Resignado a quedarse -ya veremos cuanto
tiempo-, Juan Vicente Herrera se ha
visto obligado a improvisar sobre la marcha un nuevo gobierno que le permita ir
tirando a la espera de lo que deparen las próximas elecciones generales. En la
perspectiva de ceder el testigo mas pronto que tarde, estaba obligado a señalar
sus preferencias sobre la sucesión. Y lo ha hecho nombrando vicepresidenta
única de la Junta
a la que fuera su primera consejera de Familia, Rosa Valdeón, su primera y única apuesta en la línea sucesoria.
Hasta ahí ha seguido el plan trazado antes del 24 de mayo.
Herrera anunciando su nuevo gobierno |
Lo que no figuraba en el plan es que fueran a
formar parte del mismo gobierno la candidata a la sucesión y el que en la
práctica ha sido algo más que el oficioso “numero dos” de la Junta : José Antonio de Santiago-Juárez, la mano que ha mecido durante los
últimos ocho años la cuna-diván presidencial. Lo previsto era que, una vez
revalidada la mayoría absoluta, éste desembarcara, cual reina madre, en la
presidencia de las Cortes, permitiendo que Valdeón se hiciera cargo del
virreinato establecido en el colegio de la Asunción.
Sin embargo, la pérdida de la mayoría absoluta
ha trastocado ese plan. O más que la misma, el trauma originado por
dicha pérdida. Herrera tenía que reafirmarse en su apuesta por Valdeón, pero no
se ha sentido lo suficientemente seguro de sí mismo como para prescindir de De
Santiago-Juárez. A partir de esa necesidad presidencial de mantener a su
consejero de cabecera, se ha procedido a una redistribución de competencias que
ha conllevado la reunificación de las consejerías de Economía y Hacienda. De la
primera se desgajan las competencias de Empleo (y con ellas el Dialogo Social)
para dotar de contenido específico a la nueva vicepresidencia, cuya titular
será la nueva Portavoz de la Junta. Y
De Santiago Juárez, que cede la coordinación de las delegaciones territoriales
y la Agenda de
la Despoblación
(perdón, de la Población ),
se hace cargo de la Función Publica
y de la Modernización
Administrativa , que hace cuatro años fueron endosadas a
Hacienda.
Tiempo atrás hubo en la Junta una vicepresidenta y a
la vez Portavoz, María Jesús Ruíz, a
la que el intrigante consejero de la Presidencia -quien por cierto ha cedido ahora la Portavocía , pero no la
chequera mediática- le acabó segando la hierba bajo los pies. No va a ser el
caso porque el susodicho tiene colmadas todas sus aspiraciones y se irá el
mismo día que lo haga Herrera. Pero puede que el mayor problema de la nueva vicepresidenta
para consolidar su autoridad radique en el obsesivo afán de De Santiago-Juárez de alardear sobre su influencia sobre el presidente.
Rosa Valdeón y José A. de Santiago-Juárez |
A decir
verdad, esa influencia ha quedado patente, si cabe mas que nunca, en la
composición del nuevo gobierno. No solo han sobrevivido los dos consejeros de
su máxima confianza, Antonio Sáez y Pilar del Olmo, sino que esta última,
pese a las limitaciones mostradas en estos doce últimos años, sale notablemente reforzada gracias a esa
improvisada fusión de las consejerías de Economía y Hacienda. Y por si fuera
poco, su larga mano -esa que mece la cuna-diván del presidente- también se adivina
tras el nombramiento del nuevo consejero de Educación, el catedrático Fernando Rey, hasta ahora consejero del
Consultivo.
Pese a ese pecado original, Rey, leonés de nacimiento aunque vallisoletano de adopción, es el único
fichaje refrescante incorporado al nuevo gobierno Herrera. La otra sorpresa ha
sido la designación como nuevo consejero de Fomento y Medio Ambiente de Juan Carlos Suárez Quiñones, el delegado del Gobierno más efímero en la historia de la
comunidad (ni tres meses se han cumplido desde que sustituyó en el cargo a Ramiro Ruiz Medrano, el repescado
vicepresidente primero de las Cortes). Había que designar a un consejero leonés
y Suárez Quiñones ha sido el elegido. Al tratarse de alguien ajeno a las
antiguas luchas intestinas del PP, su nombramiento no suscita recelos en el
ámbito provincial del partido, donde todavía está por resolver la sucesión
definitiva de Isabel Carrasco.
Institucionalmente, se supone que tiene mayor
rango ser Delegado del Gobierno que consejero, pero Suárez Quiñones, juez en excedencia, no se lo ha
pensado un momento. Habrá quien piense que no tiene demasiada confianza en que Mariano Rajoy siga gobernando después
de las próximas elecciones generales, circunstancia que le hubiera abocado a
volver a la judicatura, algo que da la impresión de que no le apetece lo más
mínimo.
Juan Carlos Suárez Quiñones |
Tras ser descabalgada de la presidencia de las
Cortes por razones que nadie se ha molestado en explicar, Herrera había reservado una
consejería a Josefa García Cirac y
para que la primeriza no se agobie su destino ha sido la de Cultura. Ello ha
obligado a desplazar a Alicia García
a la de Familia y a la hasta ahora titular de esta última, Milagros Marcos, a la de Agricultura. En resumen, para colocar a
una consejera nueva ha sido necesario mover de sitio a otras dos que solo
llevaban una legislatura en el cargo. O sea, una liada de tres pares de la que
será difícil que salga nada positivo. Al final, de los cinco consejeros
supervivientes, el de Sanidad es el único que permanece con las mismas
competencias.
Los cambios en la estructura de gobierno
-creación de la vicepresidencia, fusión de Economía y Hacienda y el reinvento de la
consejería de la
Presidencia-, unidos a la entrada de tres nuevos consejeros y
a las mencionadas “reubicaciones”, auguran una amplia renovación en el segundo y
tercer nivel de altos cargos: vicesecretarias, secretarias generales,
direcciones generales y demás puestos asimilados. Veremos que ocurre en estas
circunstancias con los seis altos cargos, seis, que, en su condición de
antiguos consejeros de Administración de Gesturcal y ADE Parques, están
imputados en el caso Arroyo-Portillo, el de los “pelotazos inmobiliarios”
perpetrados a costa de esas antiguas y arruinadas empresas públicas. Será la primera piedra de toque en materia de "regeneración democrática" para este improvisado gobierno de tan incierto recorrido.