Si alguien
esperaba o temía, según el caso, que la dura batalla librada entre Inés Arrimadas y Francisco Igea podía poner en peligro la coalición de gobierno en la Junta de Castilla y León,
puede estar seguro de que tal circunstancia no se producirá. Tras este convulso
enfrentamiento en el seno del partido, en Castilla y León los pactos de Ciudadanos
con el PP van a permanecer invariables, no solo en la Junta y en las Cortes, sino también
en los Ayuntamientos y Diputaciones que gobiernan conjuntamente (solos o con el
concurso de Vox, como en Palencia o Aranda de Duero).
Inés Arrimadas y Pablo Casado |
Habida
cuenta de que el vicepresidente es procurador y dispone del apoyo incondicional
de al menos otros tres miembros del grupo parlamentario (la portavoz, Ana Carlota Amigo, la secretaria
segunda de la Mesa ,
Marta Sanz, y el procurador
palentino Juan Pablo Izquierdo),
Igea mantiene en cualquiera de los
escenarios la llave de la gobernabilidad de la
Junta. Y ello le blinda frente a cualquier
intento de represalia por parte de la nueva dirección nacional de Ciudadanos.
Imposible marcha atrás.- Queda por analizar el escenario de
un movimiento pendular consistente en que Igea y sus fieles abandonen un partido
en el que han dejado de creer, renuncien a sus cargos en la Junta y se vayan al grupo
mixto de las Cortes, propiciando aritméticamente una posible moción de censura
que catapultaría al socialista Luis Tudanca a la presidencia. La hipótesis
no tiene el menor viso de producirse, básicamente porque tendría muchísimos más
inconvenientes que ventajas para su eventual promotor.
Luis Tudanca |
Más allá de la inclinación mostrada durante la
campaña electoral de las elecciones autonómicas, nunca sabremos con certeza si
Igea era partidario de pactar con el PSOE. Si tanto le perturbaba hacerlo con
el PP, tuvo la ocasión de dejar paso en ese momento a otro compañero de partido
que lo hiciera sin remilgos. Lo que sí sabemos es que negoció y alcanzó el
acuerdo para hacer presidente a Alfonso
Fernández Mañueco, el político al que tanto había venido denostando. Y que ocho
meses después está encantado de haber dado aquel paso.
No es para menos. Con tal de conservar su
despacho en el Colegio de la
Asunción , Fernández Mañueco se ha esmerado en complacer a
Igea, extendiendo sus concesiones mucho más allá de lo inicialmente pactado. Le
ha cedido por completo la iniciativa política y el protagonismo mediático, dejándole
marcar la pauta en cuestiones de la máxima trascendencia, tales como la reforma
de la atención sanitaria y la
Ordenación del Territorio, y ello aún a costa de dinamitar
los consensos básicos de comunidad mantenidos por PP y PSOE desde 1.983.
El roce ha hecho el cariño.- Muchas cosas han cambiado en
Castilla y León en estos ocho últimos meses, durante los cuales Igea ha
descubierto los resortes que proporciona el ejercicio del poder y se ha rodeado
de toda una corte de altos cargos y asesores que le deben el puesto.
“Ahora no hay un gobierno del PP, hay un gobierno de coalición de dos partidos, en el cual nosotros gestionamos casi el 50 por ciento del presupuesto…”, decía Igea en unas recientes declaraciones a diario.es, en las que además reconocía su sintonía con el presidente dela Junta :
“Mi opinión sobre Fernández Mañueco ha
cambiado sustancialmente y no tengo ningún problema en decirlo, me llevo bien
con él”.
Francisco Igea y Alfonso Fernández Mañueco |
“Ahora no hay un gobierno del PP, hay un gobierno de coalición de dos partidos, en el cual nosotros gestionamos casi el 50 por ciento del presupuesto…”, decía Igea en unas recientes declaraciones a diario.es, en las que además reconocía su sintonía con el presidente de
Y por si
alguien tenía alguna duda sobre sus intenciones, Igea las despejaba por completo:
“Si el acuerdo se va cumpliendo, la
legislatura se va a agotar, y por ahora el acuerdo se va cumpliendo de una
manera más que razonable”. Y tanto. Y no va a ser precisamente Mañueco el
que vaya a dar motivos para romper la alianza.
En resumen, después de tanta turbulencia y
desencuentro, si en algo están de acuerdo completamente Arrimadas e Igea es en
no tocar para nada los pactos alcanzados con el PP en Castilla y León. De forma
que el político vallisoletano ha
completado un viaje a ninguna parte que dejará todo como estaba. No ha
conseguido su objetivo inicial de convertirse en el barón territorial de
Ciudadanos, pero en la Junta
nadie se atreverá a toserle.
El
vicepresidente que llegó al cargo en representación de la tercera fuerza
política (ahora sería la quinta) seguirá campando a sus anchas exactamente
igual que hasta ahora, sin que le penalice para nada el hecho de haber sufrido una contundente derrota dentro de su partido. Mañueco seguirá resignado a su papel de reina
madre, eso sí, con la tranquilidad de saber que, tras la victoria de Arrimadas,
Ciudadanos acabará siendo fagocitado por el PP antes de las elecciones autonómicas de
2023.