Al
igual que en el conjunto de España, el PSOE de Castilla y León ha salido
fracturado prácticamente en dos mitades del traumático Comité Federal que el
pasado sábado acabó cobrándose la cabeza de Pedro Sánchez. La votación a cara descubierta que tumbó al hasta
ahora secretario general ha permitido conocer en toda su dimensión el cisma
abierto entre los socialistas de la comunidad, de nuevo abiertamente alineado
en dos bandos que, eso sí, han variado no poco en su composición respecto a los
enfrentados en 2014.
Soraya Rodriguez y Luis Tudanca |
Ni siquiera la presidenta de dicha Ejecutiva, la diputada vallisoletana Soraya Rodríguez, se molestó en votar en
contra del secretario general, cosa que hizo al día siguiente en el Comité
Federal. Pero la batalla no estaba planteada en esa Ejecutiva, donde los barones
provinciales contrarios a Sánchez no tenían ningún interés -todo se andará- en
infligir mayor castigo al secretario autonómico, Luis Tudanca.
La batalla estaba en el Comité Federal y ahí
12 de los 21 socialistas de la comunidad con derecho a voto respaldaron la
estrategia de Susana Díaz y sus
barones de tumbar al secretario general y forzar una situación en la que el
resultado ya no podrá ser otro que el de facilitar, mediante la correspondiente
abstención, la investidura de Mariano
Rajoy, por supuesto sin consulta directa a la militancia.
Era
sobradamente conocido que el ex secretario autonómico, Julio Villarrubia, y su mano derecha y secretaria provincial del
PSOE palentino, Miriam Andrés, no
estaban precisamente del lado de Sánchez y de Tudanca. Tampoco sorprendía que
el secretario provincial y alcalde de Soria, Carlos Martínez, quien casi nunca sabe si mata o espanta, se
alineara con el “susanismo”, tal como ha hecho su antigua líderesa, Carme Chacón. Y ya se sabe que lo de
Soraya Rodríguez ha sido siempre y por encima de todo sobrevivir apostando a
caballo ganador.
Tino Rodriguez e Ibán García del Blanco |
Lo que ha alterado sustancialmente la
correlación en el PSOE de Castilla y León ha sido el repentino cambio de bando nada
menos que de otros cuatro secretarios provinciales: el leonés Tino Rodríguez, el salmantino Fernando
Pablos, el segoviano Juan Luis Gordo
y el zamorano Antonio Plaza.
Como ya expliqué la semana pasada, el primero ha seguido la estela de su mentor, Pepiño Blanco, y ha dejado tirado a Sánchez, aunque en su viraje no le ha seguido la alcaldesa de San Andrés del Rabanedo, Eugenia Gancedo, leal al hasta ahora secretario general. (Como es lógico -léáse "El topillo" de hoy- se mantenía fiel al a Sánchez el también leonés y secretario de Cultura y Movimientos Sociales dela Ejecutiva Federal ,
Ibán García del Blanco, a mayor abundamiento enfrentado hace tiempo a Rodriguez).
Como ya expliqué la semana pasada, el primero ha seguido la estela de su mentor, Pepiño Blanco, y ha dejado tirado a Sánchez, aunque en su viraje no le ha seguido la alcaldesa de San Andrés del Rabanedo, Eugenia Gancedo, leal al hasta ahora secretario general. (Como es lógico -léáse "El topillo" de hoy- se mantenía fiel al a Sánchez el también leonés y secretario de Cultura y Movimientos Sociales de
Su sintonía personal con Eduardo Madina explica en parte la postura de Pablos, avalista del
voto contra Sánchez de Rosa López y Elvira Vicente, las dos representantes
del PSOE salmantino en el Comité Federal. Pero son otros tres cambios de bando los
que han causado sonrojo, si es que no estupefacción, en el seno de los
socialistas de la comunidad. Nadie podía imaginar que algunos de los más
significados cómplices de todas las tropelías perpetradas por Óscar López en su desdichado paso por
Castilla y León iban a dejar en la estacada al que ha sido siempre su máximo
benefactor.
Óscar López y Juan Luis Gordo |
Ha sido el
caso del segoviano Gordo, recien agraciado con un puesto en la Mesa del Congreso de los
Diputados. ¡Y que decir del capitoste del descabezado abulense, el diputado Pedro Muñoz, mano derecha de López
durante su etapa como secretario autonómico y asimismo estrecho colaborador
suyo en la secretaria Federal de Organización!
Con su voto contra Sánchez,
ambos han dejado a los pies de los caballos al todavía portavoz socialista en
el Senado, toda una felonía política a la que ha sumado el secretario
provincial del PSOE en Zamora, Antonio Plaza, éste, para mayor inri, votando en
Ferraz justo lo contrario de lo acordado en la asamblea local de los socialistas
zamoranos.
(Un inciso.
La visita de Susana Díaz a Zamora no fue una leyenda urbana. Lo que ocurre es
que no estuvo conspirando con ningún sargento chusquero, que diría Borrell, del PSOE de Castilla y León,
sino que se reunió con varios de sus coroneles -entiéndase barones, entre ellos
el asturiano Javier Fernández, ahora
presidente de la gestora- para planificar el golpe de mano de la dimisión en
bloque de los 17 miembros de la Ejecutiva
Federal )
Los antiguos sectores críticos (lo poco que
queda de ellos tras las escisiones y fugas) del PSOE en Zamora y Ávila se
pellizcan ante el cambio de bando de Plaza y Muñoz. Lo mismo que los socialistas segovianos y
leoneses, aunque estos últimos, dados los múltiples antecedentes, deberían
estar curados de espanto.
Pedro Sánchez y Óscar Puente |
Tenemos así que el grueso del antiguo
“lopecismo” ha abandonado a López, dejando con ello en situación de gran
precariedad al secretario autonómico, Luis
Tudanca. De momento no se puede afirmar que todos los verdugos de Sánchez
estén contra Tudanca, pero no cabe duda de que a éste se le ha abierto toda una
falla en su Ejecutiva, empezando por su tensa relación con Soraya Rodríguez, a
la que el pasado viernes no invitó a la reunión del Consejo Territorial previa
a la de la Ejecutiva Autonómica. Por su parte, Rodríguez se ha autoaislado de la corriente mayoritaria en el
PSOE vallisoletano, que se ha mantenido fiel a Sánchez con el alcalde Óscar Puente erigido en máximo
defensor.
Habrá que
esperar acontecimientos, pero es obvio que si el “susanismo”, una vez alfombrada la investidura de Rajoy, se hace con el control del PSOE en el congreso federal a convocar por la gestora, Tudanca
no va a tener un camino de rosas para resultar reelegido en las posteriores
primarias autonómicas.
Ni siquiera se puede descartar que antes no se urda contra él un "oscarlópez", como se ha dado en llamar el golpe de mano de consistente en derrocar a un secretario general mediante la dimisión en bloque de la mitad más uno de su Ejecutiva. Votos seguramente tendrían los “susanistas” para asestarlo; otra cosa es que tácticamente ahora no les convenga y prefieran segarle a Tudanca la hierba bajo los pies, debilitando sus opciones frente al candidato alternativo que en su momento promoverán para derrotarle en dichas primarias.
Ni siquiera se puede descartar que antes no se urda contra él un "oscarlópez", como se ha dado en llamar el golpe de mano de consistente en derrocar a un secretario general mediante la dimisión en bloque de la mitad más uno de su Ejecutiva. Votos seguramente tendrían los “susanistas” para asestarlo; otra cosa es que tácticamente ahora no les convenga y prefieran segarle a Tudanca la hierba bajo los pies, debilitando sus opciones frente al candidato alternativo que en su momento promoverán para derrotarle en dichas primarias.