Confieso
que el asunto ya me tenía preocupado. Llevamos casi un mes de verano oficial
-de ese verano que alguien dijo que este año no iba a haber- y los tres tenores
de Atapuerca, los Carbonell, Arsuaga y Bermúdez de Castro, todavía
no habían anunciado el hallazgo del año. Llegué a temer lo peor: Un verano sin
ningún descubrimiento en el célebre yacimiento arqueológico de la sierra
burgalesa. Por fortuna, era una falsa alarma.
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Yacimiento de Atapuerca |
Fieles a la cita estival, Carbonell y Bermúdez de Castro -Arsuaga supongo que andará
de vacaciones u ocupado en algún bolo- han anunciado el hallazgo de rigor. Y
esta vez no se trata de ninguna pieza concreta que arroje alguna nueva luz
sobre la evolución humana. Es mucho mas que eso: El nivel TD4 (no confundir con
una nueva edición del telediario) de la Gran
Dolina ha dejado al descubierto industria lítica de hace un
millón de años, lo cual, habida cuenta de que los restos mas antiguos del Homo
Anteccesor eran de hace 800.000, viene a suponer que el yacimiento adquiere de golpe 200.000 años más de
antigüedad. Así pues, todos tranquilos. Atapuerca ha vuelto a estar a la altura
de las circunstancias.
Por mucho que arrecie la crisis hay clásicos
fieles a la cita del verano y Atapuerca hace muchos años que es uno de los
imprescindibles. Otro suele ser la foto de la consejera de Agricultura, Silvia Clemente, subida la cosechadora
para anunciar las previsiones de la cosecha cerealista, que igual hay que
corregir a la baja tras las tormentas registradas en los últimos días a lo
largo y ancho de la cuenca del Duero.
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Juan Vicente Herrera en el Camino de Santiago |
Un clásico que sí ha acusado la crisis, aunque
puede que no tanto como hubiera sido de desear, es el de los cursos de verano,
que en los años de la ficticia bonanza económica llegaron a constituir una
auténtica plaga estival. Lo peor es que los recortes presupuestarios sufridos
por las Universidades se han llevado por delante una buena parte de los cursos
que tenían verdadero interés y nivel académico, sobreviviendo sin embargo otros
que solo interesan a los organizadores y al elenco de agradecidos ponentes,
cuyo número en ocasiones es superior al de los propios alumnos matriculados.
Era lo que pasaba, sin ir mas lejos, con el “campus” de Periodismo “Miguel
Delibes”, en el que la Junta
se gastó un pastón a mayor gloria del consejero que lo patrocinaba, a la sazón
Portavoz de la Junta
y mano que mece el diván presidencial.
Hablando del presidente de la comunidad, un
clásico de verano que ha desaparecido es el que protagonizaba Juan Vicente Herrera recorriendo un
tramo del Camino de Santiago, en unas ocasiones solo con sus amigos y en otras
en compañía de una selecta comitiva
mediática expresamente invitada. (Recuerdo lo que pude reírme al ver en
Internet imágenes de algunos de estos abnegados compañeros llegando exhaustos a la iglesia de Villalcazar de Sirga). Ignoro si ha decaído la
devoción presidencial por el Camino o si ahora sus incursiones las realiza en
la más estricta intimidad.
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Miguel Alejo en Almeida de Sayago (Zamora) |
Menos mal que por su parte el socialista Óscar López no institucionalizó el
“Puro cambio tour” con el que recorrió Castilla y León en bicicleta durante el
mes de agosto de 2010. Las fotos del pelotón de cargos públicos y otros
esforzados compañeros de partido acompañando a López a golpe de pedal por las
distintas provincias fueron impagables. La que no sé si sería pagable o resultó
perdonada fue la sanción que la consejería de Medio Ambiente impuso a la
caravana por infringir la Ley
de Montes al celebrar el final del “tour” encendiendo una barbacoa en una zona
no autorizada en las inmediaciones de la zamorana Sierra de la Culebra.
Lo más gordo
del caso es que a aquel "picnic" se sumó en entonces Delegado del Gobierno, Miguel Alejo, el mismo que, una vez jubilado, ha optado por una bucólica
existencia en su localidad natal de Almeida de Sayago. Bucólica al menos hasta
las próximas elecciones municipales, en las que tiene intención de presentarse a la Alcaldía.
En fin, que visto que estamos a mediados de julio
y, aparte de los clásicos de verano, aquí no pasa nada ni se espera que pase,
el que suscribe ha decidido tomarse unas semanas de relajo. “El topillo” tiene entera libertad para
hacer lo propio, aunque no estoy yo muy seguro de que vaya a resignarse tantos
días sin contarnos sus cuitas. Ya veremos.