lunes, 19 de diciembre de 2016

Un tetrapartidismo ensimismado

  Mientras en Castilla y León arrecia a diario una política de corto alcance y baja estofa de la que en mayor o menor medida no se salva ninguno de los cuatro principales partidos, el pasado viernes conocíamos que esta comunidad ha vuelto a liderar la pérdida de población durante el primer semestre del año: Somos 9.192 menos que el pasado 1 de enero. Con ello, a 31 de julio pasado el INE sitúa el censo de la comunidad en 2.445.858 habitantes, esto es, 117.663 habitantes menos que los registrados a 1 de enero de 2009.


Recogida de firmas pidiendo estación AVE en Otero de Sanabria
 Después de haber negado durante años este desplome demográfico, Juan Vicente Herrera lo achaca ahora exclusivamente a la crisis económica, como si ésta hubiera no hubiera afectado al resto de las comunidades, algunas de las cuales están ya recuperando población.
 El presidente de la Junta argumenta en su favor que entre 2001 y 2008 (ciclo de expansión económica pinchado con la burbuja inmobiliaria) Castilla y León ganó más de 84.000 habitantes, gracias, todo sea dicho, a la avalancha de población inmigrante. De acuerdo. Teniendo en cuenta lo anterior, el saldo demográfico negativo resultante de los 15 años que lleva presidiendo la Junta se situaría por encima de los 33.500 habitantes, una población similar a la de Aranda de Duero, por citar un municipio que le resulta cercano al presidente.

 Mientras no se mueve un dedo por atajar la sangría demográfica y sigue en el baúl el Plan de Convergencia Interior contemplado en el Estatuto de Autonomía como instrumento corrector de los desequilibrios territoriales, el gobierno Herrera distrae a la concurrencia con batallistas victímistas como la emprendida contra el impuesto especial sobre las bebidas azucaradas anunciada por el gobierno de Mariano Rajoy. Cualquier excusa es buena para meter el dedo en el ojo a Cristóbal Montoro, aunque sea incurriendo en la impostura de erigirse en defensa de un sector, el remolachero, al que la consejería de Agricultura adeuda la ayuda de tres euros por tonelada suprimida en 2012, deuda reconocida por sentencias judiciales que condenan asimismo al pago de los correspondientes intereses.

 Al PP y a la Junta la maniobra les ha salido bastante picuda, ya que no ha conseguido ni en el sector ni en las Cortes el frente unánime que pretendía contra Montoro.  UCCL, UGT y CO.OO. no se han prestado a la firma perseguida por la consejera Milagros Marcos.
Pilar del Olmo y Milagros Marcos
 Y en el pleno de las Cortes, Ciudadanos se desmarcó esta vez del rebaño, votando en contra de la resolución propuesta por el grupo popular y defendida por el secretario primero de la Mesa, Óscar Reguera, quien encajó con indisimulado cabreo el repaso que le dedicó el procurador  naranja David Castaño.

Fuego de artificio y esfuerzo inútil de la Junta sin duda digno de mejor causa, tal como la batalla a librar con el propio Montoro cuando llegue el momento de pelear el nuevo modelo de financiación autonómica, asunto sobre el que el gobierno Herrera no se cansa de amagar, sin que a la hora de la verdad nunca se atreva a dar. Verán como cuando llegue el momento la consejera de Hacienda, Pilar del Olmo, se arruga como de costumbre.

 El tetrapartidismo anda ensimismado en sus respectivos cónclaves internos, tres de los cuales, los de PP, Podemos y Ciudadanos, están a la vuelta de la esquina, mientras el del PSOE se convocará cuando no le quede más remedio y mejor le venga a la lideresa andaluza. El PP culminará hoy el sucedáneo de primarias realizado para elegir sus compromisarios al congreso nacional de febrero, en el que Castilla y León estará representado por 341 compromisarios, 71 de ellos de carácter nato, que son los que se están haciendo la foto ante unas urnas a las que ellos no se someten.

 Por su parte, los inscritos en Podemos votan estos días sobre las normas que regirán en Vista Alegre II, como se ha dado en llamar la asamblea estatal que coincidirá con el congreso del PP. El secretario de Organización, Pablo Echenique, se hizo presente el otro día en Valladolid, donde reuniose con la dirección autonómica y los representantes de los círculos de la comunidad, sin que se tenga noticia de que pasara nada.

Echenique, el pasado viernes en Valladolíd
Al día siguiente Iglesias y Errejón pactaban la composición del “equipo técnico” encargado de organizar el cónclave, entre cuyos siete integrantes aparece el que fuera número dos de Podemos en Castilla y León y procurador de las Cortes por Burgos, Pedro de Palacio, quien, tras su forzada dimisión, pasó a ser “liberado” por cuenta del aparato estatal del partido. Palacio, alineado en el sector errejonista, no es el único castellano-leonés que aparece en dicho equipo, del que asimismo forma parte el pablista Juanma del Olmo, diputado al Congreso por Valladolid y estrecho colaborador (responsable de actividades internas de la secretaria general) de Iglesias.

  Por su parte, la opacidad interna sigue caracterizando la actividad orgánica de Ciudadanos en Castilla y León, cuya participación previa a su próximo congreso nacional constituye todo un enigma. A estas alturas el único al que le preocupa lo que haga el partido de Albert Rivera es al alcalde de Burgos, Javier Lacalle, quien, ante la moción de censura con la que le ha amenazado la oposición municipal, la semana pasada hizo el espantoso ridículo de viajar a Valladolid para pedir árnica a Luis Fuentes. Lacalle no se ha enterado de que Fuentes pinta en Madrid (en este caso en Barcelona, sede central del partido) lo mismo que un sacristán en un concilio.

Y dónde va a estar movidita la semana es en el PSOE de Castilla y León. A tres días del Comité Autonómico en el que se supone que el “susanismo” intentará poner en aprietos a Luis Tudanca, hoy se dan cita en Valladolid representantes de las plataformas “Primarias y Congreso ¡Ya!” constituidas en las nueve provincias. De aquí a la celebración de dichas primarias los socialistas van a ser una olla a toda presión.