lunes, 7 de julio de 2025

La trastienda/ Feijóo, dispuesto a tropezar en la misma piedra

 La única incógnita que podía despejar el congreso nacional del PP -su política de pactos poselectorales, y, en particular, su posición con respecto a Vox- finalmente la ha despejado. Ni por asomo se sumará el PP de Núñez Feijóo al cordón sanitario del que es objeto la ultraderecha en países como Alemania, Inglaterra o Francia. Con lo cual el PP, que después de las últimas elecciones municipales sea alió con Vox en varios gobiernos autonómicos y ayuntamientos, sigue donde estaba en el verano de 2023, dispuesto a pactar con Vox si con ello le salen las cuentas para desalojar a Pedro Sánchez de la Moncloa.

Feijóo, flanqueado por dos radicales.- Si quedaba quedara duda sobre hasta qué punto Feijóo tiene asumida su futura cohabitación con Vox, nada mas elocuente que los dos principales cambios que ha introducido en la cúpula del PP. Su lugarteniente Miguel Tellado, ha relevado en la secretaria general a Cuca Gamarra, que se agarró a un clavo ardiendo para sobrevivir a la defenestración de Pablo Casado, en tanto que la portavocía del Congreso ha recaído sobre la diputada por León y presidenta (a dedo) del PP leonés, Esther Muñoz. Dos políticos con un perfil de derecha extrema que no le hacen el menor asco a una eventual alianza con la extrema derecha.

Aznar, Tellado, Feijóo y Rajoy

Tellado, en sus tiempos jóvenes próximo al nacionalismo gallego, ha acumulado en su etapa como portavoz parlamentario una colección de exabruptos, invectivas y diatribas casi del mismo tenor que las que caracterizan a Santiago Abascal. Una absoluta desmesura que le llevó, en el curso de una entrevista-masaje practicada por el predicador Jiménez Losantos, a declararse partidario de que los barcos de la Armada española se hicieron a la mar para combatir la llegada de pateras. Todo un exponente de la derecha radical, a la par que un indocumentado que ignoraba la ilegalidad de semejante ocurrencia.

 No tengo espacio para detenerme, con el detalle que convendría, en la trayectoria de Esther Muñoz, una antigua empleada en la calle Génova que escaló al plano político de la mano del zamorano Fernando Martínez Maíllo cuando éste -el gran compadre de Fonsi Fernández Mañueco- ejerció como vicesecretario nacional de Organización nombrado por Mariano Rajoy. Martínez Maíllo impuso el nombre de Muñoz en la lista del PP al Senado por León. Y aunque aquella legislatura apenas duró poco más de dos años, la senadora leonesa dejó su impronta radical -diría mejor, visceral- en la Cámara Alta. De ello hay auténticas animaladas en Youtube y la antigua Twitter, de la cuales la más sonada fue su intervención contraria a que el Estado destinara partidas presupuestarias “para que ustedes desentierren unos huesos”, delicada alusión ésta a los fusilados republicanos enterrados en las cunetas.

Esther Muñoz, nueva portavoz del PP en el Congreso
 Tras el desembarco genovés de Pablo Casado, con el que Muñoz no había sido precisamente leal, la senadora leonesa cayó en desgracia y no pudo renovar su escaño en las generales de 2019. Pero ahí estaba Fonsi para no dejarla tirada, fichándola primero como asesora en el Colegio de la Asunción -donde echaba la mañana colgando tuits contra Sánchez y el sanchismo- antes de designarla delegada territorial de la Junta en León y presidenta (a dedo) del PP leonés. Después irrumpieron en escena Feijóo y Tellado y la incorporaron a su núcleo duro de Génova como vicesecretaria de Sanidad y Educación.

Congreso a la búlgara.- De aquel Feijóo supuestamente moderado que prometió desterrar el insulto político de su vocabulario, no queda ni rastro. Su derechización ha sido jaleada en este Congreso a la búlgara por los sectores más ultras del partido, con Isabel Díaz Ayuso a la cabeza. (El aquelarre que supuso el discurso perpetrado por José María Aznar se comenta por sí mismo). Bajo el mandato del “moderado” Feijóo, la deriva reaccionaria del PP, ha alcanzado niveles extremos. 

Basta observar el tono con el que se manejan en la Cámara Alta algunos senadores elegidos en Castilla y León afectos en su día a Juan Vicente Herrera, comenzando por la portavoz del grupo popular, Alicia García. La que fuera consejera de Familia con el anterior presidente de la Junta se emplea con un ardor guerrero que se le hincha la vena como a la televisiva María Patiño. A riesgo de que un día le dé un jamacuco, Feijóo ha decidido mantenerla en el cargo, supongo porque a su padrino, el joven camarada Javier Arenas, no ha encontrado un recambio igual de manejable.  Y hay qué ver, como se calienta también el exconsejero de Fomento, Antonio Silván, el otrora eternamente risueño que hoy se crispa como el que más. No digo nada de otro herrerista superviviente, Juan José Sanz Vitorio, porque éste ya era un faltón cuando campaba por sus respetos en el mausoleo de Villa del Prado.

Alicia García, Fernández Mañueco y Antonio Silván

Fejóo lo fía todo a que la suma de PP y Vox alcance la mayoría absoluta, y se arriesga de nuevo a tropezar en la en la misma piedra que hace dos años. Las políticas de la ultraderecha no son ningún espantajo asustaviejas. Precisamente en Castilla y León las hemos padecido  durante la coalición de gobierno que situó a García Gallardo (ande andará semejante espécimen) en la vicepresidencia única de la Junta. Y lo seguimos padeciendo en la persona del presidente de las Cortes, Carlos Pollán, en los ayuntamientos donde siguen vigentes los pactos alcanzados tras las municipales.

Alcaldes socialistas a la contra.- En la trinchera de enfrente, los cambios introducidos por Sánchez en el Comité Federal del pasado sábado han mermado la nutrida representación del PSOE de Castilla y León en la cúpula del partido. De la Ejecutiva Federal han salido el diputado leonés Javier Alfonso Cendón y la diputada burgalesa Ester Peña, esta última hasta hora portavoz oficial de Ferraz. A Cendón y Peña, ambos secretarios provinciales del PSOE, se les ha considerado muy próximos al defenestrado Santos Cerdán.

Dos bajas en la Ejecutiva por una sola incorporación, la de la exalcadesa de Segovia Clara Martín, a la que se le está poniendo ya cara de próxima aspirante a un escaño del Congreso o del Senado. Lo de Martín es un guiño al secretario autonómico, Carlos Martínez Mínguez, lo mismo que la inclusión en la Comisión Federal de Listas del secretario de organización del PSCyL, Daniel de la Rosa. Por lo demás, permanecen en el máximo órgano se dirección los tres vallisoletanos que estaban, a saber. Óscar Puente, Javier Izquierdo e Iratxe Garcia, esta última jefa de todo el grupo socialista del Parlamento Europeo.

Miriam Andrés, alcaldesa de Palencia
 Sobre el alineamiento de la alcaldesa de Palencia, Miriam Andrés, con las posiciones de Emiliano García Page, nadie puede darse por sorprendido. Andrés, en su día ferviente partidaria de Susana Díaz, es una acérrima antisanchista desde que Sánchez emergió como dirigente del partido. Y no ha dejado de respirar por la herida del descabalgamiento como diputado del Congreso sufrido por  Julio Villarrubia, su gran mentor desde que militaba en Juventudes Socialistas. Andrés no teme además ninguna represalia en la elaboración de la próxima candidatura municipal, ya que, en su condición de titular de la Alcaldía, en el caso de que quiera repetir como candidata está exenta de someterse a unas primarias internas. Ventaja de la que asimismo goza el alcalde de León, José Antonio Díez, al que solo le ha faltado celebrar con una traca en Papalaguinda la exclusión de su entrañable compañero de partido Cendón de la nueva Ejecutiva Federal.

A Miriam Andrés y José Antonio Díez se suma el alcalde de Ágreda, y a la sazón senador socialista, Jesús Manuel Alonso, quien ya hace semanas se manifestó favorable al relevo de Sánchez postulando a Page como alternativa.

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