¿Es posible al mismo tiempo rebajar los
impuestos, aumentar el gasto disponible de las Consejerías y reducir el déficit
público? Sobre el papel, constituye una misión imposible en una coyuntura económica que tiende
claramente hacia el estancamiento. Pero en mayo de 2015 hay
elecciones autonómicas y, con la que está cayendo, el PP no podía presentarse a
ellas con nuevos ajustes presupuestarios que siguieran diezmando los servicios
esenciales que presta la Junta
de Castilla y León.
Después de cuatro años de implacables recortes
en el gasto social, la cita con las urnas aconsejaba tomarse una tregua en esa
escalada contra el Estado de Bienestar. Y de paso ofrecer el caramelo de una
rebaja en el tramo autonómico del IRPF y minimizar los estragos causados por el
nefasto “centímazo”. Unas medidas de descarado tinte electoralista a las que no
habría nada que objetar si no fuera porque se basan en unas previsiones de
ingresos completamente ficticias que acabaran agravando el más que preocupante agujero financiero
de esta comunidad.
Juan Vicente Herrera |
Con todo y eso, tras cuatro años consecutivos
de recorte del gasto social, las consejerías de Sanidad, Educación y Familia ven
incrementado en 2.015 su presupuesto en una media del 2,38 por ciento, lo que
vienen a ser 138 millones de euros. Bienvenido sea ese pequeño respiro. Pero
con esa dotación solo se repone el 17 por ciento de los 810 millones de
recortes sufridos por las tres consejerías durante los cuatro años anteriores.
La de
Sanidad recupera 76 millones, al pasar de 3.191 de este año a los 3.267
presupuestados para el próximo año. Una dotación que seguirá muy por debajo de
los 3.509 millones con los que llegó a contar en el año 2.010. De hecho, dispondrá en 2015 de menos recursos que en 2.008,
año en el que estuvo dotada con 3.323 euros.
Menor es aún la recuperación en la consejería
de Educación, en la que tan solo se reponen 37 de los 422 millones recortados
en el cuatrienio negro. Los 1839 millones con que aparece dotada en 2.015 son
385 millones menos que los 2.224 que tuvo en 2010, situándose el próximo año por
debajo del nivel presupuestario (1880 millones) que tuvo en 2.006.
Y la de Familia recupera 25 de los 70 millones
perdidos en los cuatro años anteriores. Queda todavía 45 millones por debajo
del techo presupuestario de 879 millones que alcanzó en 2.010, año en el que no
había entrado en vigor la Renta Básica
de Ciudadanía, a la que se reserva en 2.015 una partida de 55 millones de
euros.
Pilar del Olmo, consejera de Hacienda |
Realmente, la única consejería que experimenta
un verdadero crecimiento es la de Agricultura, que pasa de 480 a 560 millones, un
incremento del 12,5 por ciento que ha de interpretarse como otro claro guiño
electoral al mundo rural. Por el contrario, pese a ver mejorada su dotación en
27 millones, Fomento y Medio Ambiente, la consejería inversora por excelencia,
seguirá bajo mínimos. Los 476 millones de que dispone en 2015 son menos de la
mitad del presupuesto que sumaban en 2006 las dos consejerías antes de ser fusionadas.
La inversión pública, pieza clave para
reactivar la economía, vuelve a ser tan raquítica como en años precedentes. La previsión de crecimiento del 2,1
por ciento del PIB se utiliza para inflar artificialmente los ingresos, pero se
ignora a la hora de cumplir compromiso contraído en el pacto
parlamentario que permitió aprobar la
Ley de Servicios y Ordenación del Territorio. Un acuerdo que contemplaba la recuperación del Plan de Convergencia Interior tan pronto como
el PIB regional creciera por encima del 2 por ciento. Y de dicho Plan no hay ni
rastro en el proyecto de Presupuestos.
Unos Presupuestos, que, al igual que los de
este año, vuelven a estar lastrados por la carga financiera generada por la deuda
pública de la comunidad. Cierto que, gracias a la bajada de la prima de riesgo,
se ha reducido algo esa carga, pero aún
así, entre intereses y amortización, la deuda pública se comerá en 2015 cerca
de 1.200 millones, cantidad superior a la que suman juntas las consejerías de
Agricultura, Fomento y Cultura.
Y lejos de disminuir, la bola de la deuda
continuará engordando, ya que el nuevo Presupuesto incluye la emisión de otros
505 millones más, lo que elevará el endeudamiento de la comunidad por encima de
los 10.000 millones de euros, más del triple del existente en el año 2009. En definitiva, un Presupuesto concebido efectivamente para apoyar la recuperación.
Pero no la recuperación económica de esta maltrecha comunidad autónoma,
sino la recuperación electoral que busca el PP
tras el batacazo sufrido en los pasados comicios europeos.