Comentábamos hace una semana que, pese al conchabamiento
existente entre el Partido Popular y Ciudadanos, las Cortes de Castilla y León
estaban dejando de ser el “mausoleo” que han sido en los 24 años anteriores,
dejando atrás ese penoso papel subalterno para convertirse, tras la pérdida de
la mayoría absoluta de los populares, en el centro del debate político en esta
comunidad.
Luis Fuentes, portavoz de C´s |
En el pleno de esta semana Juan Vicente
Herrera deberá responder a una interesante pregunta: ¿Qué valoración realiza el presidente de la Comunidad acerca del
hecho de que un partido que representa a 510.951 votantes tenga la capacidad de
frenar iniciativas parlamentarias aún cuando éstas cuentan con el apoyo unánime
de una oposición parlamentaria que representa a 720.820 votantes?
La
pregunta, formulada por José Sarrión,
el procurador de IU, es especialmente oportuna, ya que pone de manifiesto la
distorsión que produce la vigente Ley Electoral entre el número de votos y el
número de escaños de cada fuerza política. Y esto es lo que viene sucediendo
cada vez que se produce un empate en las Cortes Regionales: Que el grupo
popular, que obtuvo en las pasadas elecciones autonómicas 514.301 votos,
consigue tumbar iniciativas avaladas por 734.696 votos, que son los que sumaron
PSOE, Podemos, Ciudadanos, IU y UPL en dichos comicios (La diferencia entre los
datos contenidos en la pregunta y los que acabo de reseñar tiene su origen en que los de
la primera correponden al escrutinio provisional y no a los resultados definitivos proclamados tras escrutar los votos de los residentes en el
extranjero).
José Sarrión, procurador de IU |
Su origen
radica en que los 84 escaños que configuran las Cortes de Castilla y León se
eligen en nueve circunscripciones provinciales, hecho que otorga al voto valor distinto
en cada una de ellas. Si la elección se produjera en una circunscripción única,
tal como ocurre en los comicios europeos, la aplicación del propio sistema D´Hont
daría lugar a un hemiciclo con una correlación muy diferente. En concreto, con
esos 514.301 votos obtenidos el pasado 24-M, el PP dispondría tan solo de 35 de
los 84 escaños; el PSOE tendría 24 (uno menos que ahora), Podemos 11 (uno más),
Ciudadanos 9 (cuatro más), IU 3 (dos más), UPL seguiría con uno y UPyD dispondría
de un procurador.
Por
completar los datos, y haciendo la media, resulta que mientras al PP le ha
salido cada uno de sus 42 procuradores por 12.245 votos, los 56.516 votos de IU
solo le han servido para conseguir uno. Al PSOE (24 escaños) le ha salido cada
procurador por 14.143 votos, a Podemos (10) por 16.547, a Ciudadanos (5)
por 27.990 y el de la UPL
ha costado 19.176 votos (que son menos que los 19.597 sumados infructuosamente
por UPyD).
Herrera con Feijóo el pasado viernes en Burgos |
Y esa
distorsión derivada de las circunscripciones provinciales se produce igualmente
en las elecciones generales. En 2011 el PP y el PSOE se repartieron los 32
escaños del Congreso que se eligen en Castilla y León, a razón de 21 el primero
y de 11 el segundo. En una circunscripción única para toda la comunidad
autónoma los populares habrían obtenido 19, los socialistas 10, UPyD 2 e IU
uno. Aun así, todo indica que el bipartidismo imperante por estos lares desde
las generales de 1993 tiene las semanas contadas.