lunes, 6 de abril de 2015

Podemos en baja, Ciudadanos en alza


A poco más de mes y medio de la doble cita electoral del 24 de mayo, el foco sigue centrado en los dos principales partidos emergentes, Podemos y Ciudadanos, cuyos resultados sin duda van a alterar la actual correlación política en las 13 comunidades autónomas en liza y en muchos de los principales ayuntamientos españoles. Aunque por el momento los sondeos nacionales siguen otorgando al partido de
 Pablo Iglesias expectativas de voto muy similares a las del PP y el PSOE, en las últimas semanas su tendencia apunta claramente a la baja. Todo lo contrario que Ciudadanos, que tras el descalabro del PP en Andalucía y el estado catatónico en que se encuentra la UPyD, sigue ganando terreno a pasos agigantados.




 Aunque seguimos sin disponer de sondeos fiables de ámbito autonómico, la impresión es que en Castilla y León el “efecto Podemos” no ha alcanzado en ningún momento, ni de lejos, la dimensión que en otras comunidades, donde sigue aspirando a superar al PSOE y a convertirse en segunda fuerza política. Eso no parece que haya estado aquí nunca a su alcance y menos aún tras el deterioro que ha sufrido su imagen a raíz del "caso Monedero" y la sucesión de conflictos internos que han debilitado a la formación en Castilla y León.

Pablo Fernández
 Basta analizar el resultado de las primarias convocadas para elegir sus candidatos a las próximas elecciones autonómicas, en las que tan solo han votado 3.315 de los 15.659 inscritos con que cuenta Podemos en Castilla y León, lo que arroja un índice de participación en el 21,16 por ciento. Y todavía más significativo resulta el hecho de que el candidato a la presidencia de la Junta, Pablo Fernández Santos, haya sido elegido después de sumar 1778 votos frente a los 668 logrados de su contrincante, el salmantino Fernando Gil Plaza, y otros 869 votos en blanco.

 Quiere ello decir que Fernández Santos, elegido por un 53,16 por ciento de los votantes, al final tan solo ha sido respaldado por el 11,35 por ciento de los inscritos, y además con menos votos de los que le llevaron hace menos de dos meses a la secretaria general (1952 votos de los 13.024 inscritos entonces) de Podemos en esta comunidad autónoma. Eso sí, tal como estaba cantado, los 86 candidatos de su lista han sido los más votados y si no acaparan los otros 83 puestos de las candidaturas a procuradores es porque el sistema de lista-cremallera les obliga a ceder algunos de los últimos lugares a miembros de la candidatura de Gil Plaza.

 A este parco resultado de las primarias autonómicas de Podemos no son ajenas las crisis y tensiones internas que se han desatado en varias provincias alrededor de la posición a tomar sobre las elecciones municipales. La decisión de la dirección estatal de no concurrir a los comicios locales con su propia marca, pero dejando la puerta abierta a participar en coaliciones o promover agrupaciones de electores, ha abierto la caja de Pandora en no pocos Consejos Ciudadanos locales.

Jorge Díez
Hace unos días dimitía el secretario general de Podemos en Palencia, Jorge Díez, quién después de romper las negociaciones con Ganemos e IU y apostar por una agrupación de electores, ha renunciado al cargo al comprobar que la organización no disponía de suficientes voluntarios para acometer la ardua tarea de recogida de firmas a que obliga dicha fórmula. Previamente, la fuerte división interna provocaba la dimisión y abandono del partido de otra dirigente partidaria de la coalición unitaria, Cristina Reguera, quién, además de formar parte de los Consejos Local y Autonómico, era la número cuatro de la candidatura autonómica encabezada por Fernández Santos y previsible cabeza de lista por Palencia.

Justo con los argumentos contrarios que Jorge Díez, hace semanas habían dimitido la secretaria general de Burgos, Ana Peña, y otros cuatro miembros del Consejo Ciudadano Local, contrarios a la participación de Podemos en “Imagina Burgos”, candidatura compartida, entre otros, con IU y Ganemos.

Aunque para división frontal la que se ha producido en León, donde la corriente oficial de Podemos impulsa la agrupación de electores denominada “León despierta, mientras la corriente crítica participa en “León en común”, plataforma en la que se han integrado IU y otros colectivos ciudadanos. Paralelamente, tres miembros del Consejo Ciudadano Local abandonaban dicho órgano, si bien se mantienen en la formación. No ha ocurrido así en Ponferrada, donde los partidarios de concurrir a las municipales abandonaron hace meses el partido constituyendo otro denominado “Vecinos Ponferrada”. Y aunque no han trascendido las diferencias internas, no todos comparten en Valladolid la decisión de concurrir a las municipales sacándose de la manga un partido instrumental en lugar de promover la agrupación de electores acordada por las propias bases de Podemos.

José Alberto Rodriguez
 Todos esos conflictos internos -y dejo al margen el abrupto abandono de José Alberto Rodriguez, el tercero en discordia en la candidatura a la presidencia de la Junta- lastran el incipiente liderazgo de Fernández Santos y rebajan lo suyo las expectativas de Podemos en Castilla y León. Si ya de por sí era un hándicap que sus candidaturas autonómicas no se vean apoyadas en cada colegio electoral con la correspondiente papeleta municipal, peor aún es la existencia en algunas capitales de esas “marcas blancas” que suscitan el rechazo de una parte de su propia militancia. O mucho me equivoco, o los resultados de Podemos en Castilla y León van a estar bastante lejos de los logrados en Andalucía y con toda seguridad por debajo de los que obtenga por Ciudadanos.

 Con el viento soplando completamente a su favor, Ciudadanos se perfila como fuerza determinante en gran número de ayuntamientos en los que nadie obtendrá mayoría absoluta, entre ellos no pocos de los mas importantes de la comunidad, y todo indica que va a superar con cierta holgura el mínimo de cinco procuradores necesarios para disponer de grupo parlamentario propio en el “mausoleo” de Villa del Prado.