De creer a Susana Díaz, la tournée que ha protagonizado este de fin semana por
Castilla y León, con bolos programados en Palencia, Salamanca y León, no tiene
nada que ver con su supuesta intención de lanzar su candidatura a la secretaría
general del PSOE. No estamos en eso, dice. Su periplo obedece simplemente a las
invitaciones cursadas por la dirección del partido en dichas provincias, que se
morían de ganas de presentar a la militancia a la carismática baronesa
andaluza, viajante por Castilla y León exclusivamente en su condición de
secretaria general de los socialistas andaluces. Por lo tanto, oficialmente
Susana no ha estado aquí de campaña.
Lo que sucede es que la organización y puesta en
escena de su gira se le parece mucho. Dicen que si anda y nada como un pato y
hace cuá, la gente, muy dada a precipitar sus juicios, enseguida piensa que es
un pato. Y algo así puede pensarse de la visita de Susana.
Su entrada en la
mañana del sábado al salón del hotel Rey Sancho, de Palencia, con la sintonía
electoral del PSOE sonando a toda pastilla por la megafonía y con la militancia
aplaudiendo a rabiar, que quieren que les diga, era puro formato mitin. De
encuentro con la militancia para debatir con ella sobre la crítica situación en
que se encuentra el partido, más bien nada. Allí la única que habló fue la
secretaria provincial, Miriam Andrés,
en el papel de presentadora del monólogo de la lideresa andaluza, quien por
cierto no desentonaría en “El club de la Comedia ”.
Susana Díaz el pasado sábado en Palencia |
Eso en
cuanto al escenario, pero sin duda lo más suculento estaba en la figuración. El
acto no estaba restringido a los militantes palentinos, de suerte que
connotados susanistas de otras provincias se hicieron presentes a la vera del
Carrión. No podía faltar la diputada vallisoletana y presidenta de la Ejecutiva regional del
PSOE, Soraya Rodríguez, quien a a buen seguro que estas
alturas comparte la famosa frase atribuida al actor Antonio Gamero: “Como fuera de casa, en
ningún sitio”. Soraya no fue la única socialista vallisoletana que se dejó caer
por Palencia. Ahí estaba también el eterno aspirante Cecilio Vadillo, destacados miembros del antiguo sector “villarrubista”
y otros cuantos militantes más, entre ellos la alcaldesa de Mucientes, otra que
tal, enarbolando cartulinas con la leyenda “Socialistas de Valladolid con
Susana”. Menos mal que no era un acto de campaña.
También
aparecieron al reclamo de la lideresa dos secretarios provinciales del partido,
el soriano Carlos Martínez y el
zamorano Antonio Plaza. Este último
esta vez no estuvo solo, ya que también acudieron los alcaldes de Benavente y
Toro, además del inevitable Cecilio Lera,
sempiterno edil de Castroverde de Campos y perejil de infinidad de salsas. (No
consta, he de decir, que Lera y Plaza compartan por ahora algo más que su
coyuntural coincidencia en apoyar a Susana Díaz, pero, tal como van las cosas y
luego comentaremos, no sería de extrañar que acabaran echando pelillos a la mar).
Carlos Martínez y Soraya Rodríguez |
Otros dos conspicuos secretarios provinciales
alineados en el susanismo, el leonés Tino
(antes era “Desatino”) Rodríguez
y el salmantino Fernando Pablos, no
pudieron acudir a Palencia porque participaban a la misma hora en la jornada parlamentaria
celebrada por los procuradores socialistas en el castillo de Fuensaldaña.
Tampoco les importaba mucho, ya que eran los anfitriones de los otros dos bolos programados con la lideresa. La coincidencia de las dos convocatorias fue la justificación perfecta para que el secretario autonómico del PSOE en Castilla y León, Luis Tudanca, no acompañara a su homóloga en el partido. Y para que no se le acusara de ningunear a Díaz, Tudanca envió a Palencia a la secretaria regional de Organización, Ana Sánchez, que no tuvo otro remedio que pisar territorio comanche. Bien es verdad que el secretario autonómico podía haber asistido el mismo sábado al acto de Salamanca o el domingo al de León. Y no lo hizo.
Tampoco les importaba mucho, ya que eran los anfitriones de los otros dos bolos programados con la lideresa. La coincidencia de las dos convocatorias fue la justificación perfecta para que el secretario autonómico del PSOE en Castilla y León, Luis Tudanca, no acompañara a su homóloga en el partido. Y para que no se le acusara de ningunear a Díaz, Tudanca envió a Palencia a la secretaria regional de Organización, Ana Sánchez, que no tuvo otro remedio que pisar territorio comanche. Bien es verdad que el secretario autonómico podía haber asistido el mismo sábado al acto de Salamanca o el domingo al de León. Y no lo hizo.
Quien hizo
doblete en Palencia y Salamanca fue el diputado abulense Pedro J. Muñoz, otrora lugarteniente de Óscar López y ahora intendente del susanismo en Castilla y León. Aquella
célebre frase de Fraga (con perdón)
según la cual la política hace extraños compañeros de cama se está encargando
de hacerla cierta Susana Díaz, y de qué forma, en el seno del PSOE de Castilla
y León. Enemigos irreconciliables hace dos años se han convertido ahora en
forzados compañeros de viaje. Y no solo en el nivel de los secretarios
provinciales, sino también en el de otros destacados militantes sin cargo
orgánico.
Fernando Pablos y Susana Díaz. Detrás, Jesús Caldera. |
Aunque, puestos a ser positivos, ello puede verse de otra forma: En contraposición a lo de los “extraños compañeros de cama”, puede ponerse en valor la taumatúrgica capacidad de la baronesa para convertir en entrañables colegas a quienes ni siquiera se dirigen la palabra.
El bolo de Salamanca bajó mucho de nivel en
cuanto a asistencia, cuantitativa y cualitativa. Pablos, a quien se le aparece
la sombra de su antiguo antecesor, Emilio
Melero, eligió un recinto de capacidad reducida, desconfiando de la
respuesta de la militancia. Acaso lo más significativo fue la reaparición del ex
ministro Jesús Caldera, quien, como
no podía ser de otra forma, está con la vieja guardia felipista. Dónde si no
iba a estar alguien como él...
Y la incursión por León -reunión exprés con
los alcaldes socialistas de las cuencas mineras y mitin, otra vez con la
sintonía de rigor, en Camponaraya- tampoco aportó nada nuevo. O sí: la
presencia de un grupo de militantes a la entrada del recinto con carteles
recordando a Susana y a sus afines leoneses que “No es no”. A estas alturas de
la contienda, criaturas sin duda fuera de onda.