“No hay tempero”, recuerdo que dijo el que fuera vicepresidente
de la Diputación de León a la par que histórico sindicalista agrario, el malogrado Matías Llorente, cuando en
plena ofensiva de la campaña emprendida en el ámbito municipal en favor de la Autonomía
Leonesa todos los ojos estaban puestos en lo que pudiera hacer la institución
provincial, donde, al igual que ahora, el PSOE y la Unión del Pueblo Leonés
(UPL) sumaban mayoría absoluta.
No es que no hubiera tempero, sino que el sector oficial de los
socialistas leoneses, encabezado por su secretario provincial, Javier
Alfonso Cendón, se impuso a la corriente liderada por el alcalde de la
capital, José Antonio Díez, en esa aventura plenamente aliado con
la UPL. Su alineamiento con la posición de Cendón le llevó al entonces alcalde
de Cistierna, Nicanor Sen, a abstenerse de apoyar la iniciativa
segregacionista, lo cual le pasó una onerosa factura en las elecciones
municipales del pasado mayo, en las que perdió la alcaldía precisamente a manos
del procurador y dirigente leonesista Mariano Santos Reyero.
Sen toma el relevo de Barcones en presencia del ministro Puente |
De momento, para lo que no ha habido tempero ha sido para que Alfonso
Fernández Mañueco repitiera la jugada de hace dos años, esta vez en
detrimento de Vox, un socio todavía más incómodo y engorroso que Ciudadanos. Y
no es que Mañueco no estuviera por la labor de adelantar las elecciones
autonómicas para hacerlas coincidir con las gallegas, escenario en el que el PP
de Castilla y León saldría altamente beneficiado: Pillaría al PSOE enfangado en
el marrón de la amnistía y a Vox echada al monte e incapaz de rentabilizar
electoralmente unas instituciones que viene parasitando en beneficio exclusivo
de sus dirigentes y cargos públicos.
Núñez Feijóo y Fernández Mañueco |
Una vez que el PNV ha designado nuevo candidato en la persona de Imanol
Pradales Gil (los seis siguientes no sé, pero los dos primeros no son
apellidos precisamente vascos), las elecciones vascas no se van a demorar
demasiado. Pueden celebrarse incluso antes que las europeas, fijadas para el 9
de junio. Y antes de concluir el año 2024 se espera cita con las urnas en
Cataluña. Opciones no faltan para que Núñez Feijóo decida utilizar el botón
electoral de Castilla y León para asestar ese golpe a Vox y recuperar buena
parte del electorado que en su día abandonó al PP para engordar al partido de
la ultraderecha. Al tiempo.
Entretanto, a Mañueco no le queda más remedio que aguantar las
continuas salidas de pata de banco de sus socios, viéndose obligado a respaldar
las tropelías a los que son especialmente adictos el vicepresidente García
Gallardo y el inefable consejero Veganzones, a quienes los
populares han tenido que salvar de una nueva reprobación socialista en el pleno
que ha cerrado el año parlamentario.
El consejero Luis Miguel González Gago |
Al mismo tiempo, la Mesa de las Cortes ha habilitado el mes de enero como periodo extraordinario de sesiones a fin de impulsar la tramitación de diversos proyectos y proposiciones de ley. Entre ellos, figura la modificación de la Ley reguladora del Juego y las Apuestas en Castilla y León, sector que concita muchos intereses y no siempre confesables.
Que se lo pregunten a la consejera de Familia, Isabel Blanco, que, sin comerlo ni beberlo, se encuentra en un brete ante la repercusión social de decisiones que en realidad competen a otra consejería, concretamente a la que tiene al frente a Luis Miguel González Gago, aquel responsable de los servicios jurídicos de la Junta que se puso la puesta de sol por montera para justificar el adelanto del toque de queda en Castilla y León. Y conste que en esto hasta el momento Vox ni pincha ni corta.
(Publicado en elDiario.es Castilla y León)