Irrumpieron en la escena política como
paladines de una regeneración democrática que saneara la vida pública española,
gravemente enferma de una arteriosclerosis bipartidista caldo de cultivo de un
irrespirable clima de corrupción. El apóstol de esa nueva política era el
atildado Albert Rivera, un líder aparentemente sin mácula (si se exceptúa, la de
sus oscuros socios en la coalición Libertas)
que pasaba como el yerno ideal para cualquier madre con una hija en edad de
merecer.
lunes, 28 de noviembre de 2016
lunes, 21 de noviembre de 2016
El último meandro del Guadiana de la sucesión
Aunque a
algunos les cueste creerlo, les aseguro que me aburre soberanamente tener que
ocuparme de nuevo del Guadiana de la sucesión de Juan Vicente Herrera. Sobre todo porque en lo que realmente importa
a los ciudadanos de Castilla y León -su presunto relevo en la presidencia de la Junta- sigo pensando lo que
escribí aquí mismo hace más un mes: El presidente de la comunidad no tiene la
menor intención de dejar el Colegio de la Asunción y el piso que le pagamos en la Acera de Recoletos hasta que
no concluya su actual mandato, esto es, tras las elecciones autonómicas de
2019.
lunes, 14 de noviembre de 2016
Una artera maniobra para condicionar la sucesión de Herrera
A propósito
de la encarnizada batalla librada en el seno de la familia socialista,
advertíamos aquí hace algunas semanas que en el PP de Castilla y León las aguas
no bajaban precisamente tranquilas. Apuntábamos que la diferencia era que
mientras en el PSOE los cuchillos volaban a la vista de todos, en el PP las
luchas intestinas se producían de forma soterrada, sin que apenas trascendieran
a la opinión pública.
lunes, 7 de noviembre de 2016
Herrera, un presidente a verlas venir
En rigor no cabe decir que el nuevo gobierno
de Mariano Rajoy haya defraudado las
expectativas de la Junta
de Castilla y León, cuyo presidente y a la vez máximo responsable del PP de la
comunidad, Juan Vicente Herrera, hace tiempo que no goza de la
menor influencia ni en La
Moncloa ni en la calle Génova. Tras su distanciamiento de
Rajoy, sus desencuentros con Soraya Sáez
de Santamaría y su gélida relación con María
Dolores de Cospedal, Herrera no tenía la menor posibilidad de influir en el
“casting” ministerial. Su nula capacidad de influencia en Madrid quedó patente
con ocasión de las candidaturas del PP a las pasadas elecciones generales,
cuando fracasó estrepitosamente en su intento de colocar como cabeza de lista
por Valladolid a la ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, quién volvió a repetir como número tres por
Madrid.
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