Tras dotarse de un nuevo líder respaldado por
la mayoría de la militancia, el congreso extraordinario del PSOE Castilla y León estaba
llamado a cerrar filas en torno a una nueva dirección encargada de “resetear” el
partido, recuperar su credibilidad y articular una verdadera alternativa de
gobierno. A escala autonómica, a Luis
Tudanca le tocaba, le toca, afrontar los mismos retos que Pedro Sánchez, con la dificultad
añadida de tener que soldar la fractura interna arrastrada por los socialistas
de la comunidad.
Tudanca aplaudido por Sánchez en el congreso del PSCL-PSOE |
No cabe duda de que aquí un resultado a la
búlgara hubiera sido artificial y engañoso. Las heridas han sido muy profundas y
están demasiado recientes como para que cicatrizaran en tan escaso margen de
tiempo. Pese a ello, no puede decirse que se hayan escatimado esfuerzos
encaminados a limar asperezas y dar carpetazo a las viejas rencillas. De hecho,
el problema no ha estado en la cuota de poder concedida al bando derrotado, que
se concreta en cinco de las 20 secretarías de área y en cuatro de las 14 vocalías
(en total 9 de los 37 miembros que integran la nueva Ejecutiva).
El
palentino Julio López, fiel Escudero
de Villarrubia, ha sobrevivido en la
secretaria de Economía, si bien le han creado otra paralela de Empleo y
Desarrollo Económico que le resta peso especifico. La soriana Esther Pérez también se mantiene en el
secretariado, ahora como responsable de Igualdad, y se incorporan como
secretarias de Sanidad y Bienestar Social la leonesa Isabel Fernández Marassa y la vallisoletana Isabel Gonzalo, alineadas ambas con los sectores críticos del
partido en ambas provincias. Una quinta secretaría, la de Ordenación del
Territorio, ha recaído sobre la salmantina Carmen
García Romero, encuadrada asimismo en el sector “villarrubista”, que
completa su representación con las vocalías asignadas a Ana Agudíez, Chelo Pablos,
Jesús González Carcedo y Javier Campos.
Julio César Fernández Santos |
Para la mayoría de los que han sido afines a Villarrubia ha resultado imposible de digerir que entre los 37 miembros de la dirección encabezada por Tudanca aparezcan nada menos que 10 de los 25 dimisionarios que dinamitaron la anterior Ejecutiva. A saber, Ana Sánchez, Ángela Marqués, José Luis Vázquez, José Luis Aceves, Santiago Blanco, Emilio Álvarez, Yolanda Vázquez, José Fernández, Teresa López y Chema Jiménez, los siete primeros al frente de otras tantas secretarías.
Era previsible que Tudanca tenía que retribuir
los apoyos que le han encaramado al liderazgo del partido, pero el nuevo
secretario autonómico no ha sido consciente de que esa conexión tan manifiesta con
los verdugos de Villarrubia iba a resultar especialmente lacerante para los
derrotados. Y por ahí no han pasado el 35 por ciento de los delegados al congreso.
Que esos apoyos a Tudanca no eran incondicionales se ha visto asimismo reflejado en la composición y en la misma estructura de la nueva Ejecutiva. Ello explica el aumento, de18
a 20, del número de secretarías (algunas improvisadas
a última hora) y la creación de una vicesecretaría única destinada a satisfacer
el prurito de poder del secretario provincial del PSOE leonés. Lo peor es que,
para ocupar ese ficticio “número dos” del escalafón, Celestino Rodríguez le ha endosado a Tudanca al alcalde de Pajares
de los Oteros, Julio César Fernández
Santos, un personaje cuya conflictiva trayectoria profesional y política se
da de bruces con la regeneración democrática que abandera el nuevo secretario
autonómico del PSOE.
Que esos apoyos a Tudanca no eran incondicionales se ha visto asimismo reflejado en la composición y en la misma estructura de la nueva Ejecutiva. Ello explica el aumento, de
En otras circunstancias, ese 35 por ciento de
votos en blanco habría tenido un carácter poco más que testimonial. Aunque no
se hubiera logrado el grado de integración deseado, lo fundamental era poder
pasar la negra página del cainismo interno. Pero la inminente
convocatoria de primarias para elegir a los candidatos socialistas a las
alcaldías de las capitales y municipios de más de 20.000 habitantes entraña el
riesgo de que caiga sal sobre esas heridas internas que el congreso del
pasado sábado no ha conseguido restañar.
Parece claro que hasta el 30 de noviembre, jornada de votación de esas primarias municipales -las autonómicas decaerán por ausencia de candidato alternativo-, Tudanca va a tener que seguir trabajando a fondo en la paciente tarea de recomponer la unidad interna del partido. En ello está en juego la fortaleza o debilidad de su liderazgo.
Parece claro que hasta el 30 de noviembre, jornada de votación de esas primarias municipales -las autonómicas decaerán por ausencia de candidato alternativo-, Tudanca va a tener que seguir trabajando a fondo en la paciente tarea de recomponer la unidad interna del partido. En ello está en juego la fortaleza o debilidad de su liderazgo.