PP y PSOE
cortejan a la agrupación soriana en la puja abierta por la presidencia de las
Cortes, cargo que los populares excluyen de la negociación con Vox para la
investidura
Durante la pasada campaña electoral las
visitas de los candidatos de “Soria ¡Ya!” a las aldeas sorianas evocaban lo
narrado por Miguel Delibes en “El
disputado voto del señor Cayo”, recreado después en el cine por Antonio Giménez Rico. Lo que no se imaginaban sus entusiastas candidatos y
ahora procuradores electos, Ángel Ceña,
Vanessa García y Toño Palomar, es que, sin haber tomado
aún posesión de sus escaños, los dos principales partidos, PP y PSOE, les
estuvieran cortejando, no ya con vistas a la investidura del presidente de la
Junta, sino en la puja abierta por hacerse con la presidencia de las Cortes.
A tres días de que se constituya el nuevo
Parlamento Autonómico asistimos a una situación un tanto insólita. Mientras se
da prácticamente por seguro que el PP y Vox terminarán sellando un acuerdo para
investir a Alfonso Fernández Mañueco
al frente de un gobierno de coalición, ambos partidos mantienen un duro pulso
en torno a la presidencia de las Cortes, que, al igual que el resto de la Mesa
de la Cámara (dos vicepresidencias y tres secretarias) es lo que se ventila en
la sesión constitutiva del próximo jueves.
Aprovechando que en un primer momento Vox no
incluyó la presidencia de las Cortes entre sus exigencias para apoyar la
investidura, el PP se apresuró a anunciar que optaría a la misma, consciente de
que se trata de un cargo de gran relevancia simbólica y política. Y cuando el
dirigente de Vox, el neófito Juan
García-Gallardo, se ha percatado de su importancia y ha reclamado el puesto
invocando que en la anterior legislatura recayó sobre Ciudadanos, Fernández Mañueco
ya tenía trazado su plan para cobrarse tan codiciada pieza.
Maniobra dilatoria del PP
El PP ha dilatado deliberadamente las
negociaciones sobre la investidura hasta después de la constitución de las
Cortes, al objeto de apurar sus posibilidades de hacerse con la presidencia de
la Cámara al margen del posterior pacto de gobierno con Vox. Mañueco está
convencido de que este encontronazo en ningún caso podrá en peligro su investidura,
pensando que el previsible socio de gobierno aceptará a posteriori otras
compensaciones, como pudiera ser la cesión de uno de los escaños (el PP pasa a
tener dos) de senador por la comunidad.
La estratagema del PP tiene sus riesgos, ya
que el grupo popular (31 escaños) ha lanzado el desafío sin tener garantizados
los votos necesarios para imponerse al candidato que piensa presentar el grupo
socialista (28 escaños). Y si se llega a esa votación sin pacto entre PP y Vox,
serán los 9 votos de las cinco fuerzas minoritarias, UPL (3), “Soria¡Ya!” (3),
UP, C´s y “Por Ávila”, quienes decantarán de qué lado cae la presidencia.
La ronda de reuniones bilaterales mantenida
entre el PP y las otras siete fuerzas con representación parlamentaria se ha
saldado sin ningún acuerdo concreto, pero con una criba muy significativa:
Mañueco ha dado por “autoexcluidos” del diálogo a todos los interlocutores
menos a dos, Vox y “Soria ¡Ya!”. Lo de Vox es obvio por ser el único partido
que dispone de los votos suficientes para franquear la investidura. No es el
caso de la agrupación soriana, que simplemente está dispuesto a apoyar un
gobierno en solitario del PP a cambio de sus reivindicaciones y siempre a
condición de que Vox quedara fuera de la ecuación. “Nosotros no vamos a cambiar infraestructuras por derechos humanos”,
tiene dicho Ceña.
Así las cosas, los tres votos de “Soria ¡Ya!”,
testimoniales a efectos de la investidura, resultan aritméticamente decisivos
para que el PP obtenga la presidencia de las Cortes sin contar con Vox. Y de
esto es de lo que va ahora la negociación. Si no lo ha hecho ya, Mañueco los va
a recabar en favor del candidato del PP. No sé sabe a cambio de qué, ya que de
momento no tiene cerrada la investidura y solo se la puede garantizar Vox,
partido con el que la agrupación soriana no desea compartir nada.
Tudanca activa la baza
socialista
En esta tesitura,
el PSOE, se ha puesto manos a la obra tratando de jugar sus cartas ante la
oportunidad que le abre este pulso entre PP y Vox en torno a la presidencia de
las Cortes. Hasta el punto de que el pasado jueves el propio Luis Tudanca se desplazó a la capital
soriana para sondear directamente la posición de los tres procuradores de
“Soria ¡Ya!”. Y visto que ambas partes comparten su rechazo a la entrada de Vox
en la Junta, la agrupación soriana pidió al PSOE que trate de evitarlo mediante
su abstención sobre la investidura de Mañueco, que dicho sea de paso sería la
única fórmula que permitiría al PP gobernar en solitario.
Aunque no lo hizo en esa reunión, va de suyo
que el PSOE pedirá a “Soria ¡Ya!” su apoyo, o al menos su abstención, en la
elección del presidente de las Cortes, que, al igual que la de los demás
miembros de la Mesa, se realiza mediante voto secreto depositado en urna.
Veremos hasta
donde aguanta el pulso Mañueco, que, de no poder atar los tres votos de la
plataforma soriana, correría el serio riesgo de que el PSOE se alce con el
cargo y pase a controlar la Mesa de la Cámara. En evitación de dicho riesgo, al
PP le queda la opción de plegar velas y avenirse a la exigencia de Vox, con lo
que las Cortes pasarían a tener un presidente de extrema derecha a modo de
anticipo a cuenta de su posterior cuota de poder en la Junta.
A decir de Núñez Feijóo, presidente “in pectore”, y de la responsable interina
de Génova, Cuca Gamarra, Mañueco
tiene las manos libres para pactar la fórmula de gobierno que tenga por
conveniente. Pero aunque no inicien su mandato hasta primeros de abril, los
responsables del nuevo PP son conscientes de que toda España está muy atenta a
la fórmula de gobierno que se abra paso en Castilla y León. Y no es casual que
el presidente de la comisión organizadora del congreso del PP, Esteban González Pons, haya calificado a Vox como partido de “extrema
derecha”.
Entregar a Vox
la presidencia de las Cortes tendría gran significación política. La segunda
autoridad política de Castilla y León recaería sobre un partido que propugna la
disolución del Estado de las Autonomías, no oculta su “euroescepticismo” y
tiene declarada la guerra a la Agenda 2030 de Naciones Unidas. Un cargo que
además conlleva la presidencia de la Fundación Castilla y León, encargada entre
otras cosas, de organizar la celebración del 23 de abril en la campa de
Villalar de los Comuneros.
Blanqueando el extremismo de Vox
En contraste con
González Pons, Mañueco viene edulcorando las consecuencias de la previsible
entrada de Vox en la Junta. “Mi gobierno
no será racista, xenófobo o machista”, decía hace unos días el candidato a
la investidura. Como si ello nos dejara más tranquilos. Es evidente que el
previsible programa de gobierno a cerrar con Vox no va a derogar ninguna
legislación autonómica en materia de derechos y libertades en Castilla y León.
Ni la Ley regional contra la Violencia contra la Violencia de Género ni el
Decreto sobre Memoria Histórica ni nada similar. No hace falta. Basta con
eliminar o reducir al mínimo su dotación en los próximos Presupuestos de la
Junta para que en la práctica esas normas queden en papel mojado.
La involución democrática en estas materias y en todas las
relacionadas con la Igualdad está cantada, máxime si, como se rumorea, la consejería
de Familia cae en manos de la formación ultraderechista, que obviamente cerrará
el paso al Anteproyecto de Ley LGTBI en Castilla y León.
Pero no adelantamos acontecimientos. Lo
inmediato es la constitución de las Cortes y la elección de los seis miembros
de su Mesa. Y mal iniciarían su trayectoria los procuradores de “Soria ¡Ya!”
si, seducidos por algún canto de sirena, a las primeras de cambio le hacen el
caldo gordo al PP, el partido que lleva 35 años gobernando esta comunidad
autónoma.
Por su parte, Tudanca
ya está tardando en trasladar a Mañueco y a toda la ciudadanía las condiciones de
una abstención socialista que permita al PP gobernar en solitario. Si no lo
hace, el candidato a la investidura alegará que el pacto con Vox ha sido la
única alternativa que se le ha ofrecido para formar el nuevo gobierno.
(Publicado
en elDiario.es Castilla y León)