En
la cueva de Ali Babá en que degeneraron las Cajas de Ahorro en sus últimos años
ha sido muy frecuente que los consejeros
y ejecutivos que más habían contribuido a arruinarlas fueran a su vez los que
más tajada sacaban de ellas, ya fuera mediante remuneraciones de todo tipo,
créditos, indemnizaciones y demás prebendas, incluidos esos viajes “gratis
total” con derecho a cónyuge o, en su caso, acompañante.
Muy sonado fue el caso de la CAM , cuya directora general, María Dolores Amorós, tras disfrutar en
activo de un sueldo de 600.000 euros, se agenció al abandonar la entidad una
pensión vitalicia de 370.000 euros anuales, y cuyo presidente, Modesto Crespo, se levantó en dos años mas de 640.000 euros en dietas. Y sobradamente
conocidas son las millonarias indemnizaciones de los antiguos directivos de las
cajas gallegas o los sueldos de Rodrigo Rato y compañeros de desventura en
Bankia-BFA, entre ellos el segoviano Atilano
Soto y el abulense de Agustín González.
Escribano y Soto en un Consejo de Caja Segovia |
-en especial la estratosférica de su ex director general, Manuel Escribano- a la turbia gestión de la sociedad “Segovia
El último escándalo que ha saltado a la luz,
el de las dietas de cobradas en Caja Navarra por la presidenta de la comunidad,
Yolanda Barcina, y otros políticos
navarros, resulta especialmente revelador. Por primera vez se ha admitido
abiertamente que dichas dietas no respondían a ningún tipo de prestación, sino
que se percibían en concepto de “complemento salarial” asociado al cargo político. Para
ello se inventaron en 2010 una Junta de Entidades Fundadoras, cuya permanente,
constituida por Barcina, su antecesor, Miguel
Sanz, y el consejero de Economía, Alvaro Miranda, mantenía varias
reuniones sin ningún contenido a lo largo de una misma mañana, percibiendo así
varias dietas en una sola jornada. Por este procedimiento la presidenta navarra
se levantó un “sobresueldo” de 68.500 euros que, una vez destapado el pastel,
se ha comprometido a devolver.
J. Fermoso, ex presidente de Caja Duero, y J. Lanzarote |
En
torno a las dietas de los consejeros de las Cajas siempre ha habido mucha opacidad
y en ocasiones se ha intentado despistar filtrando datos incompletos que no
incluían lo cobrado a través de empresas y sociedades participadas. A comienzos
de 2012 el Banco de España pidió a los consejeros de Caja España-Caja Duero que
hicieran públicas las cantidades percibidas en 2011 y solo la mitad, 17 de los
34, accedieron a esa petición. De esa información parcial resultó el que consejero
que más percibió en dietas fue José F. Martin
(45.570 euros) y el que menos Agustín Prieto
(11.520). Entre los 17 consejeros que, acogiéndose a la ley de Protección de Datos,
no hicieron públicas sus percepciones figura el propio presidente de la Caja fusionada, Evaristo del Canto.
Para empezar Del Canto no debería haber
percibido dieta alguna, ya que se trata de un presidente ejecutivo con sueldo y
plena dedicación al cargo. A su llegada a la presidencia, octubre de 2010, el
Consejo de Administración fijó su retribución en unos 350.000 euros anuales. Y
en esa cifra, o poco más, pensábamos que se había mantenido su remuneración, máxime
el galopante deterioro financiero sufrido por la antigua Caja, reconvertida
después en el Banco CEISS.
Pero la ruinosa situación del CEISS (desfase
patrimonial de 288 millones, fuga de 4.500 millones de depósitos hacia otras entidades y pérdidas en 2012
estimadas en cerca de 2.500 millones de euros) no ha sido óbice ni cortapisa
para que sus directivos se hayan incrementado el sueldo, en algunos casos de
forma espectacular.
José Mª de la Vega, director general, y Evaristo del Canto |
Según consta en un reciente informe enviado por el Banco de España al Congreso de los Diputados, Evaristo del Canto y otros
dos directivos del banco han percibido en 2012 retribuciones que oscilan entre
500.00 y 600.000 euros anuales, tope este último fijado por para las entidades
participadas por el FROB. O sea, que mientras la entidad terminaba de
arruinarse, su presidente y dos de sus adláteres se incrementaban el salario en
más de un 60 por ciento.
También se ha sabido que cinco directivos del
CEIIS mantienen contratos con blindajes por encima de la norma que limita las
indemnizaciones por despido a un máximo de dos años de sueldo. El Banco de
España ha requerido al CEISS para que adapte a la normativa vigente tanto los
contratos como las retribuciones de los directivos, que, tras el rescate
europeo de la entidad, no podrán exceder ya de 300.000 euros, tope salarial de
los consejeros y directivos de las entidades plenamente intervenidas. Todo esto a expensas de la operación de ingeniería financiera planteada con Unicaja, cuyo retraso tiene de los nervios tanto a los directivos de banco como a sus mentores políticos, especialmente al presidente Herrera y al consejero Villanueva. Por muy famélica que esté la vaca, hay quien no está dispuesto a dejar de succionar de sus ubres.