El proceso de almoneda de las antiguas cajas
de Ahorro entra en su recta final al agotarse el plazo -prorrogado
en dos ocasiones- para que los teóricos dueños del arruinado banco CEISS (Caja
España-Caja Duero) decidan si aceptan la oferta de adquisición lanzada a
primeros de diciembre por la andaluza Unicaja.
Carrascosa, director del FROB |
Unicaja fijó como requisito que el 75
por ciento del capital asociado a esos productos híbridos -que el CEISS
reconvirtió en bonos con una quita de hasta el 60 por ciento- aceptaran el canje
propuesto. Un trueque que conlleva el riesgo de nuevas quitas y la
imposibilidad de rescatar parte del dinero hasta que el banco andaluz no salga
a Bolsa. Con una claúsula previa: la aceptación de la oferta conlleva la
renuncia expresa a mantener o emprender cualquier reclamación por la vía
judicial.
Los llamados inversores institucionales -titulares
de aproximadamente la tercera parte de los cerca de 1.200 millones de los bonos del CEISS- han abrazado la oferta de Unicaja. No tenían otra opción, ya que
ellos no pueden recurrir a los tribunales diciendo que les dieron gato
por liebre. Y además Unicaja les ofrece tipos de interés mucho mas atractivos.
Harina de otro costal son los más de 30.000 clientes minoristas de las antiguas
Cajas que en la inmensa mayoría de los casos se consideran engañados, al haber
suscrito esos productos de alto riesgo creyendo que se trataban de los
tradicionales depósitos de ahorro.
Pese a que no firmen, Unicaja absorberá el CEISS |
Para
alcanzar el requisito del 75 por ciento sería necesario que en esta última
semana se adhirieran a la oferta otro 35 por ciento los minoristas (los titulares de otros 280
millones), algo que a estas alturas se considera materialmente imposible.
Sobre todo después de que Unicaja, tras amenazar con querellarse contra las
asociaciones y bufetes que han calificado de “engañosa” su oferta, haya
rechazado la invitación de las plataformas de afectados a negociar un acuerdo
bajo otras condiciones mas digeribles para los antiguos preferentistas.
Braulio Medel |
De ahí la intensa campaña del FROB en apoyo de la oferta de Unicaja, ya que cuantos mas minoristas la acepten, menos dinero tendrá que aflojar para evitar la “nacionalización”. Tras los 525 millones prestados para financiar la fusión entre Caja España y Caja Duero y los 605 del rescate europeo, dicha “subrogación” constituiría la tercera aportación de dinero público para cubrir el agujero financiero creado por las que fueran las dos principales cajas de Castilla y León.
En ese plan B confía también la Junta de Castilla y León,
que pretende vender la absorción del ruinoso CEISS por Unicaja poco menos que
como el resurgimiento del quimérico músculo financiero de la comunidad, enmascarando
su manifiesta responsabilidad política en el monumental fiasco en que ha devenido la
fusión de Caja España y Caja Duero, precisamente las dos únicas cajas que se
plegaron dócilmente a las directrices del gobierno de Juan Vicente Herrera.
Escribano y Soto antes de un Consejo de Caja Segovia |
Su imputación y la del resto del Consejo de Administración fue solicitada por la fiscalía el pasado mes de noviembre, casi dos años después de que UPyD denunciara la presunta ilegalidad de las millonarias indemnizaciones (unos 35 millones de euros) con las que se despidieron de la entidad el director general, Manuel Escribano, y otros siete directivos. Dos de ellos, el propio Escribano, quien se aseguró una indemnización próxima a los 15 millones, y el que fuera secretario general Antonio Tapias, formaban parte del comité de retribuciones y en esa condición están citados a declarar.
Tras esta primera ronda, queda por ver si el juez amplia la imputación y llama a declarar a los demás miembros del Consejo de Administración sobre los que tiene jurisdicción, que son 12 de los catorce, ya que dos de los antiguos consejeros -un procurador de las Cortes y un senador- son aforados.