lunes, 25 de agosto de 2025

La trastienda/ A Mañueco se le ha acabado la baraka

 He comentado en alguna ocasión que “Fonsi” Fernández Mañueco era uno de esos políticos agraciados con la baraka. Basta repasar su trayectoria para constatar que siempre ha caído de pie, saliendo airoso de trances harto comprometidos.

 El más evidente y trascendente fue el vivido tras su derrota -la primera del PP de Castilla y León desde que Aznar refundó el partido- en las elecciones autonómicas de 2019, las primeras a las que concurría como candidato a la presidencia de la Junta. Sucedió que el líder nacional de Ciudadanos, el tercer partido en liza, en lugar de dejar gobernar al más votado, el PSOE, decidió, en un ataque de despecho político contra Pedro Sánchez, que en Castilla y León continuara gobernando el Partido Popular, frustrando así la alternancia política en una comunidad gobernada por la derecha desde 1987. Una caprichosa decisión de Albert Rivera -para mayor escarnio, pretendido adalid de la regeneración democrática- a la que se plegó su cabeza de cartel en la comunidad, Francisco Igea, en flagrante contradicción ambos con los principios defendidos por su partido en aquella campaña electoral. (En el pecado ha llevado y sigue llevando Igea la penitencia).

 

Mañueco y Feijóo el pasado día 15 en León. Detrás, Suárez Quiñones
En resumen: a Mañueco se le apareció la virgen disfrazada de niñato malcriado. Pero hay que remontarse dos años más atrás, 2017, momento en el que el PP celebra unas primarias autonómicas para elegir al sucesor de Juan Vicente Herrera, el presidente del partido que no tragaba ni en pintura a su “número dos”, el secretario general, que no era otro que “Fonsi” Mañueco. Con las malas artes que muchos se han resistido a atribuirle, Herrera maniobró en la sombra tratando de evitar unas primarias ante las que Mañueco, no en vano secretario autonómico, era el mejor colocado. A tal punto de que propuso a Mariano Rajoy que se dejara de primarias y practicara un “dedazo” en favor de Pablo Casado, entonces diputado por Ávila y secretario de Comunicación en Génova.


Y en ese trance Mañueco tuvo mucha suerte. Por una parte, tenía incondicionalmente de su lado a la entonces secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, que había sido siempre su gran valedora en la guerra sorda declarada por Herrera y secundada por aquel sinuoso vicepresidente que movía su cuna-diván. Pero no solo eso: el vicesecretario de Organización y hombre fuerte en Génova (Cospedal era entonces ministra de Defensa) resultaba ser el expresidente de la Diputación de Zamora, Fernando Martínez Maillo, compañero de fatigas de Fonsi -que digo compañero de fatigas, compadre del alma- en esa tortuosa relación con el herrerismo. Cospedal y Maillo hicieron frente común contra el “dedazo” pretendido por Herrera y forzaron la convocatoria de primarias en la seguridad de que las ganaría Mañueco. 

Soldado de la UME combatiendo el fuego en Porto (Zamora)
Y así ocurrió, entre otras cosas porque el vicesecretario de Organización se volcó a su favor, permitiendo episodios como el de las cuotas pagadas para inflar el censo de Salamanca, al tiempo que maniataba al partido en León, patria chica del contrincante, Antonio Silván, quien, eso sí, dispuso de todo el apoyo desde la Junta, cuyo taimado presidente, lo utilizó como último cartucho en su desesperado intento de salvar de la quema a los suyos. (Con el tiempo, Mañueco y los sus afines traicionaron a Cospedal, pasándose con armas y bagajes al bando de Soraya Sáez de Santamaría en las primarias nacionales que acabó ganando Pablo Casado).

 

El rey desnudo.- Viene todo lo anterior a cuento para señalar que la suerte nunca es eterna y a Fonsi le ha abandonado súbitamente esa baraka de la que ha disfrutado en sus treinta años, treinta, de una carrera política siempre in crescendo. La ola de incendios desatada este verano en Castilla y León ha dejado con las vergüenza al aire a nuestro virrey autonómico. Tres años después de los pavorosos incendios que abrasaron la sierra de la Culebra, ha quedado palmariamente claro que la Junta no subsanó las graves carencias evidenciadas entonces, manteniendo su ineficiente política en materia de prevención y extinción de incendios: insuficiencia de recursos y medios, externalización/privatización de buena parte de ellos, precarización de las condiciones laborales del personal y absoluta ineptitud para coordinar los dispositivos. Negligencia rayana en el dolo de un operativo al frente del cual se mantiene un director general, José Ángel Arranz, un “incombustible” que sobrevive desde 2007 en esta desdichada consejería.

Manifestación contra la Junta en León
  Del consejero Suárez-Quiñones, achicharrado políticamente para los restos, poco cabe añadir. Tan solo que, junto aquella famosa proclamación de “La Administración soy yo”, le perseguirá para siempre esa otra declaración según la cual mantener a los bomberos forestales trabajando todo el año constituía “un despilfarro”. Quiñones es un cadáver político, lo que no impide que más pronto que tarde acabe en ese cementerio de elefantes que ha sido siempre el Senado.


Mañueco: un horizonte peliagudo.- El problema lo tiene Mañueco, quien hasta hace un mes acariciaba la idea de obtener en las próximas elecciones autonómicas un resultado próximo a la mayoría absoluta que le permitiera afrontar la siguiente legislatura al frente de un gobierno monocolor del PP, sin tener que compartir el banco azul con ningún socio. Y esa expectativa se le ha derrumbado por completo al presidente de la Junta. Ignoro lo que apuntaban al respecto los sondeos previos a la ola de incendios de este verano, pero no hace falta ser ningún gurú demoscópico para aventurar que el crédito político de Mañueco ha quedado seriamente chamuscado, al punto de que algunos analistas han encontrado cierta similitud con la situación de Mazón, el zombi político que a estas alturas sigue presidiendo la Generalitat Valenciana.


Mazón, Rueda y Mañueco el pasado año en Cádiz


Siempre he sospechado que el verdadero deseo del presidente de la Junta era adelantar al próximo otoño las elecciones autonómicas, con lo que, amén de pillar al PSOE y a Vox sin tener proclamadas sus respectivas cabezas de cartel, se ahorraría el bochorno político de no poder presentar por segundo año consecutivo el Proyecto de Presupuestos de la Comunidad para el próximo ejercicio. Esa idea, que requería el plácet de Feijóo, ha quedado ahora completamente descartada. Al contrario: si "Fonsi", que legalmente no puede, retrasaría la convocatoria electoral que obliga a celebrar nuevas elecciones no más tarde del próximo mes de marzo.

 León, la “tormenta perfecta” del PP.- Con la que ha caído y sigue cayendo en León, ¿se imaginan al achicharrado Suárez-Quiñones encabezando la candidatura leonesa del PP en esta provincia? El batacazo electoral puede ser espectacular. Y eso era lo previsto, máxime después de haber sido designado por Mañueco presidente de la gestora encargada de reflotar al maltrecho PP leonés, órgano del que para mayor inri también forma parte el delegado territorial de la Junta, Eduardo Diego, otro que se ha lucido en la desastrosa gestión de los incendios. León no es Zamora, donde el PP goza de una impunidad electoral a prueba de cualquier desmán.

  Así las cosas, el panorama que se le presenta a Mañueco en las próximas semanas no puede ser más peliagudo. Sin mayoría en las Cortes para sacar adelante los Presupuestos, está expuesto a que el mismo bloque parlamentario que le hizo morder el polvo aprobando la reforma de la Ley de Publicidad Institucional, dé luz verde a una comisión de investigación -sería lo suyo- sobre los incendios forestales que mantenga el foco durante meses sobre la negligente/dolosa actuación de la Junta en la materia. De momento, la oposición le ha obligado a tener que comparecer este viernes ante el pleno de las Cortes para dar explicaciones sobre la caótica gestión perpetrada por la Junta en materia de prevención y extinción de incendios forestales.

Mañueco, obligado a comparecer por la Diputación Permanente

  Por si fuera poco, en septiembre comienza la vista oral de la causa judicial promovida por la Fiscalía Anticorrupción sobre la llamada “trama eólica”, prima hermana de la ya juzgada sobre la “Perla Negra & pufos asociados” (asociados entre sí y a la cúpula de la antigua consejería de Economía dirigida por el malogrado Tomás Villanueva. (Tramas ambas perpetradas durante la etapa de gobierno de Juan Vicente Herrera y mientras Mañueco era el secretario autonómico del PP).

 

En fin, parece evidente que al actual presidente de la Junta le ha abandonado la baraka. Y visto que ha ardido ya sobre quemado, creo que ello tiene mucho de justicia poética.


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