“No hables, a menos que puedas mejorar el
silencio”, dejó
dicho en su día Jorge Luis Borges. Y
a tenor de lo expresado en su insólita comparecencia del pasado viernes, el
cuento se lo podía haber aplicado perfectamente el presidente de la Junta , Juan Vicente Herrera.
Herrera,
que suele prolongar su silencio navideño hasta bien entrado el mes de enero, ha
decidido este año hacerse presente al regreso de las vacaciones para presentar la “hoja de ruta” de su
gobierno ante el recién iniciado 2016. Podía haberlo hecho convocando sin más la
típica rueda de prensa, pero prefirió prologar su comparecencia informativa con
un largo monólogo supuestamente dirigido a los altos cargos de la Junta , convocados para la
ocasión a modo de mudos figurantes.
Juan Vicente Herrera |
En realidad, el intento se comprende. Si algo
ha demostrado el semestre transcurrido desde su última investidura, es que el
proyecto político de Juan Vicente Herrera está completamente agotado. Su actual
gobierno es el de perfil más bajo y actuación más gris durante los ya casi 15
años que lleva al frente de la Junta. Y
ni siquiera con la muleta que le ha prestado en todo momento Ciudadanos es
capaz de afrontar los endémicos retos de Castilla y León.
Tres simples datos para ilustrar la pendiente
por la que camina Castilla y León. El primero es el de la sangría demográfica
que el gobierno Herrera sigue siendo incapaz de contener: en los últimos seis años esta comunidad lleva
perdidos 91.469 habitantes. Un segundo dato: la deuda pública ya se ha disparado por encima de los 10.500 millones
de euros (en el año 2008 era de 2608, menos de la cuarta parte). Y ello cuando
por segundo año consecutivo Castilla y León va a incumplir -y esta vez de
largo- el límite de déficit, con lo que se ha acabado eso de presumir ante Cristóbal Montoro de que somos una “comunidad
cumplidora”. Y un tercer dato es que, pese a que la economía regional ha
crecido en 2015 en torno al 3 por ciento, hemos comenzado el nuevo año con
201.696 parados, más de la mitad de los cuales carece ya de prestaciones por
desempleo.
Los consejeros Fernando Rey y Antonio Sáez |
Curiosamente, la pasada semana se consumaba el relevo -un tanto extemporáneo y no solo porque fue anunciado en plenas Navidades- del director general de Política Educativa y antiguo viceconsejero, Fernando Sánchez Pascuala.
Y la explicación ofrecida por el consejero Fernando Rey no ha dejado en el mejor lugar al cesado, ya que el argumento es que, al no conocer en julio al equipo heredado en la consejería, decidió confirmar a todos sus miembros provisionalmente a la espera de ir conociéndolos. De donde se desprende que, seis meses después y a mitad de curso, Rey ha llegado a la conclusión de que Sánchez Pascuala no era la persona idónea para seguir en el cargo.
Y a Herrera le entró la risa floja cuando en
esa comparecencia le preguntaron si se mantendrá como presidente durante toda la Legislatura. “Año nuevo, vida antigua. (…) Ustedes me
preguntan si voy a continuar y yo les respondo que verdes las han segado”,
fue la gracieta utilizada para no responder a la pregunta. Ello al tiempo que
defiende una reforma del Estatuto que propone limitar a 8 años el mandato de
los presidentes de todas las instituciones autonómicas. Si por un casual se
aprobará esa limitación dentro de esta legislatura, ¿seguiría el actual
presidente de la Junta
en el cargo después de llevar más de 15 años en el mismo?
Pedro Gómez de la Serna |
Y encima dice que si se tratara de un alto cargo del gobierno de esta comunidad su comportamiento sería incompatible con el Código Ético de
Ante todo lo cual me permito remedar el
consejo de Borges: “No hables, Juan
Vicente, a menos que puedas mejorar el silencio”.