebraciones ambas que desaconsejaban la fecha. El siguiente domingo era el de Resurrección, lo que suponía que la segunda mitad de la campaña electoral iba a coincidir justamente con la Semana Santa. Y de ahí se ha saltado al domingo 28, fuera ya de la Semana Santa, si bien ésta coincidirá plenamente con la primera mitad de la campaña.

 Lo curioso ha sido oír a algunos de los que se desgañitaron en la plaza de Colón al grito de “elecciones ¡ya!” lamentarse de que Sánchez no las haya demorado otro mes para hacerlas coincidir con las municipales, autonómicas y europeas. ¿Pero no querían elecciones ya mismo…?  Entre quienes han salido criticando que no se haya optado por el “superdomingo” está la consejera de Economía y Hacienda a tiempo parcial -por la tarde no se ocupa de otra cosa que no sea su campaña como candidata del PP a la alcaldía de Valladolid-, Pilar del Olmo, a quien por razones que seguramente “El topillo” no tarde en desvelar en el serial que tiene abierto, no le ha sentado nada bien que las elecciones generales se celebren antes que las municipales.

 Ocurre que el adelanto decidido por Sánchez interfiere, y no poco, en los planes que tenían trazados los partidos para afrontar las elecciones de mayo. Se abre ahora la posibilidad de que algunos que se postulaban como candidatos a las elecciones autonómicas se suban ahora al tren de las listas del Congreso o el Senado, lo que puede propiciar en los próximos días algún movimiento de enorme calado en el universo político de esta comunidad.

Igea, Fuentes y Rivera durante un acto en Valladolid
Por de pronto, Ciudadanos, o mejor dicho Albert Rivera, que a estas alturas sigue sin convocar las preceptivas primarias para elegir sus candidatos autonómicos y municipales, tendrá que decidir antes a quien va a presentar a las próximas generales, lo que permitirá por fin despejar a su vez la incógnita  sobre su candidato a la presidencia de la Junta. Si el diputado por Valladolid, Francisco Igea, opta a revalidar su escaño en el Congreso, el camino quedará despejado para que el portavoz naranja en las Cortes, el salmantino Luis Fuentes, tenga vía libre para volver a encabezar el cartel. 
Y a la izquierda del PSOE queda por ver por si Podemos e IU renuevan su alianza para concurrir juntos a las elecciones generales (Unidos Podemos) y, en su caso, para hacer lo propio en las autonómicas y municipales. Lo primero se presenta bastante bastante más factible que lo segundo.

Entretanto, las Cortes celebran esta semana su antepenúltima sesión plenaria antes de que a primeros de abril queden disueltas al convocarse las elecciones del 26 de mayo. Aunque lo más interesante va a ser la reanudación el próximo jueves de la actividad de la comisión creada para investigar el ramillete de casos de presunta corrupción localizados en la consejería de Economía (Perla Negra, pelotazo de los terrenos de Portillo, “trama eólica”, etc) bloqueada torticeramente por el PP desde hace tres años.
Tras el amparo prestado por el Tribunal Constitucional al grupo socialista ante la inhibición al respecto de la Mesa de las Cortes, que no atendió la petición de aquel de que dicho órgano desbloqueara la comisión, veremos qué se inventan ahora el PP para impedir que en este mes y medio que falta para disolver la Cámara salgan a la luz las trapacerías y fechorías perpetradas por anteriores gobiernos de Juan Vicente Herrera a los que por cierto pertenecían buena parte de los  consejeros y consejeras que, si bien han adquirido hace tiempo la condición de zombis políticos, siguen formando parte del declinante Ejecutivo de la comunidad.

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