El 18 de junio de 2015 Juan Vicente Herrera supo como se las gastaba Mariano Rajoy. Esa tarde se enteró, como un miembro más de los 90
que forman parte del Comité Ejecutivo Nacional del PP, del nombramiento de cuatro
nuevos vicesecretarios generales del partido. El hecho no hubiera tenido
mayor relevancia si no fuera porque el
día anterior Rajoy le había llamado para que le aclarase su amenaza
de dar la espantada y no presentarse a la investidura como presidente de la
Junta. Y en esa conversación, que fue
bastante fría, el presidente nacional del partido nada le comentó a Herrera sobre el inminente nombramiento
del presidente provincial del PP en Zamora, Fernández Martínez Maillo, como nuevo vicesecretario de
Organización. Ni palabra. De ahí la estupefacción del presidente
autonómico al conocer la designación del zamorano como nuevo numero tres
oficioso del partido.
Mariano Rajoy y Fernando Martínez Maillo |
La reacción del Colegio de la Asunción fue la de
potenciar al máximo a Valdeón: Vicepresidenta única, consejera de Empleo y portavoz de la Junta. El
mensaje era claro y directo: Si Maillo manda en Génova, en la Junta mando yo. Mensaje
ratificado y aumentado a la hora de tener que sustituir a Valdeón tras su
fatídico regreso de Madrid en la tarde del pasado 9 de septiembre. Si no
querías de ese caldo, ahí tienes otra taza tamaño bol: De Santiago-Juárez, tu máximo
detractor, la mano que mece mi cuna-diván, nuevo vicepresidente de la Junta. Arrieritos somos…
Y así nos plantamos en el congreso nacional
del pasado fin de semana, en el que se han confirmado los peores augurios para
Herrera y su “guardia de corps”: El ascenso de Martínez Maillo a coordinador
general y responsable del área Electoral y de Organización del partido, esto es,
al número tres (en la práctica el dos) del partido. Confundiendo sus deseos con
la realidad, el herrerismo más conspicuo albergaba alguna esperanza de que en
el camino del zamorano pudiera cruzarse el ex ministro Alfonso Alonso, candidato de Soraya Sáez de Santamaría. Pero Rajoy
no ha tenido dudas y ha dado a Maillo un espaldarazo que por otra parte estaba
cantado.
Cospedal y Fernández Mañueco |
Todavía hay más. Entre los 30 miembros de la Junta Directiva Nacional
Herrera ha conseguido colar a José
Antonio de Santiago-Júarez, pero no ha podido evitar la continuidad del
delegado territorial de la Junta
en Valladolid, Pablo Trillo-Figueroa.
Por razones obvias, el respaldo de Rajoy a este último constituye sin duda otro
serio revés para el presidente autonómico.
Juan Vicente Herrera el pasado fin de semana |
A la
presidencia de la Junta
en teoría puede aferrarse, si esa es su voluntad, pero su continuidad en la del
partido está exclusivamente en manos de Mariano Rajoy. Si Herrera fuera dueño
de su destino, ya habría anunciado su candidatura o su renuncia. Pero el dueño
de su destino es Rajoy, quién por otra parte querrá evitar a toda costa una
bicefalia que con toda seguridad sería altamente conflictiva. O Herrera sigue
en ambas presidencias, prolongando hasta 2019 su agónico ciclo político, o sale
de ambas y la eterna cuestión de la sucesión se resuelve de un plumazo. Si por
Maillo y Cospedal fuera, la cosa está muy clara, pero los designios de Mariano
a veces no son tan excrutables. Así que Rajoy proveerá...