El curso político toca a su fin y a él llega el gobierno de Alfonso Fernández Mañueco congratulándose por el resultado de algunos sondeos, pero sin haber hecho todos los deberes ni haber aprobado determinadas asignaturas que arrastra desde el comienzo de la Legislatura.
Mañueco se irá de vacaciones sin resolver el
problema de haberse visto privado de la mayoría absoluta con la que gobernaba
desde su investidura. PP y Ciudadanos la perdieron el pasado 19 de marzo, día
en el que la procuradora María Montero
abandonó la formación naranja, y tres meses después no han conseguido
recuperarla. Ninguna de las dos alternativas que han manejado han llegado a
buen puerto.
Pascual (izq,) y Pinacho (dcha.). En el centro, Fernández (Podemos) |
Tampoco cuajó el posterior intento de llegar a
un pacto con Vox para que su única procuradora, Fátima Pinacho, aportara al gobierno Mañueco la estabilidad
parlamentaria de la que carece. El partido ultraderechista no ha querido atarse
de manos, máxime cuando aboga por la convocatoria de unas elecciones
anticipadas en Castilla y León que, según los sondeos, le proporcionarían no
menos de 7 escaños en las Cortes. Vox está dispuesta a dejarse querer por el
bloque PP-C´s -de hecho, Pinacho le ha salvado ya de varias derrotas
parlamentarias- pero se reserva su derecho a castigarle cuando lo tiene por
oportuno, sumando su voto sin ningún complejo al del resto de la oposición a la
Junta.
La pérdida de la mayoría absoluta ha tenido algunos efectos nada benéficos para el gobierno Mañueco. Ha perdido la presidencia, que es tanto como decir el control, de dos de las tres comisiones parlamentarias de investigación que estaban abiertas, y ha tenido que tragar con una cuarta, la creada para investigar la tragedia vivida en las residencias de ancianos tras la irrupción de la pandemia, que habían conseguido abortar el pasado diciembre.
La bandera como arma política arrojadiza |
Otro consenso de comunidad dinamitado.- Antes de finalizar el
curso, el gobierno Mañueco se ha puesto como tarea para el otoño desatascar los
mapas rurales de la Ordenación del Territorio, una asignatura arrastrada desde
la Legislatura anterior que pretende aprobar de la peor forma posible: Dinamitando
el consenso alcanzado en su día entre PP y PSOE. Dicho consenso, plasmado en la
Ley en vigor, requería mayoría parlamentaria cualificada de dos tercios para
aprobar los mapas de la Ordenación. Un requisito que PP y C´s se han propuesto
eliminar mediante una reforma legislativa unilateral que aboca a un
enfrentamiento frontal en un asunto de comunidad. Una vez más, el
vicepresidente Igea, titular de la
consejería competente en la materia, impone a Mañueco su política de tierra
quemada.
Vagancia ante la Despoblación.- Pero si hay un deber que, por muy lamentable que resulte, ha sido incapaz de realizar el gobierno Mañueco ese es el aprovechar la oportunidad histórica que suponen los Fondos Next Generation de la Unión Europea, que a diferencia de los de la PAC, no vienen de oficio, sino que hay que captarlos mediante la presentación de los correspondientes proyectos.
Ordenación, otro consenso de comunidad dinamitado |
La comunidad autónoma más castigada por la
despoblación -otros 14.000 habitantes perdidos en 2020- apenas se moviliza ante
esta gran oportunidad. Se pasan la vida reclamando fondos –vaya brasa que han
dado con los 182 millones del IVA de 2017 no cobrados en su día por decisión de
uno de los suyos, el ministro Cristóbal
Montoro- y cuando los tienen a su disposición son incapaces de hacer los
deberes para aprovecharlos.
Con este panorama volveremos a encontrarnos en
septiembre. Y en las mismas seguiremos, con un gobierno compartido por un
partido en alza, el PP, y otro completamente zombi, Ciudadanos, que perdurará
mientras Pablo Casado no decida, en
función de su estrategia para desalojar a Pedro
Sánchez de La Moncloa, activar un adelanto electoral en Castilla y León.
(Publicado en elDiario.es Castilla y León)