martes, 21 de octubre de 2025

La trastienda/ La burda estratagema de otros Presupuestos "fake"

  Tras la descarada tomadura de pelo de hace un año, cuando el gobierno de Fonsi Fernández Mañueco, se sacó de la manga un denominado “anteproyecto” de Presupuestos de la Comunidad que jamás registró en las Cortes, parecía difícil que pudiera superarse tamaño nivel de impostura. Máxime cuando el gobierno Mañueco se había comprometido desde hace semanas a registrar dentro del plazo establecido en el Estatuto de Autonomía, que finalizaba el 15 de octubre, a cumplir con su obligación de registrar en tiempo y forma Proyecto de Presupuestos de para 2026.

 Y lo ha hecho en tiempo, en el último día del plazo, pero desde luego no en forma, aportando un Proyecto incompleto -falta el capítulo correspondiente al presupuesto del propio Parlamento y de las llamadas instituciones propias de la comunidad-, tramitado además sin la preceptiva aprobación del llamado “techo de gasto”. Por si fuera poco, no se aporta tampoco el Proyecto de Ley de Medidas de Acompañamiento, ese que incluye los llamados “beneficios fiscales”, esos con los que la Junta suele favorecer mayormente a sus amigos de la empresa familiar y a las rentas más altas, amén de colar de rondón por la puerta de atrás modificaciones legislativas de toda laya.

Mañueco vendiendo unos nuevos Presupuestos "fake"
Una chapuza premeditada.-Naturalmente, toda esta gran chapuza no es casual. Persigue el objetivo premeditado de que Castilla y León vuelva a quedarse por segundo año consecutivo sin Presupuestos -volverían a prorrogarse los aprobados para 2024-, carencia de la que el gobierno Mañueco pretende responsabilizar a la oposición, que por el momento se ha limitado a exigir que la Junta no siga saltándose a la torera la legalidad presupuestaria vigente. De hecho, los servicios jurídicos de las Cortes ya han dictaminado que el Proyecto de Presupuestos no puede tramitarse sin antes aprobar el “techo de gasto” (que no será sometido a aprobación de las Cortes hasta este miércoles).

Hace un año, con el gobierno de la comunidad en minoría, la estrategia consistía en que el “anteproyecto” de marras quedara en el dique seco porque la oposición no diera luz verde al techo de gasto. Pero ocurrió que el PSOE, alertado de la maniobra desde el grupo mixto, no mordió el anzuelo y permitió con su abstención salvar ese requisito. Y ya se sabe lo ocurrido: el gobierno Mañueco dejó pasar los meses sin registrar jamás el Proyecto de Ley, incumpliendo con ello sin ninguna justificación tanto el Estatuto de Autonomía como el requerimiento realizado al efecto por acuerdo unánime -el grupo popular tuvo la desfachatez de sumarse a la iniciativa- del pleno de las Cortes.

Abascal, ayer de precampaña electoral en Segovia
 Como señalaba al principio, tal maniobra no era reproducible un año después. Ante lo cual, los émulos de los trileros de la calle Sierpes instalados en el Colegio de la Asunción se han sacado de la manga otra burda estratagema que persigue idéntico fin: culpar a la oposición de que Castilla y León vuelva a carecer de unos Presupuestos con los que afrontar los retos que sigue teniendo por delante, cada vez mayores y más apremiantes entre otras cosas por la deplorable gestión del gobierno en minoría que preside el indolente “Fonsi”, incapaz de remover de su cargo a consejeros tan abrasados como el titular de Medio Ambiente, quien viene a ser el “mazón de Castilla y León.

Aún subsanando las carencias legales señaladas (el PSOE ya ha anunciado su abstención sobre el "techo de gasto), el nuevo Proyecto de Presupuestos está condenado a terminar en la papelera, básicamente porque el gobierno Mañueco, por mucho paripé que intente, no tiene la menor voluntad de alcanzar un acuerdo con ninguno de los dos únicos grupos parlamentarios que aritméticamente le pueden proporcionar la mayoría de la que carece: PSOE y Vox. El consenso, ya de por sí extraordinariamente complicado a menos de cinco meses de las próximas elecciones autonómicas, es ahora de todo punto inviable después una vez que Mañueco ha volado todo tipo de puentes con ambos partidos.

Carlos Martínea ante la sede del PSOE de Soria
 Las relaciones con su último socio de gobierno no pueden estar más deterioradas y cualquier intento de negociación tropezará con el famoso “burruño” en que el presidente de la Junta convirtió la propuesta de mínimos planteada por el partido de Abascal durante el pasado debate sobre el Estado de la Comunidad. Tampoco ha procurado Mañueco el menor acercamiento con el nuevo líder autonómico de los socialistas, Carlos Martínez, al que desde el primer los populares han tratado, sin fundamento, de vincular a Santos Cerdán, hasta llegar a calificarle como “el jefe de la banda de Ferraz” (De la Hoz, dixit) en Castilla y León. Añádase a ello que, si llegara a entablarse la negociación presupuestaria, los socialistas exigirán que la Junta se acoja a la quita de la deuda y no tragarán con los habituales regalos fiscales con que el PP obsequia a su clientela electoral en detrimento de los recursos necesarios para mejorar la Sanidad, la Educación, la vivienda y los servicios sociales.

 Así las cosas, estamos condenados a asistir a una “batalla por el relato” afrontada por la Junta con el dopaje que le proporciona la “chequera mediática” de la Publicidad Institucional. El problema es que, tras la calamitosa gestión de los incendios del pasado verano, la ineptitud del gobierno Mañueco es conocida más allá de las fronteras de la comunidad autónoma, de forma que ese blindaje mediático no le brinda toda la protección que necesitaría. De ahí que en Génova sigan de los nervios ante el eventual pinchazo electoral que puede sufrir Núñez Feijóo de la mano de Fernández Mañueco.

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