Está teniendo mucho eco el repaso semanal que realiza en “El País” Idafe Martín Pérez, quien, bajo el título "Libre de estilo", comenta cada jueves lo que denomina “columnismo fachosférico”, es decir, la opinión vertida por la legión de firmas que da lustre a la prensa bienpensante que nos alerta día sí día también sobre el galopante proceso de desintegración de la patria española.
Y piensa “El
topillo” el ingente material de que dispondría un “idafe” dedicado a hacer
lo propio en una comunidad tan “mucho española”, que diría Mariano Rajoy, como Castilla y León, donde la inmensa mayoría de
las cabeceras, y por ende de sus firmas habituales, son más de derechas que el
grifo del agua fría. Unas firmas que, salvo raras excepciones, no son otra cosa
que el reflejo de sus líneas editoriales, tan coincidentes que no tendrían
mucho problema en publicar diariamente un mismo comentario editorial.
Portada del libro "Cuentos de la fachosfera |
Supongo
que no todos llegarían al extremo de perpetrar en primera página, arriba y a
toda plana, un titular del siguiente tenor: “El
Gobierno felicita el nuevo año con subidas del gas, electricidad y peajes…”
El que suscribe, que hace la tira de años, en pleno tardofranquismo, dio sus
primeros pasos periodísticos en el diario en cuestión se pregunta si, varias
décadas después, su “línea editorial” no es aún más retrógrada que entonces.
Debe ser que los cérvidos no evolucionan al mismo ritmo que los simios.
Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno |
Con el título “El comunismo siempre gana”,
uno de articulistas repasaba las atrocidades perpetradas bajo la hoz y el
martillo, desde la ocupación soviética de Hungría al aplastamiento de la
primavera de Praga pasando por el levantamiento del muro de Berlín, y, tras
recordar los sucesos de Barcelona de mayo de 1937, concluía que las purgas son
“la especialidad de la casa”. Todo ello en referencia a la no continuidad de
ningún ministro de Podemos. “Eliminar de
la escena a los camaradas por un bien superior es su receta habitual, aunque
los comunistas de ahora sean de salón, peluquería y boutique”. Dios me
libre de considerar lo anterior una jaimitada.
El otro autor,
multipremiado poeta mientras dirigía el diario, se preguntaba este sábado “si es de patio de colegio o de patio de
Monipodio” (sic) la afirmación de la vicepresidenta según la cual solo le
afectan personalmente las cosas de la gente a la que quiere. Como no ignora tan
erudito articulista, patio de Monipodio es la expresión que ha quedado “para
aludir al lugar donde se reúnen maleantes de todo tipo”, ello en consonancia
con la definición que el diccionario de la RAE realiza de la palabra monipodio:
“Convenio de personas que se asocian y
confabulan para fines ilícitos”.
Gonzalo Santonja y Juan García-Gallardo |
No es de extrañar que
su sucesor en la cabecera incluyera en su epístola de este domingo la siguiente
aclaración dirigida a la vicepresidenta Díaz: “Debería saber la política gallega que su gobierno, el del PSOE, el de Pedro Sánchez, el de la amnistía, no ha
sido construido ni creado ni armado ni concebido para gobernar nada, ni una
comunidad de vecinos de La Rondilla, sino para conservar el Poder”.
Como tampoco extrañará a nadie que dos de las
firmas del mismo periódico fueran, hasta sus respectivos nombramientos, la del actual consejero de
Cultura, Gonzalo Santonja, nombrado
a propuesta de Vox, y la del ahora director de Comunicación de la
vicepresidencia de la Junta, Vidal
Arranz, fichado por Juan García-Gallardo
el pasado mes de octubre.
Y hablando del poco gallardo García-Gallardo, no puedo por menos que reseñar el rapapolvo dirigido por Regalado al fiscal jefe del TSJ, Santiago Mena, en “Diario de Castilla y León-El Mundo”. El agudo comentarista acusa a Mena de “expulsar las opiniones ideológicas sobre la acción de un político”, calificando de “opinativo artículo camuflado en formato auto judicial” la resolución en la que Fiscalía dictaba el archivo de las diligencias abiertas contra el vicepresidente de la Junta sobre un presunto delito de odio.
Nada que decir sobre la crítica al
fiscal, pero llama la atención que la misma no vaya acompañada de reproche
alguno a la calificación como “delegado
del PSOE golpista en la Fiscalía del TSJ” de la que ha sido objeto Mena por
parte del nada gallardo vicepresidente. Tildar a un fiscal desde la vicepresidencia de la Junta de “delegado de
un partido golpista” parece que forma parte de la normalidad democrática. Ya
dije antes que un “idafe” regional no daría aquí abasto.