viernes, 11 de marzo de 2022

Mañueco claudica y se echa en brazos de Vox

Aterrado ante una posible repetición electoral, el PP se aviene al ultimátum de la extrema derecha

 Como acérrimo madridista que es, Alfonso Fernández Mañueco había manifestado su intención de desplazarse el pasado miércoles hasta el Bernabéu para contemplar en directo el choque entre el Real Madrid y el PSG de Mbappé, Neymar y Messi. Pero faltaban pocas horas para la sesión constitutiva de las Cortes, y con el PP y Vox abiertamente enfrentados por la presidencia de la Cámara, optó por no moverse y permanecer atento a cualquier posible de movimiento.

Juan García-Gallardo y Alfonso Fernández Mañueco
 Y apenas al cuarto de hora de juego sonó la alarma en su teléfono móvil. El líder de Vox en Castilla y León, Juan García-Gallardo, se había descolgado en Twitter con una propuesta de acuerdo de gobierno para la Legislatura, que contenía el reparto con el PP de los principales puestos institucionales, incluyendo en su cuota la codiciada presidencia de las Cortes. Pero el verdadero mensaje no estaba en ese documento, sino el “tuit” que lo acompañaba:

“El PP se empeña en negar a los votantes de VOX el mismo trato que dio a su anterior socio”, decía. “Todavía está a tiempo de rectificar y aceptar esta propuesta o, en caso contrario, explicarle a sus votantes por qué no ha querido este gobierno para CyL”, concluía. Esto último sonaba a claro ultimátum en respuesta a la estrategia seguida por el PP de excluir la elección de la Mesa de las Cortes del posterior acuerdo de gobierno que acompañe la investidura.

 Con los 31 procuradores de su grupo, al PP le salían las cuentas para hacerse con la presidencia de las Cortes sin contar con Vox, ya que la candidata socialista, Ana Sánchez, no disponía de suficientes apoyos entre las formaciones minoritarias para ganar esa votación. Ese riesgo estaba conjurado después de que la UPL anunciara su abstención y  de que “Soria ¡Ya!” se hubiera dejado enredar por el PP.

Alberto Núñez Feijóo
Pánico a una posible repetición electoral

Con la mirada en el televisor pero el pensamiento abstraído en el “tuit” de García-Gallardo, Mañueco se sintió aterrado ante la posibilidad de que Vox hiciera “casus belli” del ninguneo de la presidencia de las Cortes, rompiera la baraja sobre la investidura y apostara sin más por la repetición de las elecciones. Justo el único horizonte que no se podía permitir el PP y lo que a toda costa quería evitar Alberto Núñez Feijóo, quien no podía arriesgarse a estrenar su liderazgo con un reto electoral en condiciones sumamente adversas.

 Y fue así que una hora y media después, a punto de consumarse la gesta blanca en el Bernabéu, Mañueco activó su cuenta de twitter en respuesta a García-Gallardo:

“He ofrecido a Vox un acuerdo de gobierno en beneficio de las personas de Castilla y León. Desde nuestra posición inicial hemos cedido para propiciar el entendimiento, Vox no se ha movido nada”, decía.  El ultimátum de Vox había surtido efecto. Arrugado ante la perspectiva de tener que repetir elecciones, Mañueco había decidido sacrificar al candidato de su partido a la presidencia de las Cortes, cuyo nombre -presuntamente el secretario autonómico del PP, Francisco Vázquez- en ningún momento había sido dado a conocer.

Carlos Poyán, presidente de las Cortes
 A primera hora de la mañana se confirmaba el apaño y tanto el nuevo presidente como el vicepresidente primero –puesto en el que repite Vázquez- eran elegidos con los 44 votos que suman PP y Vox. El leonés Carlos Poyán no estará solo en la Mesa, ya que la procuradora de Vox en la anterior Legislatura, Fátima Pinacho, se hace cargo de la secretaria tercera. Los mismos puestos ocupados por Ciudadanos en la anterior Legislatura.

Es el anticipo a cuenta antes de que Mañueco concurra a finales de mes al pleno que le investirá por segunda vez presidente de la Junta. El socio de gobierno se cobrará después la vicepresidencia para García-Gallardo y tres consejerías, una menos de las que tenía el anterior socio de gobierno. El PP también se reserva el cargo de Portavoz que ejercía el anterior vicepresidente.

 Después del pleno de las Cortes, Alfonso y Juan, la nueva pareja de hecho, presentaban el Acuerdo de Legislatura, un documento plagado de ambigüedades con las que el PP ha limado el catálogo de propuestas de Vox difícilmente compatibles con el Estado social y democrático que proclama la Constitución Española. Mañueco se reserva un lugar en la Historia como el primer presidente autonómico que comparte gobierno con un partido al que el propio Partido Popular Europeo no duda en calificar de extrema derecha.

Por su parte, Feijóo, farisaicamente de perfil ante un pacto al que se oponía Pablo Casado, trata inútilmente de escurrir el bulto ante el riesgo de involución democrática que se cierne sobre una comunidad autónoma presidida por el PP.