lunes, 26 de marzo de 2018

Ni trincado Puigdemont tienen sus males remedio...

El traspiés sufrido por ex “molto honorable”  Carles Puigdemont al regreso de su última peripecia por la Europa del Norte ha supuesto un momentáneo alivio para Mariano Rajoy y el Partido Popular, que han conseguido quebrar en pleno domingo de Ramos el horribilis 2018 encadenado por el eje Moncloa-Génova. Y se ha producido además durante un fin de semana en el que el negocio demoscópico se ha dado un respiro y no ha publicado ningún nuevo sondeo que ahonde en la hemorragia electoral que sufre la marca popular a mayor gloria de Ciudadanos.




Mientras para Cristina Cifuentes continuará el calvario (a menos que por fin encuentre el traspapelado trabajo de fin de máster), Rajoy ha comenzado la Semana Santa en completo estado de ataraxia, tal como lo encontró Fernando Martínez Maillo incluso cuando más arreciaba la rebelión de los “yayos”. En realidad, la ataraxia es el estado natural del líder Mariano, quien solo se sulfura si llega la hora del desayuno y en la mesa no está el ingrediente fundamental, esto es,  la ración diaria de “Marca”.

Mariano Rajoy y Fernando Martínez Maillo
Lo que sucede es que al gobierno Rajoy le ocurre lo que a muchos enfermos crónicos, a los que el efecto reparador de alguno o varios de sus medicamentos les llega acompañado de algún indeseado efecto secundario, de forma que no queda muy claro si el remedio no es peor que la enfermedad. Y el tropiezo viajero de Puigdemont, unido al berlanguiano “Todos a la cárcel” que protagoniza en solitario el juez Llaneras, podrán reforzar momentáneamente al PP y Rajoy, pero le alejan todavía más de la que viene siendo su máxima prioridad: aprobar al coste que sea los Presupuestos Generales del Estado de 2018.

Contar con unos nuevos PGE resulta absolutamente vital para la supervivencia del gobierno del PP. Con ellos, y su eventual prórroga el próximo año, Rajoy se garantizaría su continuidad en la Moncloa como mínimo hasta las elecciones municipales, autonómicas y europeas de mediados de 2019. Más de un año de supuesta estabilidad en la que los populares intentarían revertir su declive electoral, ello en la confianza de que lo de Ciudadanos tenga mucho de suflé que se vaya desinflando antes de esa triple cita con las urnas.

El efecto contraproducente del pifostio catalán es que - por muchos anticipos a cuenta que reciba, como el del cuponazo- el PNV no va apoyar unos nuevos Presupuestos del Estado mientras en Cataluña siga vigente el artículo 155 de la Constitución. Y las actuaciones del solitario Llaneras no propician precisamente el levantamiento de la actual situación de excepcionalidad. Todo lo contrario, conducen más bien hacia una repetición de las elecciones catalanas, lo cual acarrearía el mantenimiento del 155 al menos hasta el próximo verano.

Y sin los cinco votos del PNV no habrá Presupuestos de Estado, por mas que Albert Rivera, lejos de endurecer su postura ante los ataques con que le viene distinguiendo el PP, esté dispuesto a apoyarlos a cambio de módicas concesiones. Hasta tal punto comparte su interés en sacarlos adelante que ha aceptado pulpo como animal de compañía en el caso de la senadora Pilar Barreiro, tragando a estas alturas con la monumental pantomima que supone su pase al grupo mixto de la Cámara Alta.
Alfonso Fernández Mañueco  Juan Vicente Herrera

La falta de Presupuestos Generales precariza aún más la cada vez más patética situación del gobierno zombi de Juan Vicente Herrera, el presidente aferrado al cargo que sigue sin darse por aludido ante la creciente presión interna de su partido para que ahueque el ala y deje paso a la investidura de Alfonso Fernández Mañueco. No abundaré aquí en las poderosas razones de Herrera para no ceder la poltrona, la primera de ellas su comprensible negativa a perder la condición de aforado ante lo que pudieran deparar dos causas judiciales que le conciernen muy directamente (Perla Negra, terrenos de Portillo & pufos asociados y “trama eólica”) y en las que está abocado a ser citado a declarar judicialmente aunque en principio solo sea en calidad de testigo.

El agujero presupuestario de la Junta.- Entre otras consecuencias, la no aprobación de los PGE conlleva un millonario agujero financiero en las arcas de la Junta, que infló su Presupuesto de 2018 incrementando en 387 millones de euros la cuantía de las entregas a cuenta del Estado, incremento que en modo alguno -todo lo contrario- ha garantizado el ministerio de Hacienda. Todo un ejemplo de las mangas y capirotes que caracterizan la gestión de la consejera de Economía, Pilar del Olmo, quien el pasado año retrasó hasta el mes de mayo la presentación del Proyecto de Presupuestos de 2017 justamente con la excusa de que las entregas a cuenta previstas por el ministerio no le resultaban fiables. Y después de eso, llegó el mes de octubre y se tiró a la piscina de presentar unas nuevas cuentas de la Junta, las aprobadas en diciembre, dando por buenas unas previsiones exentas de la menor garantía... En estas manos estamos.

Paralelamente, la carencia de PGE ha dejado nuevamente empantanada la revisión del nuevo modelo de financiación autonómica, esa en la que el gobierno zombi de Castilla y León tantas esperanzas tenía depositadas. Un nuevo aplazamiento “sine die” con el que "ataraxiado" Rajoy, la vicepresidenta Sáez de Santamaría y el ministro Montoro incumplen flagrantemente el compromiso contraído durante la Conferencia de Presidentes celebrada en enero de 2017 en el Senado.

Sexta "marea blanca" celebrada en Salamanca
Y no es el único incumplimiento, toda vez que, a punto de finalizar el mes de marzo, sigue sin haber el menor rastro de la “Estrategia Nacional sobre el Reto Demográfico” que en esa misma Conferencia se comprometió a presentar el gobierno Rajoy antes de que finalizara 2017. Eso sí, sin que se sepa que hay de dicha “Estrategia” -encomendada a una Comisionada, Edelmira Barreira, con un sueldo anual de mas de 100.000 euros-, el PP anuncia para el 14 de abril una convención nacional sobre el desplome demográfico (ellos le llaman “reto”) a celebrar en Zamora, a mayor gloria del antes mencionado Martínez Maillo, coordinador general del PP, cabeza de la lista zamorana al Congreso y ex presidente de la Diputación provincial. Se supone que Edelmira finalmente habrá rotó aguas antes del próximo aniversario de la Segunda República.

La hemorragia política y electoral del PP.- Poco después llegará un 23 de abril que este año se presenta bastante más animado que de costumbre. Se adivina un Villalar especialmente reivindicativo. Y esta vez detrás de las pancartas no solo van a estar trabajadores de empresas en situación de crisis o en avanzada fase de cierre, que en los últimos meses son ya unas cuantas. También ha anunciado su presencia la Plataforma en Defensa de la Sanidad Pública, la misma que el pasado 20 de enero organizó la multitudinaria manifestación de Valladolid. Por mucho que Fernández Mañueco se esfuerce en minimizar los daños, el tándem formado por el consejero Antonio Sáez y su sosias el Gerente Regional de Salud, Rafael López, sigue siendo un inextinguido "fuego amigo".

El pasado sábado -suma y sigue- varios miles de conciudadanos del alcalde Mañueco se volvieron a echar a la calle en la sexta “marea blanca” celebrada en Salamanca, evidenciando la hemorragia política que sufre el PP a causa de la nefasta gestión sanitaria del gobierno Herrera. Hemorragia política y, obviamente electoral, incontenida en el momento más crítico del partido desde el congreso de su “refundación” en 1989.