El topillo
El
agónico papel de Ciudadanos
En el
matrimonio real se dice que el cornudo es el último en enterarse. Y eso mismo
ha sucedido en el matrimonio político de conveniencia que han mantenido en esta
comunidad Alfonso Fernández Mañueco y Francisco Igea. Vista su reacción,
este último, confeso degustador de sapos políticos, nunca pensó que pudiera acabar
como la incauta rana que ayudó al escorpión a cruzar el río.
No imaginaba en el presidente alguien capaz de
hablar el domingo con Inés Arrimadas
y ocultar a la susodicha la alevosa puñalada que se disponía a asestar a su
partido a primera hora del lunes. Y tampoco lo creía suficientemente mendaz
como para fabular esa especie de conspiración judeo-masónica con la que ha
tratado de justificar lo injustificable.
El hecho
es que, almas de cántaro ellos, los de C´s son los únicos a los que Mañueco ha
pillado desprevenidos. Los demás partidos estaban ya completamente en guardia.
Estatutos en ristre, los naranjas tendrían que convocar unas primarias para
elegir su candidato a la presidencia de la Junta, tal como acaban de hacer en
Andalucía. Pero tras el mazazo recibido y los antecedentes en la materia, se
quiere evitar semejante trance, designando directamente, con la excusa de lo
apretado del calendario electoral, un candidato de consenso.
Dado el botín electoral que se vaticina -en el
mejor de los casos un solo procurador, electo por Valladolid- resultaría sorprendente
que hubiera codazos para asumir la candidatura. No veo a Igea postulándose para
terminar ocupando ese solitario escaño en el próximo grupo mixto. Ni que vaya a
intentar convencer a Verónica Casado,
que, además de no ser afiliada, bastante escaldada ha salido de la experiencia.
Por
razón de su cargo de coordinadora autonómica, se supone que la única que no puede
pasar de ese cáliz es Gemma Villarroel,
pero, al tener que presentarse por León, no tendría garantizado el escaño. Si
aun así Villarroel es la designada, queda por ver quien intenta salvarse del
naufragio encabezando la candidatura vallisoletana, a la que no haría ascos el
todavía presidente de las Cortes, Luis
Fuentes, número dos tras Igea en las elecciones de 2019. Y no digamos el
número tres, Miguel Ángel García Rodrigo
(a) “El Mudito”. En situaciones de hambruna ninguna migaja es desdeñable.
Agónico
papelón el que se ha ganado a pulso Ciudadanos.
21-Diciembre-2021