miércoles, 29 de noviembre de 2023

El topillo/La alargada sombra de Juan Vicente Herrera

  El común de la gente y buena parte de la clase política cree que, desde que dejó la Junta y se incorporó al Consejo Consultivo (80.741,24 euros anuales), Juan Vicente Herrera permanece completamente al margen de la política. Nada más lejos de la realidad. El ex presidente, que por fortuna se ha repuesto de una delicada situación personal, obviamente no está en la política activa, pero no desaprovecha la ocasión para ejercer su influencia en favor de los que fueran sus más próximos durante su larga estancia en el Colegio de la Asunción.

Por razones no relacionadas entre sí, se da la circunstancia de que Herrera ha gozado de gran predicamento sobre los dos últimos presidentes nacionales del PP.  En 2017, cuando Pablo Casado era vicesecretario nacional de Comunicación en Génova, Herrera maniobró para que Mariano Rajoy lo designara directamente como sucesor suyo en el PP de Castilla y León, maniobra que fracasó al oponerse a la misma Dolores de Cospedal y Fernando Martínez Maillo, mandamases en Génova que forzaron la celebración de las primarias en las que su patrocinado, Alfonso Fernández Mañueco, derrotó por goleada a Antonio Silván, a quien de poco le sirvió el taimado apoyo del entonces presidente de la Junta. 

Herrera, Silván y Feijóo en enero de 2019

De ahí viene la estrecha relación mantenida entre Casado y Herrera, que éste último aprovechó en las postrimerías de su mandato para colocar, entre otros fieles, a las consejeras Milagros Marcos Alicia García como cabezas de lista del PP por Palencia y Avila en las generales de abril de 2019. Su mano también se dejó notar en las listas de Segovia, a las que se incorporaron el ex portavoz del PP en las Cortes Juan José Sanz Vitorio, uno de los tres candidatos al Senado, y la viuda del torero Víctor Barrio, Raquel Sanz Lobo, número dos al Congreso.

Esa misma conexión explica la designación de otra consejera, Pilar del Olmo, como candidata a la alcaldía de Valladolid en las municipales de mayo de 2019. Del Olmo, que fracasó en el intento, nombró como jefa de prensa del grupo municipal del PP precisamente a Sanz Lobo, quien, tras no conseguir el escaño por Segovia, había sido nombrada por el gobierno Herrera personal eventual de la Junta. Tras liarla parda con un indecente “tuit” contra el alcalde Óscar Puente, la viuda de Barrio acabó abandonando la casa consistorial para reincorporarse de nuevo a un puesto de personal eventual de la Junta (a juzgar por su publicitado posado fotográfico en la gala de clausura de la pasada edición de la Seminci, parece evidente que Sanz mantiene una privilegiada relación con el actual equipo de gobierno presidido por el alcalde Jesús Julio Carnero).

Alicia García
 Hasta aquí, y sin ser exhaustivos, los favores políticos otorgados por Casado a instancias de Herrera, quien paralelamente ha mantenido de antiguo una conocida y fraternal relación con Alberto Núñez Feijóo. Y resulta imposible desvincular de ella la designación de la antes citada Alicia García como nueva portavoz del PP en el Senado.

 De tripas corazón tuvo que hacer ayer el secretario regional del PP, Francisco Vázquez, para saludar el nombramiento de García. Vázquez ve en el ascenso de la senadora abulense un reconocimiento hacia el grupo territorial más numeroso de la Cámara (29 senadores). Pero si Núñez Feijóo hubiera consultado a Mañueco, que obviamente no ha sido el caso, a la última que hubiera propuesto sería a la exconsejera abulense, en su día el único miembro del gobierno Herrera que se posicionó públicamente a favor de Silván en aquellas primarias de 2017. (A favor del leonés estaban todos los consejeros, pero la consejera de Familia fue la única que cometió el desliz de desvelar su preferencia).

De la Hoz, Vázquez, Mañueco y Lacalle
 De haber dependido de Mañueco, probablemente el portavoz habría sido el burgalés Javier Lacalle, vicesecretario de acción parlamentaria y electoral de la Ejecutiva regional del PP y amigo personal de los habituales acompañantes del presidente a las finales de la Champions, a alguna de las cuales de hecho se ha sumado. O en su defecto, el propio Sanz Vitorio antes mencionado. Pero Feijóo sigue pasando olímpicamente de Mañueco, que, tras este último reajuste en la cúspide del PP, sigue sin contar con nadie de su confianza en la plana mayor de Génova, donde en su momento intentó sin éxito colocar a Raúl de la Hoz.

 Salvo contar con el favor de Herrera, a Alicia García no se le conoce otro mérito para ascender a la portavocía del PP en el Senado. En su momento, el expresidente regional se inventó para ella el cargo de coordinadora general del PP en Castilla y León, puesto en el quedó completamente inédita. Y en las pasadas elecciones municipales fracasó sin paliativos en su intento de arrebatar la alcaldía de Ávila a Jesús Manuel Sánchez Cabrera, el expresidente de la Diputación que en 2019 le dio todo un corte de mangas a Casado y promovió el partido “Por Ávila” (XAV), con el que desde entonces gobierna la ciudad amurallada.

 Y todavía podía haber sido peor si Feijóo hubiera querido hacer más sangre nombrando portavoz a Antonio Silván, con el que por cierto mantiene una excelente relación personal desde su etapa como alcalde de León.

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