lunes, 2 de noviembre de 2015

Una precampaña electoral de lo más movidita

 Habida cuenta del nuevo y cambiante escenario político, con viejos y nuevos actores compitiendo por captar a un electorado que sigue mostrándose muy volátil, se daba por descontado que la precampaña electoral del 20-D iba a ser especialmente intensa. Pero no se esperaba tan agitada como lo está siendo en una comunidad como Castilla y León, donde llevamos la tira de legislaturas sin que apenas varíe la distribución de los 68 escaños (32 del Congreso y 36 del Senado) que se ventilan cada vez que hay comicios generales (hasta hace cuatro años los diputados eran 33, pero la pérdida de población dejó sin uno a la provincia de Soria, la única de toda España que solo elige dos).


 Cuando parecía que los dos pilares del bipartidismo estaban aguantando el tirón y seguían siendo los únicos aspirantes a ser la fuerza mas votada, el sondeo de Metroscopia publicado el pasado domingo por “El País” ha situado a Ciudadanos en un puño con el PP y el PSOE. Hasta tal punto que la formación liderada por Albert Rivera  habría superado en intención de voto -que no en escaños- a los socialistas, que correrían así el riesgo de pasar a ser el tercer partido, algo que dejaría a Pedro Sánchez prácticamente sin opciones de formar gobierno. Pero no es solo el PSOE el que puede verse sobrepasado por Ciudadanos, que según dicho sondeo se sitúa tan solo a un punto del PP, lo que permite hablar de un empate técnico entre las tres fuerzas políticas

Albert Rivera el pasado domingo en Ávila
Así lo hizo Rivera el mismo domingo en Ávila, donde había reunido al comité ejecutivo nacional de C’s en una convocatoria que conllevaba el mensaje explicito de reivindicar para sí el legado político de Adolfo Suárez. Aunque otros sondeos, como los difundidos ayer por Abc y la cadenaSER moderan, las expectativas del partido naranja, éstas no se limitan ya a obtener representación por Valladolid, León, Salamanca y Burgos, sino que se amplían a provincias como la de Ávila, una circunscripción en la que el PP no hace mucho acaparaba el 60 por ciento de los votos.

 Aunque se supone que ya estaba al tanto, esta incursión abulense le ha permitido al líder de Ciudadanos conocer más de cerca que entre sus filas en Castilla y León abundan más de lo que sería prudente y deseable los advenedizos, arribistas y otros gañanes sin escrúpulos alistados sin otra intención que la de medrar. En una rueda de prensa en la que solo le hubiera gustado hablar de los apasionantes retos políticos que tiene por delante su partido, Rivera tuvo que responder preguntas sobre el “caso Presencio”, a esas altura sin resolver, o sobre la trapisonda protagonizada por el coordinador provincial de C’s y de momento cabeza de lista al Congreso por León, Sadat Maraña, quien lleva años pasando por ser licenciado en Administración de Empresas sin haber completado jamás dichos estudios. 

Ambos casos permanecen abiertos en canal en plena precampaña de las generales y vienen a engrosar una larga serie de chusquedades y chapuzas iniciada con aquella que obligó al partido a retirar a escasos días del 24 de mayo la candidatura municipal de Miranda de Ebro. Desde entonces para acá Ciudadanos en Castilla y León es una especie de “casa de los líos” en manos de una camarilla designada a dedo desde Barcelona que se pasa por el forro la regeneración democrática que tanto se afana en proclamar la formación naranja.

Pablo Iglesias, Pablo Fernández y Pedro de Palacio
 El sondeo de “El País ha constituido una especie de bálsamo para Podemos, que, al contrario que Ciudadanos, parecía en caída libre desde las elecciones catalanas. Aunque la recuperación que le atribuye Metroscopia no se ve confirmada ni en el Observatorio de la SER ni en la encuesta de Abc, el partido de Pablo Iglesias parece haber frenado ese desplome, lo cual ya no es poco. De cara al 20-D sus expectativas en Castilla y León han sufrido un serio revés tras la inevitable dimisión de su numero dos en el escalafón autonómico y cabeza de lista por Burgos, Pedro de Palacio, quien constituía a priori una de sus mejores bazas para conseguir representación en el Congreso de los Diputados. Según algún sondeo (por otra parte no demasiado fiable) que se ha permitido provincializar la adjudicación de escaños, la circunscripción más propicia para Podemos sería la de Valladolid, donde todavía no se ha oficializado el aterrizaje del cunero Juan Manuel del Olmo como cabeza de lista al Congreso.

 Habrá que ver si las dos facciones de Podemos enfrentadas en Valladolid son capaces de simular puertas afuera un cierre de filas como el escenificado por el PP de Castilla y León, donde, por imperativo electoral y como por ensalmo, se han dado temporalmente por zanjadas las reyertas internas existentes en todas las direcciones. Conmovedor, una vez más, el alegato de Juan Vicente Herrera llamando a todos a remar en la misma dirección y exhortando al comité nacional de listas a que aprueba unas candidaturas al Congreso y al Senado “renovadoras e ilusionantes”. Exige a Génova lo que no hizo él en las pasadas elecciones autonómicas y municipales, en las que avaló candidaturas como la de Javier León de la Riva,  y apoyó las de otros que, al igual que el ex alcalde, llevaban desde 1987 encadenando ininterrupidamente cargos públicos (verbigracia Ramiro Ruíz Medrano, José Antonio de Santiago-Juárez y José Manuel Fernández Santiago).

Cospedal y Herrera el pasado viernes en Valladolid
 Veremos hasta donde llega la renovación de unas listas en las que se disponen a repetir otros cuantos que llevan en el machito político desde ese mismo año 87, tales como Sebastián González, Tomás Burgos, Julián Lanzarote, Luis Aznar y Dionisio García Carnero (éste con una legislatura de obligada carencia a causa de su implicación en el caso Zamora), o incluso antes, como Gonzalo Robles (1986), Miguel Ángel Cortés y Alberto Gutiérrez Alberca, ambos con cargo público desde 1983, hasta llegar al decano de los políticos de esta comunidad en activo, Jesús Posada, quien lleva pisando moqueta desde 1979. 

Al lado de los anteriores, Enrique Martín y Arenales Serrano, ambos de la quinta del 91, y Alfredo Prada y Antolín Sanz, de la del 93, serían todavía valores en alza. Y casi jóvenes promesas Carmen Luis Heras e Isabel Jiménez, que llevan en esto desde el 95, o Sandra Moneo, diputada desde el 96, Todo ello excluyendo a Celinda Sánchez (1993), Antonio Vázquez (1995) y Ana Torme (1996), los únicos que de mejor o peor gana se han apartado de la carrera por repetir en las listas. Y dejo pendiente de reseñar para otra ocasión la incombustibilidad política de otra serie de altos cargos de las instituciones autonómicas (más arriba he mencionado solo a tres) que siguen en activo gracias al “dedazo” de Herrera, quién, dicho sea de paso, lleva en nómina oficial desde 1992.