No era
gratuita la salvedad que hace un mes, al comentar las asambleas celebradas por
las agrupaciones del PSOE para proponer sus candidatos al Congreso y el Senado,
introduje sobre la capacidad decisoria de de las mismas: “Con permiso, eso sí, del aparato de Ferraz, que a la postre sigue teniendo la última palabra y puede alterar las propuestas emanadas de los comités provinciales del partido”.
Conste sin
embargo que, pese a existir antecedentes en elecciones municipales y
autonómicas -sin ir mas lejos, las primarias municipales celebradas el pasado
mes de marzo en Ávila, donde el comité federal se cargó a la ganadora de las
mismas para sustituirla por la perdedora- ni por asomo pensé que esa
prerrogativa estatutaria fuera a utilizarse para guillotinar nada menos que al
anterior secretario autonómico del PSOE, Julio
Villarrubia, respaldado por el 93,42 por ciento del comité provincial de los
socialistas palentinos para encabezar por sexta vez consecutiva la candidatura
al Congreso de los Diputados.
Julio Villarrubia |
La verdad
es que la presencia de Villarrubia desentonaba por completo en el “proyecto
renovador” encarnado por Pedro Sánchez.
Por varias y evidentes razones. La primera de ellas es que ya llevaba 19 años
apalancado en el escaño del Congreso de los Diputados. La segunda es que, tras
su convulso e “interruptus” mandato como secretario autonómico y su posterior
derrota ante Luis Tudanca, debería
haber sido consciente de que ese doble fracaso aconsejaba su retirada de la
primera línea política. Y la tercera, de la que tampoco ha sido consciente, es
que Sánchez no le iba a perdonar -máxime teniendo cerca a Óscar López para recordárselo- que, gracias al apoyo prestado a Eduardo Madina por el bando liderado
por el político palentino, el actual secretario general del PSOE mordió el
polvo en Castilla y León en las primarias celebradas en julio de 2014.
Sin embargo, Villarrubia, sin valorar todo lo
anterior y enrocado en su feudo palentino, había decidido prolongar su estancia
en el Congreso de los Diputados, sin sospechar que Sánchez fuera a ser capaz de
utilizar esa prerrogativa estatutaria que, llegado el caso, convierte en papel
mojado la cacareada participación de la militancia en la elección de sus
candidatos. Y Sánchez ha utilizado ese artículo 33 que ayer criticaba en el PP para
utilizar su “dedazo” al mas puro estilo imperante en las filas populares. ¿Para
que se molestó la militancia palentina en acudir a las asambleas convocadas al
efecto si después en Ferraz iban a sustituir al número uno al Congreso por otra candidata que ni siquiera aparecía en las listas propuestas por el comité provincial y refrendadas sin objeción alguna por el comité autonómico?
Porque esta es la segunda parte que pervierte
aun más la decisión de Sánchez. Como queda dicho, a Villarrubia no se le reemplaza por ningún otro nombre de esas listas propuestas por el comité provincial y ratificadas por la dirección autonómica (que en todo esto se ha lavado las
manos como Pilatos). Con todo el descaro del mundo, la agraciada con el
“dedazo” de Sánchez resulta ser la ex procuradora Mari Luz Martínez Seijo, precisamente la cabeza visible de la
plataforma constituida en su día en Castilla y León en apoyo de la candidatura
de Pedro Sánchez en aquellas primarias del verano de 2014.
María Luz Martínez Seijo |
Posteriormente,
Martínez Seijo se incorporó a la
Ejecutiva de Tudanca, en la que se ocupa de la Secretaria de Acción
Política y Ciudadanía. Algunos esperábamos su nombre en las listas por Palencia
en las pasadas elecciones autonómicas, pero no fue así. Ahora sabemos que
Sánchez la quería en el grupo parlamentario socialista del Congreso, ese del que
llegó a ser secretario general el ahora guillotinado.
Tres días después de esa decapitación, Villarrubia no ha dicho ni pío y su mano derecha, la secretaria provincial
del PSOE, Miriam Andrés, se ha limitado a calificar lo ocurrido de "atropello a la militancia". Ante semejante desautorización por parte del Comité Federal, máximo órgano del partido, lo suyo sería que Andrés y demás miembros de la Ejecutiva provincial hubieran presentado de inmediato su dimisión,
dando paso a la correspondiente gestora (no me atrevo a decir provisional tras lo ocurrido en
Ávila, donde sigue campando por sus respetos la que se hizo cargo del partido
en junio de 2014).
Mientras
Villarrubia corre la misma suerte que buena parte de su antigua guardia
pretoriana (Julián Simón de la Torre , Julio López, Juan José Zancada…), el
otro gran corresponsable del pasado desaguisado del PSOE en Castilla y León, el
mencionado Óscar López, disfruta de su ascenso como portavoz socialista en el
Senado, donde llegó tras “autoproponerse” (con la impagable colaboración, eso
sí, del inevitable J.F. Martín) y
conseguir ser designado senador en representación de la comunidad. Al menos
esta vez López no ha dado rienda suelta a sus bajos instintos y no ha celebrado
con ningún “tuit” el ajusticiamiento sumarísimo de su entrañable compañero de
partido…
Juan Manuel Olmo y Pablo Iglesias |
Ya he comentado en alguna ocasión que al PP
hay que agradecerle que no engañe a nadie a la hora de designar a sus
candidatos. Ya sea trate de elecciones municipales, autonómicas o generales, en todos los casos se aplica el consabido “dedazo” y aquí paz y después gloria. ¡A
buenas horas viene ahora Juan Vicente
Herrera, con tendinitis crónica en el dedo después de tantos años
utilizándolo, y propone a Génova que introduzca el sistema de primarias en
futuros procesos electorales…!
Como
tampoco están en condiciones de presumir mucho de democracia interna ni Podemos
ni Ciudadanos. Consecuencia de esas polémicas primarias con circunscripción
única en toda España, en próximas fechas asistiremos a la irrupción de
“cuneros” en determinadas listas del partido morado al Congreso de los
Diputados, entre otras la de Valladolid, donde el aterrizaje de Juan Manuel del Olmo, un soriano afincado en Madrid estrecho colaborador de Pablo Iglesias, va a echar un tanque de gasolina al fuego desatado en las filas pucelanas de Podemos.
¿Y qué decir de las peculiares primarias que celebra Ciudadanos, partido que sigue regido en Castilla y León por un delegado autonómico nombrado a dedo desde Barcelona, Luis Fuentes, cabeza visible de un “minarete” designado por el mismo procedimiento digital que ni siquiera ha sido capaz -ellos saben porqué- de afrontar el bochornoso “caso Presencio”. Todo un ataque de espanto le espera al atildado Albert Rivera el día que se entere de la catadura que gastan los dirigentes a los que ha confiado la dirección del partido en esta comunidad.
¿Y qué decir de las peculiares primarias que celebra Ciudadanos, partido que sigue regido en Castilla y León por un delegado autonómico nombrado a dedo desde Barcelona, Luis Fuentes, cabeza visible de un “minarete” designado por el mismo procedimiento digital que ni siquiera ha sido capaz -ellos saben porqué- de afrontar el bochornoso “caso Presencio”. Todo un ataque de espanto le espera al atildado Albert Rivera el día que se entere de la catadura que gastan los dirigentes a los que ha confiado la dirección del partido en esta comunidad.