Antes de acudir a las urnas, un primer baño
de cruda realidad: El próximo domingo estamos convocados a votar en Castilla y
León casi cuatro mil ciudadanos menos de los que fuimos citados el pasado 28 de
abril. En tan solo seis meses, el censo ha disminuido en 3.952
electores, consecuencia directa del desplome demográfico que asola a esta
comunidad autónoma.
Después
de haber perdido en los últimos 10 años 165.307 habitantes, una población
superior a la de toda la provincia de Palencia, la sangría continúa sin que el
gobierno bipartito de la Junta
se dé por concernido. Esta es la fecha en la que ni siquiera se ha tomado la
molestia de poner en marcha la única medida incluida al respecto en el “Acuerdo
de Gobierno” firmado en junio por PP y Ciudadanos: la creación de un grupo de
expertos nombrados por las Cortes que en el plazo de un año emita un informe de
propuestas de actuación. Que a estas alturas, ya les vale. Pues ni eso. Tratándose del problema más urgente de abordar, resulta difícil mostrar mayor insensibilidad que la del actual gobierno autonómico sobre el drama demográfico.
Las Cúpulas de Soria, "obra cumbre" de la Administración B |
Y no ha entrado aún en materia esa
“comisión palomo” -yo me lo guiso, yo me lo como- y Ciudadanos ya ha enseñado
la patita al salir en defensa de la Fundación
Siglo, instrumento sobre el que descansa gran parte de la gestión cultural y turística. Lo que hasta que llegó a la Junta era para este partido
uno de los más infames chiringuitos paradigma del enchufismo, el clientelismo y
el despilfarro, ahora resulta que es esencial para el funcionamiento de la Consejería de Educación
y Cultura.
Un nuevo ejemplo de la impostura con la que viene actuando este partido, que, en consonancia con su actuación desde que comparte el Poder con el PP, ahora no quiere renunciar a un juguetito que ha pasado a controlar. Todo lo cual hace presagiar quela Administración B
se someterá como mucho a un mero maquillaje que no afectará a su núcleo duro (ICE, Somacyl, ITA, Fundación Siglo, Fundación Patrimonio Natural) ni mucho
menos erradicará las prácticas clientelares que tanto denunció durante la
campaña electoral el actual vicepresidente de la Junta.
Un nuevo ejemplo de la impostura con la que viene actuando este partido, que, en consonancia con su actuación desde que comparte el Poder con el PP, ahora no quiere renunciar a un juguetito que ha pasado a controlar. Todo lo cual hace presagiar que
Javier Ortega y Francisco Igea |
La
egolatría de Igea originó un conflicto que se zanjó horas después con un
comunicado conjunto en el que la
Fundación , cautiva de la contribución económica de la Junta para mantener su
actividad, terminó aceptando el trágala. Como ya ocurriera con ocasión de la
entrevista concertada respecto a la
Seminci entre el alcalde de Valladolid y el consejero de
Cultura, Javier Ortega, el
vicepresidente se inmiscuía donde nadie le había llamado, dejando nuevamente en
una situación desairada al titular de la Consejería. Del tutelaje de Igea hacia
la consejera de Sanidad, Verónica Casado,
ya ni hablamos.
Habrá quien justifique estas injerencias de Igea
con el paraguas de la labor de coordinación que corresponde a la
vicepresidencia. Pero lo cierto es que solo se las permite con consejeros
nombrados por Ciudadanos, sin que se le ocurra entrometerse en otras
consejerías. ¿Se imaginan el espectáculo de ver a Igea inmiscuyéndose en
cuestiones de la competencia del consejero de Agricultura, Jesús Julio Carnero, o el de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez Quiñones?
El hospital de Burgos, definitivamente un pozo sin fondo |
Pillado en este nuevo renuncio, Igea no pudo negar la omisión, asegurando únicamente que dicha cifra no responde a ningún sobrecoste, sino que se trataba de una actualización del IPC. Sin embargo, el adalid de la transparencia no ha tenido a bien concretar a qué periodo corresponde ese IPC (y 8,7 millones de IPC es mucho IPC, salvo que en la misma operación se haya incluido la tasa de rentabilidad próxima al 7 por ciento que la empresa concesionaria se aseguró en los reequilibrios financieros aceptados por