Una cosa es que Mariano Rajoy presuma de ser un tipo previsible, que de hecho suele serlo, y otra que el “dedazo” que
utiliza para nombrar cargos o designar candidatos no sea capaz de sorprender al
más pintado. Y más de una sorpresa ha deparado la lista de los ungidos para
encabezar las candidaturas del PP al Congreso de los Diputados en las nueve
provincias de Castilla y León. Fundamentalmente dos: el desembarco de un
ministro sin ninguna vinculación con esta comunidad autónoma, Iñigo Méndez de Vigo, al frente de la lista por Palencia, y la no inclusión de otra
ministra, Isabel García Tejerina, en
la candidatura vallisoletana.
Méndez de Vigo, un cunero aterrizado en Palencia |
La milonga de que Cosidó no repite para no tener que dimitir de su actual cargo no se la come ni Magú, ya que en el mismo caso se encuentra el Secretario de Estado de la Seguridad Social, Tomás Burgos, nuevo número uno al Congreso por Valladolid.
Y
no menos sorprendente ha sido la ausencia de García Tejerina, a quien todo el
mundo venía dando como nueva cabeza de lista al Congreso por Valladolid (la primera convencida era ella
misma, que se ha tirado meses haciendo campaña con el apoyo sin reservas del PP
y de sus terminales mediáticas, con páginas y mas páginas de “L´Osservatore herreriano” regalándole los oídos). La
versión pelotillera señala que la ministra de Agricultura no va por Valladolid
porque Rajoy la ha reservado para reforzar la lista por Madrid, pero me inclino
a pensar que la verdadera explicación del “gatillazo” sea la de salvar de la
quema al incombustible Miguel Ángel
Cortés, al que la presencia de Tejerina desplazaba de una lista que ha
venido encabezando nada menos que durante siete elecciones generales
consecutivas.
El recalcitrante aznarista y aplicado dirigente
de la FAES no será el número uno, puesto al que asciende Tomás Burgos, quien tenía prioridad sobre él para ocupar el segundo
lugar si la ministra encabezaba la lista. Al desaparecer de la escena Tejerina,
esa segunda plaza puede estar reservada a Cortés, quien en última instancia
tendrá un hueco en la candidatura del Senado. En todo caso, tras la fallida la
incorporación de la ministra, la renovación en las listas vallisoletanas va a
ser imperceptible.
García Tejerina, meses sembrando en barbecho |
Al igual que Tomás Burgos, ascienden al primer puesto de sus respectivas listas provinciales dos importantes puntales del PP nacional, Pablo Casado (Ávila) y José María Bermúdez de Castro (Salamanca), así como Eduardo Fernández, quién se ve reforzado con ello como posible aspirante a heredar en propiedad la presidencia del PP leonés, de la que es usufructuario desde el asesinato de Isabel Carrasco.
Por el contrario, no ha conseguido dar el salto a la cabeza de la lista por Burgos la veterana Sandra Moneo, a la que le ha madrugado el puesto Jaime Mateu, el hasta ahora senador y antes delegado territorial de la Junta. Y, como estaba cantado, el vicesecretario nacional de Organización, Fernando Martínez Maillo, es el nuevo número uno por Zamora, en sustitución de Antonio Vázquez, uno de los “dinosaurios” que no han sobrevivido a la convocatoria de las próximas generales.
Otra que se ha visto desalojada ha sido Carmen Luis Heras, reemplazada en la lista al Senado por Zamora por la ex
subdelegada del Gobierno y frustrada aspirante a la alcaldía de la capital, Clara San Damián, quien apenas va a
durar seis meses en el puesto de coordinadora contra la violencia de género en
la Delegación del Gobierno, al que accedió mediante esa libre designación que
tanto dio que hablar el pasado mes de julio. San Damián se incorpora a una
candidatura en la que repite por quinta vez Dionisio García Carnero.
Mar Angulo y sus mareantes giros de 360 grados |
Al
contrario que García Carnero, el que ha sucumbido en el intento ha sido el
todavía presidente del PP abulense, Antolín
Sanz, quién, tras 22 años consecutivos en el Senado, pretendía saltar al
segundo puesto de la lista al Congreso. Tras perder el pulso librado con Sebastián González (otro del
pleistoceno), Sanz ha pretendido hacernos creer que se retiraba voluntariamente
de la contienda, voluntad claramente sobrevenida que no manifestó el día que
anunció que no volvería a optar a la presidencia provincial del partido. Otros
dinosaurios que se han caído de las listas han sido el leonés Alfredo Prada, anterior cabeza de lista
al Congreso por León, y el segoviano Javier
Santamaría, senador en esta última legislatura después, eso sí, de siete
años como delegado territorial de la Junta y otros ocho como presidente de la
Diputación provincial.
Mientras, queda por ver si conservarán su plácido retiro en la
Cámara Alta el ex alcalde de Salamanca, Julián
Lanzarote, y la ex presidenta de la Diputación salmantina, Isabel Jiménez, así como si Rajoy volverá darse el capricho de mantener en
la lista del PP de Palencia a la ex atleta Marta
Domínguez, de cuya actividad como senadora no se ha tenido noticia durante
toda la Legislatura.
Y lo que ya riza el rizo son los mareantes giros de 360 grados de la
presidenta provincial del PP soriano, Mar
Ángulo, quien, después de haber renunciado el pasado verano a su escaño del
Senado por Soria al haber sido designada senadora en representación de la
comunidad autónoma, ahora reaparece en las listas del PP para optar a ese mismo
escaño al que renunció, de forma que si resulta elegida el 20-D tendrá que
renunciar a su actual condición de senadora autonómica. Un enredo organizado
por Juan Vicente Herrera que
recuerda la célebre escena de “Una noche en la opera” en la que Groucho Marx explicaba aquello de que
“la parte contratante de la primera parte será considerada como la parte
contratante de la primera parte…”