(o a ver quién la dice más gorda y/o insulta de manera más gruesa)
1.- “Tortilla de patatas, ¿con o sin cebolla?”:
“Que el
proyecto de PSánchez de mantenerse en el poder pasaba por volvernos locos lo
supimos el día en que metió en el Gobierno a Pablo Iglesias, cosa que
únicamente sucedería, aseguró por encima de su cadáver, ósea, de su propio
colchón en la Moncloa (y seis años después es difícil aventurar si después de
aquello duerme bien, pero se le ve más amojamado y marmóreo que nunca).
(…) Se comentaba aquí hace unas semanas el
artículo de uno de los más conspicuos ideólogos sanchistas. Lo confieso: está
uno enganchado a Sánchez Cuenca como lo estuvo en su día Ferlosio a la “abeceína”
de Luis María Ansón. A SCuenca le ha atacado el cerebro una larva similar a la
que provoca en las ovejas la modorra, enfermedad por lo demás extremadamente
corriente (la larva penetra por el hocico y acaba con la masa encefálica del
borrego, provocándole un atontamiento general, fatídico, irreparable).
En fin, que ya vemos cómo la
locura se está apoderando también de los sayones de PSánchez, empeñado éste en
abrir cuántas más guerras civiles mejor para distraernos de la corrupción de su
Gobierno, de su partido y de su familia, fiado ya únicamente de su poder
taumatúrgico y convertido físicamente él mismo en lo más parecido que hay al
brazo incorrupto de Santa Teresa: la guerra civil que promovió con Gaza y
la flotilla le duró poco (un par de semanas); siguió la del huso horario (un
par de días); y anteayer la de la retirada de los vestigios franquistas y la
resignificación de la antigua Casa de Correos.
(…) Así es como hemos llegado
a esta contrarreloj: a PSánchez le queda cada vez menos tiempo para
enloquecernos del todo con cada vez menos empresas divisivas. Pocas le quedan visibles.
La de la tortilla de patatas, quizá. La oculta es la preocupante: la del
control de su partido, la de los jueces, la de Tve, la de los grupos financieros
o la de las instituciones decidirán su permanencia en el poder. Tanto o más que
unas elecciones generales”. Andrés Trapiello en
“El Mundo”. A Sánchez Cuenca le habrá
atacado la larva que provoca la modorra de las ovejas, pero no cabe duda de que
hay otros seriamente afectados por el trastorno obsesivo compulsivo
antisanchista.
2.- “Plegarias atendidas”: “En la política hay rivales y enemigos. A los rivales se les respeta y se les gana. Pero con los enemigos no hay nada que hablar. Y, por supuesto, Puigdemont, al igual que Junqueras, son enemigos totales de la democracia, personas violentas y totalitarias que intentaron subvertir el orden constitucional con diecisiete mil hombres armados a sus órdenes, poniéndose por encima de la ley y, por lo tanto, del pueblo de que emana. Con esa gente no hay nada que hablar. El día que Junts aparte al chiflado y vuelva a ser un partido de centroderecha cabal, posibilista y que respete la ley -aunque, de modo legítimo, no la comparta- pasarán a ser rivales y se podrá dialogar. Pero, de momento, no pueden sentarse en la mesa de los mayores y se tendrán que conformar con la mesa de los macarrones y los cócteles molotov, esos que lanzaban a los helicópteros de la Policía antes de quemar Barcelona.
El deseo
de ver salir a Sánchez de la Moncloa es grande. El deseo de ver a Albares, a
Bolaños o a López -por citar tres- abandonando sus ministerios para volver al
espacio de marginalidad que les corresponde, inmenso. La sola posibilidad de
llegar al Gobierno con una moción de censura y antes de convocar elecciones
limpiar de sanchismo RTVE, las embajadas, el Instituto Cervantes o el CIS, demasiado
atractiva.
Pero la realidad es que Puigdemont te va a
dejar tirado. “Basta ya de cálculos. Hay cosas que están bien y cosas que están
mal. Y este es el estilo de Sánchez, no el nuestro. O creemos en atajos, así
que antes de que Puigdemont diga nada, ya lo decimos nosotros: ahórrese el
trago. No queremos nada con delincuentes. Gracias”. Ese sería un liderazgo con
principios, visión y audacia. El resto, plegarias atendidas, que, como todos
sabemos, son el camino más recto al cementerio. También al de Montjuic”. Francisco J. Peláez en el “Abc”.
3.- “La hora del pez payaso”: “No sé ustedes, pero servidor no cabe en el pellejo caduco que Dios le ha regalado en este otoño. De tanto estirarlo, me parezco al acordeón más grande del mundo, ubicado en Villanueva–La Guajira: un feudo colombiano exclusivo para flautistas de las farc. Todo esto para decirles que hoy -esta noche- algunos tendremos sesión continua de estiramiento acordeónico. Hoy dormiremos una hora más: a las tres serán las dos. La orgía que pienso correrme no puedo revelarla por consejo médico. Pero el aviso es más viejo que un goterón. Lo aprendí del Corbacho: «bien está el pie en la pierna». Y tan bien, como que fuera de ella todo es reúma insoportable, gota hijoputesca.
En cuanto a la opinión de Sánchez -ahora rechaza el cambio horario-, ya no sirve para nada. Es un apestado crónico tocado por la divina corrupción. Da igual que se sume o no a la protesta ciudadana. El cambio de hora es para Pedro folklore taconista. Es la hora del pez payaso: puro colorido, movimiento chiriviresco, pimpinela escarlata que vive de las anémonas a cambio de espantar a los críticos del eco negocio. Política del coral de oro -el más usados en joyería, y que tanto estiman Ábalos y Koldo- para evitar la contaminación bacteriana del océano con chistorras que no tienen hora fija, pues todo es fritanga oceánica”. Antonio Piedra, el sempiterno e inmarcesible director de la fundición “Jorge Guillén”, en “El Mundo de Castilla y León.
4.- “Izquierda putera, pederasta y violadora”: “Que a buena parte de la cúpula del PSOE le gustan
las prostitutas más que a un tonto de baba un lápiz no es una hipérbole sino la
vida misma. Por mucho que Ferraz se limite cínicamente a centrar todo en José
Luis Ábalos, pinchan en hueso porque la memoria histórica dictamina más allá de
toda duda razonable que hubo socialistas que con el dinero público de los ERE
se perfumaban la nariz con cocaína y se iban de putas y que en plena pandemia
el cocainómano Tito Berni y otros ilustres socialistas se saltaban los toques
de queda que ellos mismos habían dictado para visitar Sombras, una de las casas
de lenocinio más famosas de Madrid, situada en el exclusivísimo barrio de El
Viso. Lo cierto es que en puterismo y en delincuencia sexual la izquierda gana
por goleada a la derecha patria. Esta misma semana hemos conocido que Martiño
Ramos, un capo de la Izquierda Unida gallega de Yolanda Díaz, se ha dado a la
fuga tras ser condenado a 13 años de cárcel por violar a una niña de 12 años a
la que daba clases de música en Orense.
Podemos también ha tenido pederastas que, para
mí, es lo peor que se puede ser en la vida por delante de terrorista o asesino.
Pedro Palacio era el número 2 de Podemos en Castilla y León cuando “Okdiario”
desveló que había sido condenado en sentencia firme por abusar sexualmente de
una niña de tres años cuando él tenía 17. El PSOE tampoco puede tirar la
primera piedra porque su procurador en Castilla y León Juan Luis Cepa tuvo que
coger las de Villadiego en 2024 tras ser imputado por violar a una muchacha.
El caso más paradigmático es el del dúo
Monedero-Errejón, que se jactaban de ser los más «feministas» y «progresistas»
del mundo mundial. Con todo, casi tan grave como estos hechos resulta el
silencio cómplice, cuando no encubridor, de prácticamente todas las mujeres del
PSOE, Podemos, Sumar e Izquierda Unida ante estas malas bestias, con Yolanda
Díaz como vergonzante símbolo”. Eduardo Inda,
director de “OkDiario”, en “La Razón”
5.- “Ya no agachan la cabeza”: “Se viene un pendulazo
electoral histórico. A España, que es Europa un poco más tarde, le
costará asumir lo que empieza a abrirse camino de manera
imparable. Los mayores empiezan a temer más la realidad
biológica que una pensión congelada y los jóvenes han
dejado de aceptar que el futuro pertenece al Estado y a quienes delinquen en
él. El wokismo que intentaba cambiar al mundo fabricando ovejas acríticas
arrimadas a causas imposibles, y financiadas para violentar el espacio público,
está dejando paso a una ola gigantesca de indignación racional, con epicentro
en los jóvenes, que ha hecho de la polarización el caldo de cultivo para
regresar a lo que funcionaba y que los odiadores del sentido común y la lógica
querían -aún están en ello- desterrar.
Ante la España que viene, la izquierda
de salón y subvención está
desnortada, desquiciada y desbaratada. Aún con esa venda de
incorrecta superioridad moral que les ciega en una inanidad intelectual
caprichosa, son incapaces de asumir nada que no roce la violencia como válvula
de escape a sus frustraciones y traumas ideológicos, que, con frecuencia, se
deben a su incapacidad para agarrarse a referentes éticos y de valores
imprescindibles: ni Dios, ni familia, ni patria, ni
libertad. Han deconstruido tanto que ya sólo les queda escombros intelectuales
y políticos a los que admirar.
Tratamos cada día, en esos colectivos aborregados con dinero público y en medios regados con publicidad institucional sesgada y manipulada, con gente adicta al desbarre, constructores de muros de odio y servilismo, activistas de lo vil y abyecto, enfermos de socialismo totalitario, admiradores de personajes ruines a quienes la vida ha tratado mal y se desquitan esputando bilis por doquier. Pobre gente necesitada de alegrías, que encuentran riéndose y saqueando a la gente pobre. Y hasta ahora, en ese espejo que reflejaba todo ese sufrimiento del alma, no había nada que contestara a sus imposiciones de sumisión y servilismo”. Fran Carrillo en “OkDiario”. Carrillo fue diputado y senador “Ciudadanos”, el partido liderado por Albert Rivera que iba a regenerar la política española…
6.- “Sánchez: desafío total”: "El cerco judicial al PSOE, las
investigaciones por financiación irregular y la erosión de la autoridad del
presidente apuntan al fin de un ciclo político. Ocho años después de su mudanza
a La Moncloa, Sánchez encabeza un gobierno exhausto, rodeado de escándalos y
sostenido por una alianza de conveniencia cuyo único denominador común es la
preservación del poder a cualquier precio.
Sin embargo, esa fatiga del régimen sanchista no
implica necesariamente su derrumbe. Podría traducirse en un salto
hacia el desacato: una resistencia institucional sin precedentes a los límites
del derecho y del control judicial. El riesgo ya no es solo la corrupción,
sino la desobediencia o el sabotaje total del poder a las normas democráticas y
al Estado de derecho.
La cuestión esencial, por tanto, no es si el Gobierno
caerá, sino qué quedará de España. La experiencia de otros países
muestra que la corrupción deja cicatrices profundas en los modelos políticos y
en la confianza ciudadana. La erosión del Estado de derecho tarda mucho más en
repararse que en destruirse. España ha pasado del abuso puntual al abuso
estructural, del caso aislado al crimen y la impunidad organizada. Y eso tiene
consecuencias más allá de un cambio de gobierno: afecta a la credibilidad del
país, a su economía y a su cultura.
Al fondo de todo late el mayor de todos los
peligros: el vaciamiento de nuestra imperfecta democracia. La corrupción ya no
se percibe como una anomalía intolerable, sino como un mero coste operativo del
ejercicio del poder. La
instrumentalización de las instituciones se justifica en nombre de la
estabilidad del «gobierno de progreso». Y la pasividad social, alimentada por
el hastío y la saturación, permite que la degradación continúe sin apenas resistencia”.
Javier Benegas en
“The Objective”.