A raíz de que los esclarecidos responsables de las Cortes decidieran enmascarar en la página web la identidad de la cincuentena de procuradores que perciben dietas (perdón, “indemnizaciones”) por asistir a las sesiones se ha levantado bastante revuelo con el retroceso en transparencia que viene observándose en el Parlamento Autonómico desde que comenzó la presente legislatura. Ha tenido que transcurrir más de año y medio para que algunos estimados colegas hayan caído en la cuenta.
Carlos Pollán con el letrado mayor |
En materia de transparencia, el gran agujero negro de las Cortes radica en el uso y disfrute del dineral que suman -en 2023 nada menos que 3.717.048 euracos- las subvenciones directas transferidas a los cuatro grupos parlamentarios representados en el hemiciclo.
A la cabeza el grupo popular (31 procuradores), con cerca de 1,4 millones, exactamente 1.396.200 euros, seguido de cerca por el grupo socialista (28), con 1.264.440. En tercer lugar (13 escaños), Vox, con 605.640 del ala, en tanto que el grupo integrado por Unión del Pueblo Leonés y Soria ¡Ya! (3 y 3) se reparten como buenos socios 298.200 €. Por último, el grupo mixto, integrado por los naúfragos de Ciudadanos y Podemos, Francisco Igea y Pablo Fernández, respectivamente, y el procurador de “Por Ávila”, Pedro J. Pascual, recibe 152.568.
Bancada del PP en el hemiciclo de las Cortes |
Lo más grande del caso es el argumento con el que en su día se justificó la elevada cuantía de estas subvenciones. Era cuando la sede de las Cortes radicaba en el castillo de Fuensaldaña y el razonamiento fue que para facilitar el acceso ciudadano a los grupos parlamentarios era necesario que estos dispusieran de oficinas en la ciudad de Valladolid. El argumento era muy razonable. Lo que ocurre es que el 14 de noviembre de 2007, miércoles todo el día, sus majestades el ahora emérito y su sufrida consorte inauguraban solemnemente el “mausoleo” ubicado en el vallisoletano barrio de Villa del Prado, que en realidad ya venía funcionando desde junio de dicho año, mediado el cual se celebró la sesión constituyente de la VII Legislatura, que reeligió como presidente al hoy asesor de Alfonso Fernández Mañueco y nunca bien ponderado José Manuel “Toti” Fernández Santiago, el del “cuñao” con “casoplón” en la República Dominicana.
¿Y disminuyó a partir de entonces la cuantía de las subvenciones a los grupos parlamentarios? Pues no precisamente. No solo no se redujo un céntimo de euro, sino que desde entonces se ha multiplicado casi exponencialmente hasta alcanzar en 2023 el importe total antes reseñado de 3.717.048 eurazos. Y eso que, a causa de las sucesivas caídas del censo, el pleno ha ido menguando y los 84 procuradores iniciales son ahora 81.
Bancada socialista |
A la cabeza nos llevaríamos las manos si supiéramos en que se pule algún grupo parte de la subvención. La morterada da para mucho más que para mantener una oficina parlamentaria. Habitualmente es el principal ingreso con el que se financian las estructuras autonómicas de cada partido y en el caso de los mayoritarios todavía queda para asignar una cantidad fija a los procuradores no liberados por cuenta de la Cámara. Según desveló en su día “El topillo”, en el grupo popular dicho "fijo" llegó a extenderse a la totalidad de sus procuradores, incluido el presidente de la Junta y los consejeros con escaño, y alcanzó los 1.500 euros mensuales (hoy ronda los mil). En el grupo socialista la asignación ha sido siempre de inferior cuantía y siempre reducida a los no liberados.
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