Mientras el Partido Popular no tiene ninguna
prisa en elaborar sus listas para las próximas elecciones generales -que se confeccionarán
como siempre, sin ningún tipo de participación de la militancia- las asambleas
celebradas por las agrupaciones locales del PSOE han ido perfilando los
próximos candidatos socialistas al Congreso y al Senado (con permiso, eso sí,
del aparato de Ferraz, que a la postre sigue teniendo la última palabra y puede
alterar las propuestas emanadas de los comités provinciales del partido).
De Palacio: De las Cortes al Congreso |
Tampoco han sido un dechado de democracia
interna las polémicas primarias con circunscripción única celebradas el pasado
mes de julio por Podemos, que han concedido a la cúpula liderada por Pablo Iglesias un amplio margen de
maniobra para diseñar sus candidaturas al Congreso de los Diputados. Y ello no
es baladí en Castilla y León, donde la formación de los círculos tiene en
principio claras opciones de obtener representación en la Cámara Baja (el
Senado, aunque se elige en papeleta abierta, en la práctica siempre es
acaparado por las dos primeras fuerzas políticas, que, salvo un vuelco a estas
alturas impensable, seguirán siendo el PP y el PSOE).
Por primera vez desde que desapareció el CDS
de Adolfo Suárez, una tercera fuerza política puede romper el bipartidismo en
unas elecciones generales en Castilla y León. Así sería si se reprodujera el
resultado de las autonómicas del pasado mayo, cuya extrapolación otorga un
escaño del Congreso a Podemos en las provincias de Valladolid, León y Burgos.
En estas tres provincias y en Salamanca, donde dicha extrapolación deja cerca
de otro escaño a Ciudadanos, se centrará la batalla de las generales en esta
comunidad. En el resto el resultado está cantado, ya que
todas ellas, a excepción de Soria, eligen solamente tres escaños que irremisiblemente volverán a distribuirse entre el PP (dos) y el PSOE (uno), quienes asimismo se repartirán los dos únicos escaños con que cuenta la circunscripción soriana.
Arenales Serrano fotografiada en Interviú |
La batalla en Valladolid y León, que eligen
cinco diputados, va a ser especialmente intensa, ya que los tres partidos (PP,
PSOE y Podemos) pueden estar en un puño a la hora de asignar, ley D´Hont mediante, el quinto escaño.
De reproducirse el resultado de las autonómicas, en ambas provincias el potencial escaño
de Podemos sería a costa del PP, que perdería uno de los tres diputados de que
dispone actualmente en cada una de ellas. Pero tampoco puede descartarse que el
damnificado sea el PSOE, que corre el riesgo de quedarse sin su segundo
diputado.
Todo apunta a que ese escaño
en liza en Valladolid se lo disputarán Juan
Manuel del Olmo (el “cunero” al que Iglesias ha reservado el numero uno al
Congreso), Cecilio Vadillo (el ex
subdelegado del Gobierno y previsible número dos, tras Soraya Rodríguez, de la candidatura socialista) y el que vaya de número
tres en la lista del PP, puesto ocupado en 2011 por la “mediática” Arenales Serrano. En León, donde no
está definido el número uno de Podemos, la lista-cremallera del PSOE sitúa a
una mujer en el número dos (en el uno Ferraz colocará por lo civil o por lo
criminal a Ibán García del Blanco) y
esa podría ser la ex procuradora berciana Ángela
Marqués, en tanto que está por ver quien se la juega en el puesto número
tres del PP, adjudicado en 2011 a la carrasquista Aránzazu Miguélez. El
reparto del voto de la Unión del Pueblo Leonés, partido que no concurre a las
generales, resultará decisivo para decantar ese disputado quinto escaño.
Igual de apretada se presenta la batalla en
Burgos, donde se eligen cuatro diputados (en 2011 tres del PP y uno del PSOE). Aquí
está claro que el cabeza de lista de Podemos será Pedro de Palacio, el antiguo coordinador provincial de IU y actual
procurador y responsable de Organización del partido morado a nivel autonómico.
Si consigue el escaño será en detrimento del PP, que se quedaría sin el tercer
diputado, mientras el PSOE mantendrá el escaño obtenido en 2011 por Luis Tudanca, que pasará a manos de su
sucesora al frente del partido en la provincia, Esther Peña.
Serrada, beneficiario de la retirada de Caldera |
En Salamanca, la otra
circunscripción que elige cuatro diputados del Congreso, la extrapolación de
las autonómicas dejaría las cosas como están (tres PP y uno PSOE). Sin embargo,
es la única provincia en la que Ciudadanos, tercera fuerza en mayo, cuenta con
alguna posibilidad de obtener un escaño, lo cual sería a costa asimismo del PP.
Aferrándose a esa posibilidad, y pese a residir en Valladolid, el
responsable de Comunicación del partido
en Castilla y León, Pablo Yáñez, ha
concurrido a las primarias para encabezar la lista por dicha provincia. Al
igual que en Burgos, al PSOE no le va nada en el envite, ya que mantendrá su
único escaño de diputado, que pasará del ex ministro Jesús Caldera, que lo ha detentado desde 1983 (nada menos que 32
años) a David Serrada, vicesecretario provincial del partido y mano derecha del
secretario, Fernando Pablos.
Una eventual alianza entre Podemos e IU-Equo afianzaría
las posibilidades de obtener esos tres escaños en disputa en Burgos, León y
Valladolid, sobre todo en esta última provincia, donde la suma de los votos
obtenidos por ambas fuerzas superó en las elecciones autonómicas el 19 por
ciento. De otra parte, la fractura
interna que se acaba de producir en Podemos Valladolid puede poner en serio riesgo ese escaño que en principio tenía al alcance de la
mano. Pablo Iglesias debería hacérselo mirar.