(o a ver quién la dice más gorda y/o insulta de manera más gruesa)
1.- “Ánimo, Alberto”: “El líder de la oposición
había lanzado algunas acusaciones y planteado una pregunta, en una más de las
feroces sesiones parlamentarias de control al Gobierno. El presidente, risueño
durante todo el trance, se puso en pie, levantó el micrófono de su escaño y,
esquivando el decoro propio de la Cámara, se limitó a despreciar a su oponente
con un «Ánimo, Alberto».
(…) Moncloa, como en ocasiones anteriores, contrarrestó el contenido de
esas investigaciones con una relectura autoexculpatoria, dirigida en exclusiva
a su grey, deseosa de disponer de un argumentario con el que insultarse con el
enemigo en las redes sociales. Es el manual trumpista. La verdad no importa. Es
indiferente si la UCO no dice en sus 300 páginas de informe que el PSOE esté
libre de sospecha de financiación ilegal. En efecto, no lo dice. Ni lo
contrario. Pero Sánchez lanza a los micrófonos a sus escuderos, y a sí mismo, a
expandir sus «hechos alternativos» –doctrina creada en la fábrica de Trump–, y
la hinchada ya dispone de munición para salir del paso, hasta el siguiente
informe.
Y, mientras, el PP sigue a verlas venir, incapaz de contrarrestar con un
tirachinas, la ofensiva de Moncloa con armamento pesado. Y cometiendo errores
de bulto, que alimentan la caldera sanchista, para disfrute del presidente: la
indefendible gestión de la dana de Valencia, el triste episodio del cribado de
cáncer de mama en Andalucía, y la absurda batalla –perdida de antemano– sobre
el aborto en Madrid.
Hace unos días, un conocido periodista de un medio de línea informativa
cercana al Gobierno, planteó a sus oyentes una pregunta muy pertinente: ¿cuánta
corrupción tiene que producirse en el PSOE, para que el votante de la izquierda
deje de aceptar cualquier cosa de los suyos, para evitar que gobiernen los
otros? La respuesta no es tan complicada: con Vox en la ecuación de un posible
gobierno con el PP, el votante de la izquierda aguantará los informes de la UCO
que le echen. Esta es la realidad. Ánimo, Alberto”. Vicente Vallés en “La Razón”.
2.- “Marca de la casa”: “Estamos, señoras y señores,
ante el ADN de los seres. Incluso de los políticos, que como empresa que son
-primero el partido, después el ciudadano- nunca revelan el suyo. “Me da cosa”,
dijo un sociata al juez cuando le pillaron en el burdel pagando con la tarjeta
del contribuyente. Al tirano Sánchez, como vendedor de humos marca de la casa,
también le da cosa.
(…) Punto y aparte, es su inagotable energía -su auténtico ADN- como cobrador y cajero insaciable, que recalcaba mister Moock. Las revelaciones de la semana pasada nos han demostrado con creces su avaricia más provocativa: Koldo, Ábalos, Begoña, el Fiscal General, el escándalo del Nobel, el acuerdo de paz en Egipto, y la cohorte de putas y corruptos que no cesa que recorren todos los ministerios y todos los platós televisivos como marca de la casa y de la causa. Gran desolación política en desbandada que sería imposible -lo apuntan hasta los jueces más exquisitos del garantismo judicial- si no hubiera un vendedor de coches al frente como Sánchez cual presidente de la chrysler hispánica, sociedad limitada. Imposible.
Digo desolación porque se han superado todos
los topes y rayas: las de la coca y el coquismo, las de la ley y el
leguyerismo, las íntimas y las oceánicas, las del mercado y del mercantilismo,
las de la libertad y del libertinaje, las del morbo y las del morbismo, las del
ladrón y las del ladronismo, y, sobre todo -y teniendo en cuenta que su salto a la
política lo propició el negocio familiar del sexo como tráfico y explotación, caso
único en una democracia constitucional y europea -las del puterío y del
puterismo.
(…) Y todo, obligatoriamente,
con la marca de la casa, porque el dominio del relato ya no es la explicación
de una política, sino la facultad que tiene el tirano frikilandio para usar de
lo político como existencia totalitaria hasta que el asno compre su propia lana”.
Antonio Piedra, el sempiterno e inmarcesible director de la
fundición “Jorge Guillén”, en “El Mundo de Castilla y
León.
3.- “Diez razones para que el PP fuerce la implosión electoral”: “Empieza a ser una engorrosa costumbre. La derecha vuelve a adquirir ese absurdo hábito de los miedos y la inseguridad. Es el temblor de piernas en el penalti definitivo de la final. El exceso de confianza, creer que todo el trabajo está hecho y pensar que nadie puede ser capaz de levantar una losa de rechazo social, desprestigio personal y corrupción como la que pesa sobre Pedro Sánchez, con sus sobres de Ferraz, sus puteros en serie y sus cátedras de Wallapop.
Nadie como la derecha para
autolesionarse y para reabrir el estigma autodestructivo. Nada como la derecha
social, y la de tanto analista conservador que nunca está conforme y siempre
parece odiar lo que él mismo representa, para denunciar desde su superioridad
de criterio la debilidad, la impotencia, la torpeza o las incongruencias de la
derecha moderada, o sea el PP, cuando se atisba que puede ganar.
Esto en la izquierda no pasa
porque en la calle y en la militante sumisión de sus medios de comunicación esa
izquierda está entrenada para el zafarrancho de combate, para proteger sus
habichuelas y para sobrevivir bajo el caparazón, agrupados todos en la lucha
final. En cambio, la derecha callejera, la mayoritaria, la liberal y tal,
parece regodearse en la incapacidad de su proyecto para poder llegar y se
instala en un autolamento de sentimiento trágico.
En los bares, los remilgos de
la derecha sociológica del PP con los suyos son inversamente proporcionales a
la disciplina férrea y sumisa de la izquierda del PSOE con los suyos. La
realidad es que cuando la izquierda dobla el espinazo, ahí llegan los gurús de
la derecha a lamentar que el neoconservadurismo con ribetes liberales nunca se
reconstruye bien, que es insolvente, carece de colmillo, y que no llega, que le
falta reprise… y que por eso Vox le adelanta por la tangente
con su clarividencia desacomplejada y la coherencia del discurso. Ay, esa
recurrente falta de autoestima”. Manuel Marín, director de “Voz Populi”.
4.- “Elefantes en Palacio”: “La rápida salida del presidente tras el saludo
a los Reyes fue la comidilla del 12-O en los salones de Palacio, donde los
corrillos clásicos han languidecido bastante desde que hace un par de dos años
la Casa decidiese separar por colectivos profesionales a los invitados. “Se
largado casi en modo Paiporta”, bromeaba ante el periodista un antiguo asesor político
que ahora se mueve por despachos financieros y universitarios.
(…) “Con esa actitud huidiza solo consigue
incrementar en los adversarios las ganas de abuchearlo”. La otra ausencia del
día, la de Abascal, también acaparó buena parte de las charlas. Las sombras de
ambos personajes, Sánchez y el líder de Vox, eran como invisibles elefantes que
se paseándose por las alfombradas estancias. El interlocutor atrapaba al vuelo
una copa. “Uno y otro se han escogido como némesis voluntarias. Se necesitan
tanto como se detestan y esa va a ser la tónica de la precampaña. Fíjate en las
encuestas de hoy mismo; han atrapado a Feijóo en un fuego cruzado que lo está
desperfilando a marchas forzadas. Las expectativas de Santi van como una bala y
eso para Sánchez es la mejor esperanza, sobre todo después de quedarse
descolocado con el acuerdo de Gaza”.
(…) El PP tiene un problema, y es que en su
segmento social ha comenzado a instalarse, con fundamento, la idea de una
mayoría agregada de la derecha. En esta situación, una parte de su electorado tradicional
se siente inclinada a renunciar al voto útil y apostar por el más arriscado, el
que le pide el cuerpo con más vehemencia, en la tranquilidad de saber que la
correlación de fuerzas tumbará al gobierno de todas maneras. Y luego está el
fantasma de Rajoy, que siembra la desconfianza y estimula la tentación de
imponerle a Feijóo un socio que le apriete las tuercas”. Ignacio Camacho en el “Abc”.
5.- “Que paciencia tiene el Rey”: “Cuando celebramos la Fiesta
Nacional siempre pienso qué estaría pasando en esta España de ruido y furia si
la figura central de esa celebración no fuera un Monarca constitucional, con un
papel mediador y perfectamente tasado en la Carta Magna, que emana una
auctoritas impensable en el resto de representantes del Estado, sino un
presidente de la República militante de un partido de la zapatiesta nacional,
torciendo el gesto a los del bando contrario. No puedo ni imaginarlo.
(…) Si no fuera por Felipe VI, no acierto a imaginar la deriva choni y
barriobajera que nos mostrarían nuestros representantes políticos en el día de
España, mientras el Ejército nos estimula con su potencia y patriotismo por las
calles de Madrid. Ver a la Princesa de Asturias con uniforme de gala del Aire
nos evita tener que mirar la cochambre que sienta sus reales en algunas sillas
el 12-O. ¿Alguien cree que, si no fuera por la presencia de la Familia Real,
Pedro Sánchez, aunque sea tragando quina, saludaría a Díaz Ayuso y a Almeida?
De hecho, ayer ya ni se quedó a los corrillos del Palacio Real, enfadado por
los abucheos e insultos que había recibido en las calles. De nuevo, faltó a sus
obligaciones.
Ver a Francisco Martín, ese delegado del Gobierno en la capital que nos
pidió que agradeciéramos a Otegi lo mucho que le debemos por dejarnos vivos, y
no a Santiago Abascal, que se ha borrado del acto para no blanquear a Sánchez,
es de esas estampas incomprensibles, una baza que no debe regalarse al
sanchismo. Estar en esta Fiesta es una obligación con los españoles y con el
Rey. Aquí nada pinta el presidente del Gobierno que, a juzgar por las pitadas
que recibe y por las prisas por huir, seguro que estaría encantado de no tener
que asistir. Él y los suyos sienten aversión por Madrid y por todo lo que
venturosamente fue escenificado ayer. Así que justamente por eso no hay que
faltar nunca al 12-O”. Mayte Alcaraz,
tertuliana
del programa “Cuestión de Prioridades” (“La 7” de Castilla y León TV), en
“El Debate”.
6.- “María Corina y los hombres malos”: “La
aversión que ha suscitado en el Gobierno dos magníficas noticias, el acuerdo
entre Israel y Hamas y el Nobel de la Paz a María Corina Machado, da la medida
exacta de su infame catadura.
Pedro Sánchez tuvo que poner sonrisa de
circunstancias con la primera, para ocultar su decepción ante el pinchazo de su
estratagema palestina, después de haber pringado de antisemitismo la política
exterior española. Albares, inasequible al sentido del ridículo, salió al quite
y destacó el papel “clave” de España en un acuerdo que ni se habían olido.
Lo más significativo, con todo, ha sido el
silencio antes el reconocimiento a María Corina Machado. Una mujer que se juega
la vida en su lucha por la democracia en Venezuela. (…) No es cuestión de
ideología sino de humanidad. No puede haber un premio más merecido. Mujer pacifista,
valiente, resiste en la clandestinidad la brutal persecución de Maduro. Pero
Sánchez calla. Hablo Margarita Robles, como recién salida de misa, para decir
que el día que se anuncia el galardón no es el momento de comentarlo. Al
contrario que Machado, Robles no es valiente. Con sus compañeros, se desdibuja
en una deplorable soldadesca zombi al servicio de un sujeto o que lleva la
inmoralidad por bandera.
García
Page, en cambio, ha aplaudido el Nobel, en línea con la izquierda democrática
mundial. Sánchez no juega en esa liga desde hace tiempo, pero podía haber
cumplido con el trámite con un simple tuit. Que no lo haga es un indicio
sombrío de la trama que ata al PSOE y a Zapatero con la narcodictadura venezolana.
De las fragatas de Bono y de los sobornos del embajador Morodo a Plus Ultra,
Delcy y sus maletas y el tráfico de hidrocarburos. Todo saldrá, tarde o
temprano”. Maite Rico en
“El Mundo.
7.- “La
izquierda y la libertad”.- “La izquierda ha perdido claramente la brújula
moral. La reacción a la concesión del premio Nobel de la Paz a María Corina
Machado lo ha dejado en evidencia. No hace tanto tiempo la izquierda no
habría tenido ninguna dificultad en reconocer los méritos de la célebre
luchadora por la democracia venezolana, al margen de las discrepancias
ideológicas que puedan existir con ella. De hecho, todavía uno de los mayores
valedores de la lucha contra la dictadura venezolana es una vieja leyenda de la
socialdemocracia mundial, el expresidente
Felipe González, a quien hoy repudian
los suyos simplemente por haberse mantenido fiel a los valores que un día
definieron a su formación política.
Un Gobierno socialista español
felicitó en su día al activista polaco Lech Walesa por la concesión del premio
Nobel de la Paz. Su caso es muy similar al de Machado: un luchador por la
libertad y la democracia contra una tiranía de color rojo.
Hoy el Gobierno
español guarda silencio ante el reconocimiento que la academia
sueca ha hecho de la labor de María Corina Machado. Otros en la
izquierda española la han difamado y calumniado tratando de
justificar que han colaborado y cobrado del régimen de Maduro. Es una infamia
que acompañará a esos personajes para siempre. Pero es aún más grave el
silencio cómplice del Gobierno español, que olvida que representa al
conjunto de la sociedad española y los valores de nuestro país y de nuestra
democracia.
La izquierda ha renunciado a la causa de la libertad. Es una realidad que observamos a diario. (…) Le espanta un personaje como María Corina Machado porque representa todo el arrojo y sinceridad de los que la izquierda carece. A la izquierda le incomoda la libertad porque sabe que solo ciudadanos adocenados y obedientes son hoy capaces de seguir sus destructivas consignas”. Antonio Caño, exdirector de “El País”, en “The Objective”.
8.- “La patria y sus pitufos”.- “Esta España de hoy por donde pululan miles de pitufos del mal, como Bolaños, y de charos con caspa, como Santaolalla, fue el escenario de batallas que cambiaron el rumbo del planeta. Aquí se disputó Occidente seguir siendo una tierra próspera sobre las raíces de Grecia y de Roma, y no un patio de recreo para los vasallos de Mahoma. Aquí habitaron los mejores pintores de la Historia, los más notables poetas, los santos de más relumbrón. España es un regalo de Dios al resto de la humanidad, y aquellos que siendo españoles no son conscientes de ello, deben recibir solamente nuestro desprecio e indiferencia.
España, y la inmensa obra que
ha sido y es la Hispanidad, merecen que el nuevo patriotismo que hoy encarnan
cientos de miles de jóvenes (hartos del manicomio woke) sea el que recoja
el testigo de toda aquella grandeza. Que lean y se formen intelectualmente, y
no permitan que su sano orgullo derive en ese mezquino patriotismo de bufandita
futbolera sin nada más. España no es el cortijo de cuatro listos que quieren
hacer de la patria común su negocio particular.
Hoy ni siquiera merecen
atención los infames que se han lucrado de forma inmoral, engañando a sus
votantes mientras les hacían creer que estaban gobernando «por y para España»,
sólo porque no eran socialistas. Esos patrioteros de la gaviota que han dejado
destruir la patria a sus mayores enemigos no sólo «por cobardía e ingenuidad»,
no. Ya está bien de ese mantra falso. Por connivencia con el
mal. Porque son y piensan casi igual que ellos, y porque España les
importa sólo en la medida en que puedan llenar sus bolsillos gracias a ella.
Estos pitufos del patrioterismo barato tendrán también su juicio ante la
Historia, igual que los zurdos o la piara separatista.
Como decía a veces con sorna el inolvidable Fernando Vizcaíno Casas, "con España no puede ni el socialismo". Rafael Nieto en “La Gaceta”.