Hace cosa de un mes realizábamos aquí una primera prospección en torno a las próximas elecciones generales en Castilla y León, concluyendo
que a priori la batalla se limitaba a cuatro provincias: Valladolid, León,
Burgos y Salamanca, las únicas circunscripciones en las que cabía la
posibilidad de que una tercera fuerza política metiera la cuchara en un reparto
de escaños reservado desde 1993 al PP y al PSOE. Un bipartidismo que por otra
parte persistirá en el Senado, Cámara en la que nada hace pensar que varíe lo
mas mínimo la actual distribución de los 36 senadores electos (27 populares y 9
socialistas).
Con arreglo a los resultados de las pasadas
elecciones autonómicas y a los sondeos previos a las elecciones catalanas, el
partido que estaba llamado ha romper ese prolongado bipartidismo no era otro
que Podemos, que acariciaba la posibilidad de lograr un escaño de diputado en
Valladolid, León y Burgos. Sin embargo, el panorama ha cambiado mucho desde
entonces y mientras la marca de Pablo
Iglesias cotiza cada día más a la baja, el éxito de Ciudadanos en los comicios catalanes
ha catapultado a la formación de Albert Rivera como eventual tercera fuerza política estatal.
Albert Rivera y Luis Garicano |
El desinfle
general del partido morado, su cisma interno en Valladolid y el desembarco de
un “cunero” para encabezar la lista son factores que merman considerablemente
sus expectativas de obtener ese escaño vallisoletano. (Otro gallo cantaría si
Podemos hubiera convergido con “Ahora Común”, la plataforma impulsada por IU, alianza que sin duda hubiera garantizado ese preciado acta de diputado). Este
desacuerdo de la izquierda permite a Ciudadanos aspirar a ser la tercera fuerza
política y por ende a entrar en la liza por ese diputado. En principio, dicho
escaño se dirimiría entre el número tres de la lista del PP (previsiblemente Arenales Serrano o Ildefonso Pastor, si la primera pasa a la lista del Senado), el número
dos de la del PSOE, el ex subdelegado Cecilio
Vadillo, y los cabezas de lista de Podemos, Juanma del Olmo, y de Ciudadanos, Francisco Igea.
Pedro de Palacio |
Se supone
que antes de que se abra la campaña electoral -incluso antes del próximo 1 de
noviembre, día en el que se reúne su ejecutiva nacional en Ávila- Ciudadanos
habrá sido capaz de resolver el “caso Presencio”, ya sea logrando que renuncie
al escaño de concejal o procediendo a su expulsión (esto último
dejaría al partido naranja con una sola concejalía en el ayuntamiento
vallisoletano, ocupada además por la que es a la vez su única representante en la Diputación provincial).
Junto a
Valladolid, la otra circunscripción mas propicia para Ciudadanos sería
Salamanca, donde obtuvo su mayor porcentaje en las pasadas autonómicas. Sin
embargo, la ocurrencia del “minarete” regional que encabeza el salmantino Luis Fuentes de promover a uno de sus
miembros, el vallisoletano Pablo Yáñez,
como cabeza de lista por dicha provincia -esto es, la presentación de un
“cunero”- puede resultar muy contraproducente. Máxime si a ello se añade la
deteriorada imagen que Fuentes y dicho “minarete” empiezan a tener entre la
militancia de Castilla y León, incluida la salmantina.
Ibán García del Blanco |
Y muy
complicado resulta de escrutar lo que pueda ocurrir en León, donde en principio Podemos
también contaba con posibilidades de obtener uno de los cinco escaños en juego.
De conseguirlo, podría ser tanto a costa del tercer diputado del PP como del
segundo del PSOE, escaño éste último al que opta el ex senador autonómico y
ahora secretario de Cultura y Movimientos Ciudadanos en la Ejecutiva Federal , Ibán García del Blanco, quien ha
carecido de apoyos suficientes para encaramarse al número uno de la lista (a priori es el único puesto que tiene garantizado el escaño). Dado que la Unión del Pueblo Leonés no
concurre a las generales, el destino del voto leonesista puede resultar
decisivo para decantar la batalla leonesa.
elblogdepedrovicente@gmail.com 26-10-2015