lunes, 28 de octubre de 2019

10-N: Cábalas sobre los diputados en el alero

“El 10 de noviembre las urnas pondrán a cada uno en su sitio”. La frase se pronunció con toda rotundidad desde el banco azul de las Cortes durante el pleno celebrado la pasada semana. Lo paradójico es que su autor no fue ni el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, ni ninguno de los consejeros del PP, partido que, según todos los sondeos, mejorará notablemente sus catastróficos resultados del pasado 28 de abríl, que en Castilla y León se concretaron en la pérdida del 35 por ciento de sus antiguos votantes y de 8 de los 18 diputados con que contaba.


Igea y Mañueco en el banco azul de las Cortes
 La frase la pronunció Francisco Igea, el vicepresidente y máxima cabeza visible de Ciudadanos en el gobierno bipartito de la Junta. No se sabe si con ello Igea desafiaba a todo el sector demoscópico -unánime en predecir el desplome del partido de Albert Rivera- o es que el roce ha producido tanto cariño en el “matrimonio sin amor” (sic) que a estas alturas su relación con Fernández Mañueco ha alcanzado tal punto de simbiosis que el vicepresidente ha incurrido en el lapsus freudiano de celebrar como propia la previsible recuperación electoral del PP.

Vox, por delante de Ciudadanos.- Porque lo cierto es que si hay una fuerza política que, según todos los sondeos, está en caída libre no es otra que Ciudadanos, a la que casi todos los promedios sitúan ya con una intención de voto por debajo del 10 por ciento, porcentaje que le relegaría a la quinta fuerza política por detrás de Unidas Podemos y Vox, que se disputan el tercer puesto. Ello se traduciría en la pérdida de las dos terceras partes de los 57 diputados que sumó en abril, conservando menos de 20.

 Con un porcentaje medio del 18,89 de votos en Castilla y León, en las pasadas generales Ciudadanos obtuvo una excepcional cosecha de escaños en esta comunidad autónoma, sumando un total de 8 diputados, uno por provincia excepto Soria, donde al elegirse únicamente dos, la tercera fuerza política no tiene ninguna opción.
Abascal durante un mitin en Burgos
 Y, a tenor de los sondeos, esos ocho escaños del Congreso son los que están el alero y en el punto de mira no solo ya del PP y del PSOE, sino también de Vox, que, como previsible tercera fuerza en la comunidad -en abril fue cuarta con un 12,28 por ciento- se ha incorporado a esta liza. El giro táctico hacia el centro de Pablo Casado y la inflamación catalana están dando alas electorales a la ultraderecha que lidera Santiago Abascal.

La frontera del 15 por ciento.-  Según los gurús demoscópicos, en las provincias que eligen tres o cuatro escaños (en Castilla y León, todas, excepto la ya citada Soria y Valladolid, que elige cinco) las posibilidades de que la tercera fuerza política logre representación vienen marcadas por la frontera del 15 por ciento de los votos. Por debajo de ese porcentaje, PP y PSOE se distribuyen entre ellos solos la totalidad de esos escaños. Y salvo en Valladolid, en esas estaríamos salvo que Vox mantenga su progresión, supere esa cota, y se haga en algunas provincias con el escaño que pierda Ciudadanos.

 En las cuatro circunscripciones que eligen tres diputados -Palencia, Zamora, Segovia y Ávila- la tercera fuerza política lo tiene más complicado, ya que basta con que la primera la duplique en votos para quedarse sin escaños. En Palencia, Zamora y Segovia tanto el PSOE como el PP aspiran a ser los más votados y a obtener un segundo diputado, en tanto que en Ávila los populares serían los grandes favoritos siempre y cuando los escindidos que formaron  “Por Ávila”, debutantes en elecciones generales, no les agüen la fiesta.

 En las tres provincias que eligen cuatro diputados -León, Burgos y Salamanca- la tercera fuerza política lo tiene más fácil, ya que se adjudica un diputado siempre que las dos primeras no le dupliquen en votos, circunstancia hoy por hoy poco probable.
Sánchez de campaña en Zamora
 En León, única provincia en la que todos los sondeos dan al PSOE como fuerza mas votada, en principio los socialistas no corren peligro de perder ninguno de los dos diputados que se adjudicaron en abril con el 32,76 por ciento de los votos. La disputa del escaño de C´s se centra por tanto entre el PP (23,5 por ciento y un escaño) y Vox, que obtuvo un 11,54 por ciento (Unidas Podemos llegó entonces al 12,04, pero, a diferencia de la ultraderecha, cotiza a la baja).

Salamanca fue la única provincia en la que el PP se adjudicó dos diputados en las pasadas elecciones, escaños que sin duda alguna volverá a renovar, al tiempo que los socialistas tienen garantizado uno. A su vez, es la circunscripción en la que Ciudadanos obtuvo mayor respaldo (20,69 por ciento), lo que le otorga mayor capacidad de resistencia. PSOE (28,17) y Vox (12,64) acechan el escaño de los de Rivera.

 En Burgos la situación está más abierta, ya que el PP aspira desplazar al PSOE de la primera posición, que es la que lleva aparejada la consecución de dos de los cuatro escaños en juego. Por su parte Vox (11,11 por ciento en abril) tiene como objetivo sobrepasar a Ciudadanos (19,83) y hacerse con el diputado que en ese caso perdería la formación naranja, pugna en la que entra asimismo el segundo partido más votado.

Por último, en Valladolid, cinco escaños a elegir, los pronósticos resultan más inciertos. Lo único seguro es que la fuerza más votada -en abríl el PSOE- se adjudica dos diputados, y que el segundo y el tercero, que tiene toda la pinta de que sea Vox, tienen garantizado uno. Así las cosas, la cuarta formación -Ciudadanos o Unidas Podemos- se disputaría el quinto escaño con la segunda fuerza más votada.

Pablo Casado visitando una quesería en León
La amplia horquilla del PP.- En resumen, tras haber tocado suelo en las anteriores generales, el PP es el partido con mayores expectativas en Castilla y León, con posibilidad de sumar un nuevo escaño en siete provincias: Ávila, Segovia, Palencia, Zamora, León, Burgos y Valladolid. Su horquilla oscilaría entre el mínimo de los 10 diputados conseguidos en abril y un máximo de 17.

En cuanto al PSOE, que parte con 12 diputados, su margen de mejora se limita a un posible nuevo escaño en cuatro provincias: Segovia, Palencia, Zamora y Salamanca. Al mismo tiempo, puede perder uno de los dos que obtuvo por Burgos y Valladolid si no consigue volver a ser el partido más votado en estas circunscripciones. Su horquilla se situaría por tanto entre 10 y 16. La de Ciudadanos sería de 0-8 y la de Vox de 1-4 (conservaría el diputado por Valladolid y tendría opción de sumar otro en Burgos, Salamanca y León).

De todo lo anterior se desprende que el destino de los ocho diputados de Ciudadanos va a depender de dos factores entrecruzados. De una parte, la redistribución del voto perdido por Ciudadanos (aunque en buena parte vaya al PP, el PSOE y Vox también pescan en ese caladero) y de otra, la regla D´Hont, que matemáticamente puede decantar algunos escaños por un puñado  de votos.